Tan sólo unos días después de certificar el término del apretado mundial de la Fórmula 1, la marca italiana Ferrari desembarcaba en el circuito Ricardo Tormo de Cheste para celebrar la vigésima edición de las ‘Finali Mondiali’ (finales mundiales) de sus campeonatos monomarca. Un espectáculo del motor con el trasfondo de la posible construcción del parque Ferrari en el citado ciruito.
Se trata de la tercera vez que la scuderia escoge el trazado valenciano, tras las exitosas ediciones de 2009 y 2010, confirmándose de esta manera como el único circuito fuera de territorio italiano en poner el broche a la temporada. Para David Arévalo, piloto venezolano del campeonato Coppa Shell, esto es debido a que el circuito Ricardo Tormo «goza de un buen tiempo similar al de Italia, que contrasta con el de otros países en esta época del año».
El programa de finales, que contó con la presencia del piloto Fernando Alonso y de su compañero de equipo en la Fórmula 1, Felipe Massa, entre otras destacadas figuras de la marca de Maranello, ofreció a los espectadores la emoción de los diferentes campeonatos monomarca -aunque todos decididos en pruebas anteriores-, como la Coppa Shell o el Trofeo Pirelli, además de entrenamientos y carreras para el selecto club de propietarios de automóviles de la marca. Filippo Gai, uno de los afortunados en pilotar su propio Ferrari sobre el asfalto del Circuit, considera que este tipo de ceremonias deportivas reservadas «son únicas para ‘ferraristas’ porque no hay ninguna marca en el mundo con tanta tradición que despierte tanto amor como Ferrari».
En referencia al espíritu de la automovilística italiana, pilotos y aficionados fieles disfrutaron de exhibiciones de prototipos y modelos de la categoría de Fórmula 1, pilotados en su día por Michael Schumacher o Kimi Raikkonen. El piloto venezolano, reconoce por su parte, que este tipo de actividades «exaltan la pasión por la marca», y añade: «Ferrari, a diferencia de otras automovilísticas, tiene -de manera intrínseca- un gran porcentaje de pasión, más allá de la propia máquina».
Espíritu ‘ferrarista’
Uno de los modelos más conocidos de la escudería, el Ferrari 458 GT, que tiene un motor de entre 465 y 550 CV dependiendo de la gama, fue el más aclamado durante las jornadas. En palabras del aficionado Sergio Ruiz, presente en los campeonatos finales, este modelo «representa el vínculo entre el circuito y la calle», y añade: «Además, es el modelo más victorioso de la escudería». Ruiz quiso destacar las numerosas victorias de pilotos a manos del Ferrari 458 GT, como el destacado campeonato logrado en Le Mans esta misma temporada.
Como guinda a las finales mundiales, más de un centenar de unidades de la marca del rodaron a la vez en un simulacro de carrera. La procesión, encabezada por el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, y por el piloto probador Giancarlo Fisichella, contó con la presencia de los nombres -en activo- más grandes de la marca: Fernando Alonso, Felipe Massa, Jules Bianchi o Marc Gené.
