Meritxell Colell: “Las películas permiten aproximarte a nuevas experiencias y a nuevos modos de vida que no son el tuyo”

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Meritxell Colell, directora de Dúo.

Informa Marcos Nava / Imágenes: Cinema Jove – Daniel García-Sala

Meritxell Colell forma parte de una nueva generación de directoras españolas cuyo trabajo ha alcanzado en los últimos años una amplia repercusión internacional. Su primer largometraje como guionista y directora fue ‘Con el viento’ y fue desarrollado en el Atelier de la Cinéfondation en el Festival de Cannes y estrenado en 2018 en la Berlinale. Ahora ha presentado en el Cinema Jove su segunda película, ‘Dúo’, cuyo estreno está previsto para el 2 de septiembre. Una coproducción entre España, Francia, Chile y Argentina protagonizada por Gonzalo Cunill y la coreógrafa y bailarina Mónica García en la que Colell cuenta una historia de amor ambientada en el desierto andino en la que se pone a prueba los límites de la relación en un intento de salvarla aferrándose a una promesa: “no dejaré de querer lo que queda de ti”. Amar, a veces, quiere decir saber soltar, y esto es lo que ve el espectador en esta historia de Colell, cuyas sensaciones y reflexiones compartió para El Rotativo en una conversación donde nos descubrió su nueva historia, cómo fue su rodaje y las expectativas ante el estreno.

Meritxell, ¿qué siente al volver a la gran pantalla?

Es muy bonito cuando una película se ve en la gran pantalla porque ha sido pensada para ser vista de esta manera, no solo por las condiciones de proyección, sino también porque es compartido. Esa idea de comunidad viendo una película juntos, la energía que se crea y ver cómo el espectador recibe la película es maravilloso.

¿Qué le inspiro para crear ‘Dúo’?

Cuando uno hace películas que son como trozos de vida, hay una voluntad de seguir contando como después de una transformación como la que vive este personaje, cómo es su vida, qué efectos tiene en ella, cómo se puede generar una crisis, ver esa búsqueda de su lugar en el mundo. Y, al terminar, ‘Con el viento’ surgió el deseo, por parte de la actriz Mónica García, de seguir trabajando juntas porque nos hemos entendido muy bien. Somos compañeras de viaje y nos planteamos cómo seria seguir con este personaje y después de la película ver su evolución.

Es su segunda película. ¿Qué diferencias podemos descubrir entre ‘Con el viento’ y ‘Dúo’?

Pienso que son dos películas distintas. ‘Con el viento’ es una película sobre el retorno a los orígenes, a reconectar con la familia, al hogar, con uno mismo y en el caso de ‘Dúo’ se abren muchas cuestiones que tienen que ver con el paso del tiempo, con el envejecimiento, con la relación de pareja, con un desgaste, con el sentirse incomodo en el lugar en el que estás. Aborda cómo puedes decidir tomar una nueva vida, a los 50 años, en un entorno extranjero como son Los Andes, lo que produce un choque en una pareja muy ensimismada en el arte y en un mundo que vive conectada a la Tierra, en ese sentido ‘Dúo’ sí que está conectada con ‘Con el viento’.

¿El espectador va a poder apreciar una evolución o crecimiento en su cine?

Es difícil hablar del crecimiento, aunque sí que vas sintiendo que vas perdiendo ciertos miedos. En ‘Con el viento’ tenía mucho miedo porque nunca había dirigido actores y tenía la inseguridad de lo que se podía hacer y lo que no. En el caso de ‘Dúo’ vas expandiendo tus limitaciones, enfrentándote a tus limitaciones y te animas a no tener miedo. También se va consolidando un equipo, pues a mí me gusta trabajar siempre con las mismas personas, y eso hace que el marco de confianza sea mayor de manera que, cuando existe esa confianza, puedes intentar ir más lejos y ser más ambicioso.

¿Cuáles han sido las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse a hora de grabar esta segunda película?

Empezamos a rodar la película en febrero de 2020 y nos quedamos a mitad de rodaje porque llegó la pandemia. Nos avisaron que Argentina entraba en cuarentena y en dos días tuvimos que volver, por eso la dificultad mayor que hemos tenido ha sido que no podíamos retomar ese viaje y hemos tenido que contar con el material que ya teníamos y que pudimos filmar antes de la pandemia. Pudimos grabar los planos de los carnavales con toda la gente junta y sin ningún tipo de distancia antes del confinamiento lo que cambio todo después de la pandemia. También ha sido una dificultad trabajar con comunidades donde si toda la comunidad no está de acuerdo en algo no se hace, lo que nos ha permitido aprender a adaptarnos a lo que va pasando con ellas comunidades, reescribiendo a partir de todo ello.

Fotograma de la película de Colell, Dúo.

¿Cómo llega a estas comunidades argentinas de Los Andes?

Yo estuve viviendo en Buenos Aires desde 2005 hasta 2008 y en el 2006 hice un viaje por carnavales a Jujuy que fue muy transformador para mí. Era la única española del grupo y fue impresionante porque me fascino el lugar, las personas, el carnaval. Todo eso se me quedó en mi memoria como algo idealizado y cuando me puse a escribir este guion surgió este lugar. Después, con los viajes de documentación, se extendió y cambió, no hice la misma ruta que había hecho lo que me hizo descubrir nuevos lugares más hacia la frontera, aislados. El primer viaje que había hecho se convirtió en turismo, pero al cabo de 2006 al 2019 cambiaron muchas cosas e hicimos todo el recorrido junto al director de fotografía que conocía la zona fronteriza entre Argentina, Chile y Perú. Con este viaje logré desenterrar mi pasado, descubrí cosas nuevas y eso es lo maravilloso que tiene el cine, las películas te permiten aproximarte a nuevas experiencias y a nuevos modos de vida que no son el tuyo.

