Una entrevista de Marc Romero y Joan Castellets / Imágenes: LaLiga – VillarrealCF – CEU
Ha pasado por equipos como Real Madrid, Valencia o Getafe; ha sido internacional con la Selección Española en varias ocasiones, vivió experiencias un tanto particulares en el extranjero y, actualmente, es un pilar fundamental de este Villarreal de Marcelino. EL ROTATIVO ha podido charlar distendidamente con el jugador del Villarreal CF, Dani Parejo.
Dani, termina la sesión de entrenamiento de hoy, ¿qué tal ha ido? ¿Os mete mucha ‘caña’ Marcelino?
Es exigente. Los entrenamientos a mitad de semana son así. El jugador siempre tiende a relajarse, pero al míster le gusta que las cosas se hagan bien y creo que luego se demuestra en los partidos.
“DI STÉFANO NO VOLVÍO A VER UN PARTIDO DEL CASTILLA DESDE QUE ME FUI”
Si te parece empezamos por tu paso por el Real Madrid Castilla, ¿qué fue aquello tan polémico que dijo Di Stéfano de ti?
No lo recuerdo muy bien ahora. Creo que dijo que si el Real Madrid me vendía no volvería a ir a ver ningún partido del ‘Castilla’, y me parece que así fue. Es algo que puedes llevar de forma negativa o positiva, que alguien como él diga algo así, sobre mí, siempre es positivo.
Después marchas al QPR donde tienes relación con Briatore, ¿cómo se dio eso?
Yo jugaba en el Castilla y vino el club, cuyo dueño era Flavio Briatore. Él era muy amigo de Alejandro Agag y comimos los tres juntos en un restaurante de Madrid donde me propusieron irme a Inglaterra. Mi intención no era salir, pero pensé que podía crecer como futbolista y al final decidí marchar. Estuve allí tan solo cuatro meses, y, aunque estuve muy bien, el fútbol de allí -la Championship– no era el más idóneo para mi forma de jugar. Más tarde, con Briatore vi en su barco el primer gran premio de F1 que se hizo en Valencia, fue espectacular.
¿Entendía de fútbol o solo estaba al tanto del negocio?
Yo creo que no tiene porqué saber de fútbol, pero entiendo que se rodearía de gente que manejase un poco.
Tu etapa más importante como futbolista es en Valencia, te llamó Emery. ¿Cómo fue tu llegada?
Llego a Valencia siendo un niño y es la primera vez que iba a vivir sólo -a Londres fui con mis padres y mi hermana-, fue una decisión difícil. Es verdad que llegaba a un gran club que siempre quedaba tercero y jugaba Champions todos los años, muy consolidado. Allí he vivido años magníficos, he disfrutado y he sufrido mucho; pero todo ello me ha ayudado a crecer y a sobreponerme a adversidades cuando estaba solo.
En la temporada 14/15 te nombraron capitán, ¿sentiste que fue un punto de inflexión?
Son etapas, y cada una de ellas se entiende de una manera. Cuando llegué había gente como Albelda o Soldado que tenían mucho peso y experiencia. Poco a poco me fui haciendo un hueco gracias a mi rendimiento y a los compañeros. Antes de ser capitán, con Ernesto estuvimos seis meses que fueron maravillosos y disfrutamos muchísimo. A raíz de ahí, me fui convirtiendo en un capitán considerado; como yo veía a Albelda, ahora mis compañeros me veían a mí.
¿Fue fácil aterrizar en Valencia gracias a estas figuras?
Obvio. El nivel de exigencia era altísimo, fue difícil. El primer año me costó porque al principio jugaba poco y yo no lo entendía, era un chaval y quería disfrutar. No tenía las oportunidades que creía que merecía, incluso me planteé salir cedido para ser feliz. Finalmente, el míster -Emery- me dijo que no me dejaba irme y acabé jugando. Son temporadas, plazos en los que el tiempo te da un aprendizaje.
“VALENCIA ES UNA PLAZA MUY EXIGENTE”
Después de esto renuevas y vienen un par de temporadas duras, ¿cuál fue la causa?
