Una crónica de Francisco Alfonso / Imágenes: Cinema Jove
Las luces se empiezan a apagar y empieza a sonar la música, la 38ª edición del Festival de Cine Internacional Cinema Jove ha comenzado de la manera más teatral posible. Con un espectáculo en el que se ha explicado cada una de las secciones y ciclos del festival a través de una obra teatral de lo más cómica.
Un evento que ha contado con la intervención del director del festival, Carlos Madrid, quien ha resaltado la importancia del ciclo, según él, “un espacio para jóvenes que quieren abrirse camino en la industria cinematográfica”. Una nueva edición de Cinema Jove en la que se dan cita múltiples géneros entre los cuales destacan los ciclos de David Cronenberg, el ciclo dedicado a las películas de adolescentes, de anime o de género detectivesco. En palabras de Madrid Cinema Jove “es un espacio para nuevos cineastas”.
El acto transcurrió entre números musicales y espectáculo con el momento culmen de la gala en la entrega del premio ‘Luna de Valencia’. De entre los espectadores apareció el reconocido cineasta ganador a mejor director por el círculo de críticos de Nueva York y nominado en el festival de Cannes, Sean Baker. El cineasta declaró citando sus propias palabras “me llega al corazón que se valore mi trabajo en un festival, pensado en los jóvenes, “yo mismo soy una persona que se niega a crecer”. También manifestó: “En Estados Unidos se han cerrado miles de cines por la pandemia y las plataformas streaming, ahora más que nunca necesitamos que los futuros cineastas consigan audiencia para que las películas sean vistas en la pantalla grande y lanzó un mensaje a los pequeños cineastas, “la perseverancia lo es todo, hay que seguir explorando y luchando”. Tras la entrega del galardón se proyectó el cortometraje dirigido por Nüll García ‘Malegro Verte’. Un film protagoniza por la propia Nüll García y Alba Flores, actriz de series como ‘Vis a Vis’ o ‘La casa de papel’ en la que se recoge una crítica a la discriminación gitana.
La gala finalizó con la proyección de la película holandesa ‘Kiddo’. Un largometraje que viaja entre las oníricas fantasías de una hija que se fuga con una madre perseguida por la policía, hasta que se va encontrando lentamente con la realidad y deja de idealizarla para protagonizar una fuga a lo ‘Bonnie and Clyde’, tan excitante como en un primer momento. La madre, por otra parte, después de llevar una vida de problemas y unir a su hija a ellos, se da cuenta que tiene que dejarla vivir y escuchar cómo la propia niña le dice querer “una vida normal”, volviendo así al punto de encuentro. Un broche de lujo para una gala inaugural muy animada, en la que se pudo disfrutar del talento latente de los más jóvenes como pórtico a unos días de cine y creatividad.