¿Cuál fue la reacción de la comunidad cuando les presentó el proyecto?

Ocurrió, un poco, como en la película. La pareja protagonista son como el alter ego del equipo de cine. En esos lugares había la necesidad de hablar en asamblea para poder hacer la película y existió una negociación para ver cuál era el intercambio. En este sentido, dormíamos en las casas de los pueblos o en el lugar que nos habilitaban para dormir, nos cocinaban ellos y la comunidad se puso en marcha gracias al rodaje. Nosotros no estábamos haciendo una película para ellos, sino que teníamos una idea de película y la queríamos rodar allí, lo que puede llegar a ser conflictivo. En ese sentido, sí que hubo una primera comunidad en la que hubo conflicto, porque aún existe la idea del “colonizador, colonizado” y cuando llega un equipo lo ven como colonos y para ellos es cómo si se vendiese su cultura, pero hay que explicar la importante visibilidad que les puede dar a esas comunidades en el cine.

Si pudiera definir la película con una palabra, ¿cuál seria y por qué?

Búsqueda. Porque es una búsqueda en muchos sentidos que tiene que ver con la búsqueda de la protagonista de sí misma, con la búsqueda de la película, porque todo viaje tiene que ver con alguna búsqueda de algo, con el descubrimiento de ella misma.

A lo largo de la historia podemos ver un estilo dramático y poético, ¿cuáles fueron sus referencias en el momento del montaje?

La poesía me gusta mucho y, en este sentido, los referentes van en la dirección de la poesía y los poetas por una cuestión del ritmo de la palabra, por cómo se dice, cómo quedan suspendidos los pensamientos. No es que haya una narrativa en prosa, sino que la poesía tiene eso. Desde Anne Carson a José Ángel Valente siempre me ayudan a pensar. En lo cinematográfico, en ‘Dúo’ han sido muy importantes ‘Viatggio in Italia’ de Roberto Rossellini y ‘I fidanzati’ de Ermanno Olmi, dos películas que fueron claves, no sé si por lo poético, aunque también hay muchos cineastas como Jonas Mekas o Tarkovski que piensan que lo poético tiene que ver con una observación profunda de la realidad.

A pesar de que en la película muchas veces solo aparecen los dos protagonistas, el ritmo nunca decae. ¿Cómo lo ha conseguido?

Lo trabajamos en equipo. Toda la película esta grabada en plano secuencia, pero en el caso de las conversaciones entre los personajes pensamos en la expresión de los cuerpos, cómo nos movemos lo que ayuda a encontrar un ritmo, entre todos. Nada es improvisado, vamos probando, y eso nos permite trabajar con la cámara y encontrar el ritmo… después son los actores los que lo sostienen.

Meritxell Colell, directora de Dúo.

“No dejaré de querer lo que queda de ti”, esta es la promesa entre ambos personajes. Para usted, ¿qué significa?

Esa frase proviene de una obra de danza que vi y la pronunció John Berger, “no dejaré de amar lo que queda de ti”. A mí me pareció una frase bellísima para hablar del amor, lo que queda de él. Ya no lo que eras, sino lo que queda de ti, porque hay un tú cuando estás en una relación de pareja y un yo y un tú de cuando se conocieron y hay otro del presente que queda de ti. Es como la promesa de que no dejarás de querer algo de esa persona, lo que quede, que puede ser de ella, con ella o lo que queda en ti de ella.

Sobre el amor en la película, ¿qué significado le da?

Para mí, en esta película, los dos personajes son uno más uno, no son dos en uno. Una pareja tiene sentido cuando es una sola pieza que funciona respetando la individualidad, pero son dos en uno, sin embargo, en este caso sientes que cada vez más son uno y uno que conviven, que están más lejos viendo la ruptura del amor.

¿Cuál cree que es el mensaje con el que debe quedarse el público?

Lo bonito del cine es que nunca sabes cual va a ser la respuesta del público. Me gusta no saber cuál va ser su reacción y soy partidaria de eso, por eso hago este tipo de películas que no se dirigen muy claramente a un lugar. A mí me gusta pensar en el cine como experiencia. Tú, como espectador, siempre lo vinculas a tu propia experiencia, de manera que lo que puedan sacar dos personas será completamente distinto porque cada uno ha vivido algo diferente. En ese sentido, me encantaría que algunos espectadores pudieran plantearse la necesidad de descubrirse y renacer; de pensar que son capaces de crear una nueva vida; otros que la vean como una crisis de pareja; otros como una aproximación a un mundo desconocido que es el de las comunidades originarias; otras como un mundo que desaparece, el campo; otros que vean en ella el envejecimiento y lo duro que es el paso del tiempo. Hay varios temas y pienso que cada uno pueda aferrarse a lo que le interesa más.

Finalmente, ¿qué a les diría a los jóvenes que apuestan por el cine?

Les diría que es importante tomar riesgos, jugar, intentar hacer un cine libre que no esté sometido a las presiones, que son muchas. Deben prestar mucha atención a observar la realidad de los demás y a cuidar lo que hacemos y amarlo, ya que, si no amas mucho algo es mejor que no lo hagas, porque esto es un trabajo de no parar y ser persistentes y fieles a tus principios.