La CEU UCH aborda la ética y la inteligencia artificial de la mano del profesor Agustín Domingo Moratalla en los Díes Academicus

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Información e imágenes: Gonzalo Escrig

El Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera acogió, recientemente, una charla en la que catedrático de filosofía, Agustín Domingo Moratalla reflexionó en torno a «El mito de la inteligencia artificial: consecuencias éticas, religiosas y políticas» en el marco de los Díes Academicus. Una iniciativa promovida por el servicio de Pastoral y el capellán de la universidad, Domingo Pacheco.

Pacheco fue el responsable de comenzar el acto destacando la importancia de la actividad dentro del contexto de los Díes Academicus donde “se busca reflexionar a través de la fe de las personas”. El capellán enfatizó que la charla abordó una cuestión relevante y de actualidad como es la Inteligencia Artificial (IA) y señaló la necesidad de “enfrentar, desde la reflexión, lo que irrumpe en nuestras vidas”.

El catedrático de filosofía Agustín Domingo Moratalla comenzó su intervención afirmando que la inteligencia artificial es, muy posiblemente, “el tema de nuestro tiempo” y enfatizó sobre la necesidad de desmitificar todo lo relacionado con la IA, considerándola como “un conjunto de procedimientos que nos ayudan a tomar decisiones, más que una entidad con inteligencia propia”. Según el catedrático, la inteligencia artificial “proporciona datos, no dotes”, por lo que es necesaria una «noología» que ayude en la integración de lo lógico con lo inteligente.

Desde una perspectiva religiosa, Moratalla resaltó la importancia de hablar de la inteligencia espiritual y abordó el tema de la ética en la IA enfocándose en los sesgos y prejuicios presentes en los algoritmos. En este sentido, afirmó que los sesgos “están vinculados con la legitimación de los prejuicios”, lo que hace prisionero al ser humano de las concepciones sesgadas.

El filófoso también quiso destacar la importancia del nuevo reglamento de la Unión Europea, el cual “demanda un nuevo tipo de responsabilidad en el uso de la IA”. Además, subrayó que la IA no es una herramienta neutral, ya que lleva implícito un tipo de carga ideológica, lo que, a su entender, puede generar alienación y fragmentación de las relaciones humanas en la sociedad.

Por ello, Moratalla llamó a establecer límites en el desarrollo de la inteligencia artificial y a ser conscientes de que los niveles de bienestar de la sociedad dependerán del uso de esta tecnología, e hizo hincapié en la importancia de la robótica de los cuidados como “una especialización crucial de nuestro tiempo”. Además, Moratalla abogó por evitar que el lenguaje de la economía sea el único que defina la sociedad y promovió la idea de una «inteligencia capacitante» en la educación, que forme personas que se asemejen menos a consumidores y más a ciudadanos críticos y éticos.

Finalmente, el catedrático instó a no consumir el conocimiento de manera superficial, sino a “degustarlo y reflexionar sobre las implicaciones éticas, religiosas y políticas de la inteligencia artificial” y concluyó con una profunda reflexión que generó un espacio de pensamiento crucial en la era de la tecnología y la IA.