Juniors M.D.: 40 años acercando a Cristo entre los más jóvenes de la diócesis valenciana

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Información: Lucía Valderrama / Imágenes: Juniors M.D. y AVAN

Juniors Moviment Diocesà celebró este fin de semana en el Ciuta de València en Orriols su 40 aniversario. Un día festivo y también de recuerdo y celebración donde las actividades dinámicas a lo largo de la mañana divididas en “experiencias”, “estilo de vida” y “pacto de identidades” fueron las protagonistas. Actividades que, tras la parada para comer y descansar, dieron paro a la celebración de la Eucaristía y el acto institucional en el que se dieron muchos momentos emotivos como la presencia de la imagen de la Patrona de Valencia, el mensaje Papa Francisco y su bendición a los Juniors y la tarta de cumpleaños. Entre todos los juniors, educadores, antiguo educadores, padres de juniors y organizadores, también contaron con la participación de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá; el arzobispo Enrique Benavent; el obispo auxiliar Arturo Ros; el Consiliario Diocesano, Domingo Pacheco, y el presidente de Juniors M.D., Luis Albors.

Juegos, experiencia y oración ante el Santísimo

Desde primeras horas de la mañana el metro de Valencia se pobló de miles de pañoletas de todos los colores acompañadas de caras de alegría y emoción en niños, jóvenes y adultos. Una pañoleta que, como apuntó el Papa Francisco en su mensaje dirigido a los Juniors de Valencia es “símbolo de unión y dedicación a la Iglesia, ¡qué importante es tener signos que nos identifiquen!”. Junto a ellas, miles de camisetas de colores identificativos de las vicarias con el lema “mil colors, mil panyoletes” que no dejó de acompañar la celebración.

La zona del estadio Ciutat de València empezó a llenarse de una marea de gente alrededor de las diez de la mañana, un total 8.000 personas que, nerviosas e ilusionadas, se hacían hueco para desayunar. Una vez acreditados y en grupos, se pusieron en marcha para disfrutar de las actividades preparadas a lo largo del parque de Orriols. Juegos para los niños donde los más pequeños pudieron reforzar su conocimiento sobre los signos de identidad y la propia institución y su historia. Mientras que, para los más mayores, se organizaron encuentros en los que participaron consiliarios, familias y antiguos educadores, que compartieron su experiencia con el Movimiento. Unas experiencias que se resumían en el espíritu de Juniors como, “una familia, una amistad, la vida y el hogar, la lealtad y el compromiso” pero, sobre todo, “el amor de Cristo”. También se pudo disfrutar de momentos de oración y recogimiento gracias a la capilla de adoración instalada en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón en la que se expuso al Santísimo durante toda la mañana donde la participación de del Coro diocesano, de Hakuna Group Music y del Coro Joven de Alboraya pusieron el acompañamiento musical en estos momentos de oración y reflexión.

Paellas valencianas para todos los asistentes

El mediodía fue el momento de comer gracias a las tres paellas que cocinó Galbis y que pudieron disfrutar todos los asistentes. Comida y descanso que dieron paso a los actos centrales de la tarde con la celebración de la Eucaristía en el Ciutat de València. Una celebración que tuvo su prólogo en la entrada a hombros en el estadio de la Patrona de Valencia: la Virgen de los Desamparados o Mareta.

Durante la celebración y en la homilía, el Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, compartió con todos los presentes su alegría por el aniversario y porque se venía en el rostro de los presentes, “la alegría que se siente al tener a Jesús en nuestros corazones”. El arzobispo destacó en su intervención los tres rasgos que caracterizan el estilo de un junior, “ser amigos del Señor, ser familia y camino de fe y compartir esta amistad con todos los hombres”. Monseñor Benavent compartió esta alegría con todo el mundo y los animó a querer el bien de cada persona a través de la evangelización, porque, como también apunto el presidente de Juniors M.D., Luis Albors: “Juniors M.D. es, y debe ser siempre, evangelio vivo”.

Tras finalizar la eucaristía, los asistentes pudieron conocer el mensaje del papa Francisco a los Juniors, tras el recibimiento -el pasado miércoles 8 de noviembre en el Vaticano- de su Ejecutiva acompañados por el arzobispo de Valencia, monseñor Benavent y su obispo auxiliar y electo de Santander, monseñor Arturo Ros. En su mensaje, el papa Francisco resaltó destacó que lo debe caracterizar a cada cristiano es “el amor que nos tengamos los unos a los otros, el cual, como la pañoleta, es el distintivo que nos dejó Jesús”, unas palabras que para Juniors M.D. significaron, “una palabra de ánimo”.

El acto concluyó con la entrega del Premi Sant Maure que distinguió al cardenal monseñor Carlos Osoro. A pesar de no poder estar presente el purpurado cántabro para recibirlo, el público le dedicó una gran ovación de gratitud. Un reconocimiento que, en su decimoquinta edición ha sido concedido a monseñor Osoro, “por su labor en favor de la infancia y adolescencia desde la Diócesis de Valencia al potenciar el estilo de vida de los Juniors, además de fundar un albergue diocesano en su paso como Arzobispo y de las vigilias diocesanas, aún activas”.

Un grito de esperanza

Para el consiliario de Juniors M.D., Domingo Pacheco, ser el movimiento más grande de la diócesis valenciana significa, “mucha esperanza y alegría, porque ver a tantos jóvenes dar gracias a Dios por lo que son, al compartir la identidad y su fe acercándose más al Señor, hace que la tarea como sacerdote se vea muy gratificada”. Para Pacheco Juniors M.D. se resume en “vida, porque te das cuenta de que la Iglesia está viva, a pesar de que haya gente que opine que los jóvenes no se comprometen. En Juniors se ve a los jóvenes disfrutar de ser jóvenes y a los niños de ser niños”. Por su parte, Luis Albors, presidente de Juniors M.D. el movimiento diocesano que dirige significa “evangelio”, ya que Juniors es “una comunidad de cristianos que trabajan por llevar adelante un mensaje, el del evangelio”. Con 40 años de vida las expectativas en esta multitudinaria celebración se han visto “superadísimas porque ha sido un evento descomunal”, una felicidad por parte de los responsables que era palpable y contagiosa entre todos los participantes.