Max Verstappen gana en Japón mientras que los McLaren vuelven al podio

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Un análisis de Javier Cuñat / Imágenes: F1

Confirmado, lo que le ocurrió a Red Bull en Singapur es papel mojado. Es cierto que el rendimiento en Marina Bay fue muy malo, pero, una vez aterrizaron en el circuito de Suzuka, Max Verstappen volvió a dominar como siempre. No podríamos decir lo mismo de Sergio Pérez, que vuelve a firmar un incompetente fin de semana tras abandonar hasta dos veces en la misma carrera. Su aportación al campeonato de constructores, o mundial de equipos, es ínfima comparada con la del holandés. El de Guadalajara solo ha aportado 223 puntos de los 623 que suma el equipo, es decir, una diferencia de 400 puntos con su compañero de equipo. Así, Red Bull consigue su sexto mundial de constructores, con el coche más dominador de la historia, con 15 victorias de 16 y pudiendo sumar más en esta temporada. Max Verstappen arrasó en Japón de principio a fin, siendo más de medio segundo más rápido que el debutante Oscar Piastri y Lando Norris en la clasificación, suficiente para intuir que en carrera sería igual o más rápido que el resto. Y así fue en carrera, solo tuvo presión en la salida ante los dos pilotos de McLaren que arrancaron como leonas hacia la gacela. Por detrás, Carlos Sainz pudo avanzar una posición, en cambio, Fernando Alonso demostró que con sus 42 años aún puede hacer genialidades. Arrancaba décimo y adelantó a cuatro pilotos en solo dos curvas. Verstappen supo aguantar la posición y ahí comenzó su escapada. Los papaya no siguieron su pista en ningún momento, como si el Red Bull corriera en una liga superior a la del resto.

El equipo de Zak Brown y Andrea Stella merecen más que nadie este doble podio. Primero, porque prescindieron de la experiencia, pero mal rendimiento de Daniel Ricciardo, pagándole un finiquito de 10 millones de libras y posteriormente confiando en Oscar Piastri, un piloto debutante que no había demostrado nada en un Fórmula 1, pero que sus prematuros mundiales de Formula 3 y Formula 2 decían suficiente del piloto que puede llegar a ser. El piloto australiano consigue su primer podio en su primera temporada y prácticamente se ha convertido ya en la apuesta ganadora del equipo inglés. Consiguió la tercera posición por detrás de Lando Norris, que fue más lento que su compañero en la clasificación, sin embargo, en ritmo de carrera fue muy superior, avanzando una posición y finalizando segundo. A Lando Norris solo le queda la victoria para estrenarse y avanzar un escalón más en su palmarés como piloto que seguramente luche alguna vez por un mundial.

Además, McLaren no solo son los trofeos que ha conseguido, sino la increíble evolución y programa de actualizaciones que ha mantenido durante el año. Comenzó la temporada siendo el peor coche, y jugando sus cartas inteligentemente, esperó a que el resto aplicaran nuevas piezas para analizarlas y “copiar” lo que saben que funciona en los coches actuales. McLaren es estandarte en evolución, muy al contrario que Aston Martin, que ha seguido un plan de desarrollo que se ha demostrado que es equívoco. Comenzó la temporada de manera espectacular, obvio, quizás el error viene cuando su plan ha sido traer una pieza para un circuito, dos para el próximo, ninguna en varias carreras… McLaren hizo lo contrario, trajo varios paquetes completos que actualizaban el monoplaza de los pies a la cabeza, terminando ser la estrategia correcta que los ha llevado a tener el coche que es ahora.

Aston Martin tiene ese grave problema, su monoplaza “nació” bien, pero no “creció” correctamente. Es verdad que la diferencia entre su coche del 2022 y el del año 2023 es abismal en cuanto a rendimiento, los podios y puntos de Fernando Alonso están ahí, lo que hacen del equipo británico un milagro poco visto en el mundo de la Formula 1. Quizás, en comparación a lo que ha hecho McLaren puede quedarse corto, ya que dentro de una misma temporada han rescatado un coche que desde el comienzo parecía muerto. Sumado a que mientras se compite el mundial se está diseñando el monoplaza del 2024 y preparando los planos del de 2025, el milagro parece mayor.

Este mal plan de desarrollo se traduce en que Fernando Alonso vuelve a prescindir de máquina que le ayude a estar en la zona alta. Un coche que realmente no estaba para ser décimo en clasificación y lo consigue meter ahí es suficiente para saber que las manos del español son privilegiadas. Su AMR23 no tiene velocidad punta, no corre, y eso en Suzuka es primordial para adelantar. Incluso con el DRS activado era más lento que otro que no lo tenía. Pero, el problema es que no ha ido bien en Japón ni en Singapur, dos circuitos completamente diferentes, lo que deja en duda la vuelta al podio en un futuro cercano al acabar en octavo lugar, muy por debajo del rendimiento de Mercedes. Las esperanzas están puestas en el coche de 2024, del que en teoría se espera que sea mejor que el actual. Por parte de Carlos Sainz pudimos ver cómo el podio estuvo al alcance de la mano, pero la mala estrategia de Ferrari le perjudicó. Lewis Hamilton le adelantó mediante un undercat ya que Sainz paró dos veces por encima de la ventana de cambio de neumáticos, lastrando sus tiempos por vuelta que significaban perder una posición. Con los números puestos encima de la mesa, el matador fue ligeramente más rápido que Charles Leclerc, pero no tanto como para achacar este mal resultado a las órdenes de equipo en contra suya. Todo quedó en una mala estrategia que le llevó a acabar como empezó, en sexto lugar.

En la próxima cita volvemos a tierras de la Asia occidental. Un lugar polémico en lo político-económico, pero del que se espera una gran carrera como la vivida en 2021, el GP de Qatar. Ahí vimos la vuelta de Fernando Alonso al podio tras su regreso con Alpine desde el año 2014, cuando aún era piloto de Ferrari. En dos semanas nos espera un circuito muy largo, pero tremendamente rápido, con muchas curvas a fondo y mucho desgaste de los neumáticos. En 2021 ya vimos varios pinchazos que enloquecieron la carrera y la hicieron inolvidable. En aquel momento nos encontrábamos en una tesitura diferente, con Verstappen y Lewis Hamilton luchando por el mundial, ahora, seguramente nos tocará ver cómo Max Verstappen se convierte en tricampeón del mundo en la carrera Sprint con tan solo 26 años.