Una crónica de Javier Cuñat / Imágenes: F1
Todo el mes de agosto sin Fórmula 1, ni siquiera anuncios de nuevos fichajes, abandonos o noticias de suma importancia. Lo único interesante que aconteció al principio del fin de semana fue la renovación de los dos pilotos de Haas y los nombres de los sustitutos del jefe de equipo y director deportivo de Alpine tras su cese en el pasado GP de Bélgica. El Gran Premio de Holanda ha sido diferente al resto de carreras, sobre todo por el factor lluvia, obviando la victoria de Max Verstappen y la igualación de un récord que ostentaba Sebastian Vettel al lograr nueve victorias consecutivas en 2013. Red Bull ganará todas las carreras de la temporada si no comete fallos, y sabiendo que no suele cometerlos, su dominio será inapelable.
Desde el comienzo de la semana la lluvia era un factor a tener muy en cuenta ya que apareció en los Libres 3 y en la clasificación que fue tremenda para pilotos como Alexander Albon quien se logró calificar cuarto, por delante de Fernando Alonso y Carlos Sainz. Por otra parte, Daniel Ricciardo, el piloto australiano que volvió a la F1 en la carrera de Hungría, tuvo que retirarse del Gran Premio antes de tiempo como consecuencia del choque contra en muro en los Libres 2 que le causó la fractura de su muñeca izquierda al no soltar el volante antes del impacto. Ante este percance, Red Bull y Alpha Tauri escogieron a Liam Lawson para sustituir a Ricciardo, del que se espera que vuelva en un par de carreras.
En la carrera holandesa los pilotos arrancaron con el neumático blando ya que se esperaba una lluvia inminente. Pese a ello, Fernando Alonso, que salía quinto, aprovechó su buena reacción a los semáforos y adelantó a Albon y a George Russell. En la curva 4 ya estaba en posición de podio. Comenzó a diluviar en el circuito de Zandvoort, y el primero en parar y montar el neumático intermedio fue Sergio Pérez, seguido de Charles Leclerc. Sin embargo, a Fernando Alonso le importó poco que lloviera, aguantó una vuelta más en pista y adelantó a Lando Norris que partía segundo. Carlos Sainz paró a la vez que Alonso y ambos perdieron posición con Leclerc al ganar tiempo con un neumático adecuado para la lluvia. Pérez lideró la carrera, pero Max Verstappen estaba al acecho para adelantarle en cualquier momento.
En la vuelta 10 dejó de llover y todos volvieron a parar en boxes a por neumáticos de seco. El neumático blando, que duraba más de lo esperado, fue el más usado de la carrera salvo algunos que optaron por la goma media. El piloto holandés paró en boxes antes que Pérez y logró realizarle un undercat para recuperar la primera posición de la carrera. Después de la tormenta debería venir la calma, pero, cuando nadie lo esperaba, Logan Sargeant se estrelló contra el muro y salió el coche de seguridad. Tras casi 40 vueltas de relajación, sin mucha acción en el circuito, la lluvia apareció de nuevo. Llovió lo que probablemente no llovió en Holanda en todo el año. La pista parecía una piscina, los estrategas entraron en pánico ya que primero aconsejaron a sus pilotos el neumático intermedio y realmente el circuito estaba para montar el neumático de lluvia extrema. En fin, el aqua planning se hizo notar, los monoplazas eran incontrolables y llegó el accidente de Zhou Guanyu en la curva 1 que paró todo excepto su coche, que no pudo frenarlo y en consecuencia se chocó rompiendo su Alfa Romeo.
La bandera roja ondeó en Zandvoort y los pilotos tuvieron que regresar al pitlane en fila de uno conforme a su posición de carrera. Los equipos montaron las carpas encima de los monoplazas para que no se mojaran, y mientras se esperaba a que dejara de llover, dirección de carrera decidió cómo sería la resalida del Gran Premio a falta de 7 vueltas para el final. Se decretó una salida con el coche de seguridad en la que Max Verstappen relanzaría la prueba bajo su criterio antes de pasar por la línea de meta, donde a partir de ahí los adelantamientos serían permitidos. Fernando Alonso se despistó y no pudo acercarse al piloto holandés, al mismo tiempo que Carlos Sainz tuvo que defenderse de Lewis Hamilton. Segundos después, Sergio Pérez recibió una sanción de 5 segundos por exceder el límite de velocidad en el pitlane, lo que sirvió en bandeja el podio a Alonso al verse sin presión, pero también a Pierre Gasly, que se encontraba cuarto pero a una distancia menor de cinco segundos. Ya lo dijo Fernando Alonso en la rueda de prensa anterior al viernes, “quiero volver al podio”. Las mejoras de Aston Martin han fructificado y han sido recompensadas con la vuelta al podio desde el GP de Canadá en junio.
La Formula 1 ha vuelto y si la emoción de cada Gran Premio sigue intacta pese a que gane el de siempre, este año podría acabar como uno de los mejores de Fernando Alonso desde 2014. Por otra parte, Carlos Sainz ha perdido contra un Alpine, un coche muy inferior a Ferrari pilotado por un piloto que realmente no está a la altura del madrileño. Hoy Sainz sale perdiendo del Gran Premio, no solo en puntos, sino en moral. Una moral que la deberá recuperar para el próximo Gran Premio en Monza (Italia), el templo de la velocidad, donde Ferrari debe firmar el mejor fin de semana del año ante una prensa italiana muy crítica con la Scuderia Ferrari.