Al final, esto es como todo. El Valencia es un club muy grande y el objetivo tiene que ser pelear por Europa, siempre, y por eso el nivel de exigencia es altísimo. Es verdad que cuando no se cumplen las expectativas; no solo en el fútbol, en cualquier trabajo, la gente se frustre. Valencia es una plaza muy exigente y gracias a eso tienen los títulos que tienen.
Luego llega Marcelino, ¿cuánta importancia tiene él para que decidas quedarte en el Valencia CF?
Son sensaciones que tienes y notas en los entrenamientos. Llegó el míster y lo que nos transmitía, lo que quería de nosotros… También el equipo en ese momento era idóneo para su juego. Desde el primer momento noté que las cosas iban a funcionar muy bien. Decidí quedarme, obviamente, ya que Valencia para mi es mi casa; siempre me han tratado espectacular. Es cierto que me quería ir antes, con Pako Ayestarán. A mí el Valencia, a través de Suso García Pitarch, me prometió que en verano o invierno me iban a dejar salir. Luego, cuando llega el verano y evidentemente tenía intención de salir, no me dejaron y me apartaron del equipo.
En la segunda temporada de Marcelino al equipo, al principio, le cuesta más conseguir los objetivos, ¿cómo era la unión en ese vestuario?
No fue un año sencillo. Al principio se respiraba nerviosismo y el ambiente estaba enrarecido dentro del campo. Hay jugadores que no tienen mucha personalidad, que les cuesta jugar, que tienen miedo a perder el balón… Hubo un par de situaciones: se rumoreaba que el míster no iba a continuar, que si no ganábamos un partido no iba a continuar… Un día anoto un gol al Valladolid, creo recordar, y voy a abrazar al míster porque creo que trabajábamos todos los días por ello. El equipo estaba unido y sumaba y; al final, tarde o temprano, iban a llegar los resultados.
“QUERÍAMOS TRASNSMITIRLE NUESTRA VERDAD AL PROPIETARIO”
Se habló mucho de la situación de los capitanes con la salida de Marcelino y Mateu Alemany. ¿Es cierto que los capitanes queríais hablar con Lim?
Sí. Nosotros estábamos muy a gusto después de venir de donde veníamos y estando en el momento en el que estábamos, disfrutando… Todo nos salía bien; consigues un título, dos años seguidos en Champions… Bueno, al final los jugadores no somos tontos y cuando ves que una cosa te da resultados quieres mantenerla. Queríamos transmitirle nuestra verdad e información al propietario.
Llega el 2020 y salís muchos jugadores importantes del Valencia CF, ¿qué mensaje se le da al aficionado valencianista que no pudo ni siquiera despedirse de Parejo?
Fue una situación difícil. Yo siempre quise despedirme donde creía que debería hacerlo, en Mestalla, donde he jugado nueve años. Por diversas circunstancias no pudo ser y me tuve que despedir desde mi casa. Tengo la conciencia muy tranquila y eso es de lo que se trata.
Tras el Valencia CF, llegas a Villarreal CF, ¿qué señales te ayudaron a tomar la decisión?
El Valencia me dice que me busque la vida, que me va a dar la carta de libertad. La única condición que puse era ir al club que yo quisiese. Priorizaba la calidad de vida de mis hijos, la ciudad a la que iba a ir y, además, quería que el estilo de juego del club se asemejara a mis cualidades. Llegó el Villarreal, fue fantástico y me reencontré con Emery.
El primer año os alzáis con la Europa League y en el segundo casi llegáis a la final de la Champions. ¿Sentíais que estabais haciendo historia en el club?
Evidentemente. La Europa League era el primer título del club y la forma en la que se dio todo fue increíble; eliminamos al Arsenal en semifinales, ganamos la final en penaltis… Son momentos especiales que creo que tardarán en repetirse. Al año siguiente, en la Champions, hacemos un papel espectacular eliminando a equipos como Bayern o Juventus. Estuvimos cerca de la final en las ‘semis’ contra el Liverpool; de hecho, nos vamos al descanso con la eliminatoria empatada. Lamentablemente, la segunda parte se nos pone en contra a causa de la lesión de Gerard y Coquelin y las expulsiones, y nos acaban remontando. Pero la trayectoria en esos años fue fabulosa, jugar las semifinales de la Champions League después de ganar la Europa League quiere decir que las cosas se hicieron muy bien.