Dolores Atelier, Lucía 1990 y Edgar Molina ponen el broche de oro a la VIII edición de la Semana de la Costura

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Información e imágenes: Marta Moreno y Lidia Pamplona

La VIII Semana de la Costura de Valencia, organizada por el Gremio Artesano de Sastres y Modistas Valencianos, cerró la edición de este año acogiendo tres grandes desfiles: Dolores Atelier, tras 40 años de trayectoria, presentó una recopilación de sus mejores diseños, mientras que Lucía 1990 y Edgar Molina optaron por mostrar sus nuevas colecciones. Cada uno escogió diferentes temáticas, pero todos tenían un punto en común: la elegancia.

Boquiabierto se quedó el público con el desfile de apertura de Dolores Atelier. Su colección ‘40 aniversario’ mostró cuarenta propuestas dedicadas a madrinas y madres de novia, invitadas, festeras y clavariesas. Dolores trató de definir a una mujer femenina y delicada, y es evidente que lo consiguió. En un principio, sus prendas de invitada abarcaban una gama de colores pastel con faldas vaporosas y encajes que estilizaban la figura de la modelo. Este comienzo más sencillo dio un giro dramático hacia una moda más explosiva, con vestidos de princesa, voluptuosos cancanes y colores más vibrantes como el fucsia.

El primer desfile finalizó con la emotiva entrega del ‘Premio Aguja Brillante 2023’, concedido por el Gremio Artesano de Sastres y Modistas de la Comunidad Valenciana, al alma mater de Dolores Atelier, Dolores Enguídanos. Se homenajeó su larga trayectoria como diseñadora tras trabajar en diversas facetas de la industria, desde moda infantil hasta moda elegante. Entre lágrimas y abrazos, Dolores recibió numerosos ramos de flores y dedicó unas bonitas palabras de agradecimiento al Gremio.

De nuevo se alumbra la pasarela para recibir a Lucía 1990 y su colección ‘Femme’. Ha seguido con la línea de la sofisticación de la anterior presentación, pero llevándola al terreno de los trajes nupciales. Los vestidos hacen honor a la fuerza, la delicadeza y la gracia que define a la mujer de hoy, con perlas, pedrería y corsets. La primera parte del desfile se enfocó en prendas más sencillas, incluso cortas, que destacaban la silueta de la modelo. Además, incorporaban accesorios como guantes o tocados aparentando opulencia. De un momento a otro, sus diseños se convirtieron en el sueño de toda mujer. Se lucieron vestidos de novia con grandes cancanes, faldas de tul y abundancia de brillo. Cada uno destacaba por su fantástica confección y detalles bordados, que hacían ver a la modelo con seguridad y glamour.

Se acercaba el momento del cierre. Esta vez el broche no iba a ser dorado, sino rojo. Edgar Molina llegaba para demostrar que por más diferencias que existan entre dos personas, la moda las une. Inspirado en el reencuentro en una Feria de Sevilla de las enemigas Grace Kelly y Jackie Kennedy, presentaba su nueva colección ‘Grace & Jackie’. La pasarela se llenó de claveles rojos en honor a estas dos divas, que fueron una gran influencia para la moda en 1966. Sonando “Se acabó” de María Jiménez de fondo, sus prendas destacaron por la estructuralidad, con líneas rectas y cuerpo, y la delicadeza, con bordados y cortes abombados. Todos sus diseños eran de color blanco, creando un maravilloso contraste con el ambiente oscuro. Con estos tres últimos desfiles se pone punto y final a la VIII Semana de la Costura, un espectacular evento que pretende dar a conocer lo mejor de la moda valenciana.