Una crónica y análisis de Javier Cuñat / Imágenes: F1
Cuando la Fórmula 1 llegó a Hungría para disputar la carrera en el circuito de Hungroring, nadie se esperaría una serie de cambios que afectarían al rendimiento de los coches y al espectáculo. Por una parte, Daniel Ricciardo volvió al ruedo en sustitución de Nyck De Vries por su mal rendimiento, y por otra parte, se introdujo un cambio en la sesión de clasificación, que en teoría tuvo que hacerse en el GP de Emilia Romagna de Imola pero que se anuló por las inundaciones.
Hungría ha sido la primera fecha para realizar este cambio que consistía en salir a la primera ronda, Q1, con el neumático duro y no el blando. Se vieron varias sorpresas, entre ellas, la eliminación de George Russell que clasificó decimoctavo y que Zhou Guanyu marcó el mejor tiempo con un coche muy inferior al de Red Bull o Ferrari. En la segunda ronda, Q2, los pilotos tuvieron que salir con el neumático medio, más rápido que el duro de Q1. El perjudicado de esta ronda fue Carlos Sainz, que se quedó a 3 milésimas de poder pasar a la última ronda, justo por detrás de Fernando Alonso. Finalmente, el neumático blando sería el obligatorio para poder conseguir el mejor tiempo y salir desde la pole. El privilegiado en hacerlo fue Lewis Hamilton al conseguir un mejor resultado que Max Verstappen, que salía segundo, o que McLaren, que tras su gran mejora en Gran Bretaña ahora son constantes en la zona alta de la parrilla. Sin embargo, Fernando Alonso y Aston Martin ya no son lo que prometían, ni de lejos en los circuitos que potenciaban sus puntos fuertes como en su día Mónaco y ahora Hungría. El asturiano tuvo que conformarse con salir octavo.
Año tras año el GP de Hungría ha sido una de las carreras más entretenidas de la temporada, aunque este año ha sido todo lo contrario. Todas las temporadas hay una carrera que no recomendarías ni a tu peor enemigo, y esta ha sido una de ellas. En cambio, la salida fue una de las más variadas y competidas de la temporada. Max Verstappen pudo arrebatar la primera posición a Hamilton en la primera curva, pero, momentos después los dos McLaren adelantaron al británico que no se movió de la cuarta posición en toda la carrera. Por detrás, Carlos Sainz, el más listo de la parrilla, pudo colocarse en el interior de la primera curva y avanzar hasta la sexta posición cuando salía undécimo. A pesar de parecer una salida limpia, Zhou Guanyu, que salía quinto, vio como su coche no avanzaba como debería y muchos coches le adelantaron. Del ansia por recuperar lo perdido frenó demasiado tarde impactando con Daniel Ricciardo, dicha acción hizo un efecto revote impactando con Pierre Gasly y a su vez con Esteban Ocon. Tras ello, los dos Alpine tuvieron que abandonar. Max Verstappen no tuvo que preocuparse por adelantar ya que su ritmo fue arrasador hasta terminar la carrera 30 segundos por delante de Lando Norris. En cambio, la estrategia, que tuvo que ser a dos paradas facilitó a George Russell su remontada hacia la sexta posición y a Sergio Pérez su avance hacia el podio que tanto necesitaba para recuperar su confianza. Toda la que ganó el mexicano la perdió Carlos Sainz, pero no consigo mismo, sino con su equipo.
Una vez más, en el momento que el madrileño se posiciona por delante de Charles Leclerc por un fallo en su pitstop, todo sea dicho, el equipo italiano procura no molestar el ánimo de Leclerc siempre y cuando entorpezcan la estrategia de Sainz. Cuando solo quedaba una parada por realizar, ambos pilotos iban con el neumático duro y pararon al monegasco en primera instancia. Vueltas más tarde pararon a Sainz, y esa pérdida de tiempo por tener neumáticos más desgastados y la ganancia de Leclerc al tenerlos nuevos produjo que Ferrari se auto ataque y le haga un undercut a uno de sus pilotos. Si según Frederic Vasseur, jefe de Ferrari, da igual que haya uno delante u otro porque se consiguen los mismos puntos, ¿por qué cuando Leclerc va delante se procura que Sainz no le rebase y cuando Leclerc va detrás se hace todo lo posible para que quede por delante del español? La única realidad es que Ferrari está al servicio de Charles Leclerc, contentándole ante los fuertes rumores de su marcha en 2025 a Mercedes o Red Bull, si no, las decisiones de Ferrari carrera a carrera no se comprenderían.
Desde el prisma de Fernando Alonso, la situación es complicada y difícil de solucionar. La última vez que subió al podio fue en Canadá a mediados de junio, y desde el GP de Austria no consigue clasificar ni terminar la carrera donde nos tenía acostumbrados al principio de la temporada. Hungría debía ser un lugar clave para conseguir un buen resultado, y si no lo ha sido aquí, qué esperar de próximos circuitos como el Spa-Francorchamps de Bélgica durante el próximo fin de semana. Un circuito legendario, pionero en la Fórmula 1 con largas rectas y curvas aparentemente imposibles.
