Max Verstappen vence en el catastrófico GP de Australia con podio para Alonso

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Una crónica de Javier Cuñat / Imágenes: Fórmula 1

Siete de la mañana, el cielo totalmente oscuro y unas ojeras que ni los mapaches. Así amanecían los aficionados europeos con tal de ver la tercera carrera del Mundial de Fórmula 1 y poder ver otro podio de Alonso, un doble podio entre españoles o incluso la ansiada victoria número treinta y tres del asturiano. Pero, finalmente solo hubo una de esas tres opciones, aunque pudo ser ninguna porque el GP de Australia ha sido una de las carreras más catastróficas de lo que llevamos de temporada.

Max Verstappen arrancaba desde la pole y, justamente detrás, los Mercedes junto a Alonso en cuarta posición y Sainz en quinta. Una salida limpia, en la que Verstappen no arrancó del todo bien, lo que aprovecharon los dos Mercedes para adelantar al Red Bull, mientras Fernando Alonso no tuvo una salida idílica, lo que hizo quedarse en la quinta posición por detrás de Carlos Sainz. Grandiosa fue la salida de Alexander Albon, que, con un Williams, logró alcanzar el octavo puesto y avanzar hasta la sexta posición tras la salida. Un inicio de carrera en el que Charles Leclerc se vería implicado en un incidente con Lance Stroll. El piloto de Ferrari se acercó a la curva tres por el exterior, teniendo a Stroll a la derecha y a su vez Alonso a la derecha, en paralelo de tres y, al realizar el giro a derechas, Leclerc giró prematuramente lo que ocasionó un toque de su rueda trasera derecha con la izquierda delantera del Aston Martin de Stroll, provocando el abandono de Leclerc y el primer coche de seguridad. Tras el incidente, George Russell, líder provisional, aceleró para librase de la presión de su compañero, mientras que Hamilton, no muy atento, aguantó el empuje de Verstappen. Por su parte, el español Carlos Sainz se mostró sin ritmo.

Tras finalizar la sexta vuelta de carrera, Hamilton se cansó de aguantar y presionó a Russell, lo que ayudó a Verstappen a acercarse a ambos Mercedes. Una vuelta después, Alexander Albon chocando contra las protecciones tras un error en la sexta curva lo que le hizo abandonar y ocasionar un nuevo coche de seguridad. Un momento que sirvió para que George Russell, el líder de carrera, parase en boxes para montar neumáticos duros e intentar llegar al final de la carrera en una estrategia que replicó Carlos Sainz.

Una vuelta después se activó la bandera roja, obligando a los pilotos a ir al pit lane y pararse en fila de uno en el carril. Una decisión muy perjudicial para los que pararon una vuelta antes porque bajo bandera roja los equipos siempre pueden cambiar las ruedas de los coches en una parada gratuita. Con George Russell en la séptima vuelta, con la obligación de ganar posiciones, perdió en la pista porque nadie volvería a parar en boxes. Una situación similar tuvo que vivir el español Sainz que se encontraba en décimo primer puesto. Todos los pilotos volverían a pista con neumáticos duros para encarar el final de carrera excepto Nyck de Vries y Logan Sargeant que usarían medios. Una nueva bandera roja que afectó a Charles Leclerc y cuyos efectos los valoró afirmando lo siguiente: “Lo que ha ocurrido es claramente un incidente de carrera, dos carreras ya con 0 puntos. Carlos ha tenido mala suerte con la bandera roja, esperemos que pueda remontar”.

De nuevo se apagaron los semáforos y, aunque Alonso salió bien, no consiguió adelantar a Verstappen, mientras tanto Russell adelantó a Nico Hülkenberg y Stroll avanzando hasta la quinta posición y Carlos Sainz solo pudo adelantar a Oscar Piastri una salida que aprovechó Pierre Gasly para posicionarse en el quinto lugar. El motor de George Russell dijo ‘basta’ en la vuelta decimoséptima obIIgándole a abandonar la carrera con el coche echando fuego por el tubo de escape lo que volvió a provocar un coche de seguridad virtual.

Mientras Hamilton se alejó de Alonso conforme pasaban las vueltas, Pérez alcanzó la zona de puntos, entre los diez primeros, sobre el ecuador de la carrera al tiempo que Sainz lograba la cuarta posición tras adelantar a Gasly lo que le posibilitó comenzar a aumentar el ritmo para alcanzar a Alonso. Más de veinte vueltas de monotonía hicieron que, a cuatro vueltas del final, en la cincuenta y cuatro apareciese Haas de Kevin Magnussen sin el neumático trasero derecho. Un peligro en pista que activó el coche de seguridad, que se decretase la bandera roja y una nueva salida desde la parrilla. Nuevamente, los pilotos volvieron a boxes, a falta de tres vueltas, cambiando a neumáticos blandos para adelantar lo máximo posible al reanudar la carrera.

Fue jugársela a todo o nada en una situación en la que Alonso tenía posibilidad de victoria incluso Hamilton o Sainz, pero la salida resultó catastrófica. A la buena salida de Alonso, Carlos Sainz se paso de frenada impactando contra Alonso lo que provocó un trompo. Junto a esto, Pierre Gasly optó por ir por fuera de pista y, una vez se reincorporó, cerró la puerta a su compañero Ocon. Ambos rompieron el coche. También Sargeant se pasó de frenada y chocó por detrás a Nyck de Vries. Una resalida que supuso el abandono de cuatro pilotos, más el trompo de Alonso y una salida de pista de Stroll que le envió a la posición doce. Bandera roja, nuevamente, tras la que Alonso recuperó la tercera posición.

Minutos después Carlos Sainz recibió una sanción de cinco segundos por el choque contra Alonso. Al quedar una vuelta para finalizar la carrera, dirección decidió reiniciarla bajo coche de seguridad, sin vueltas en situación de carrera. El Gran Premio de Australia finalizó manteniendo las posiciones con un Sainz que descendió hasta la posición doce, sin poder puntuar. Lo que pudo ser un final de carrera increíble y emocionante terminó como un ejemplo de cómo no hay que salir y un toque de atención a los pilotos sobre su comportamiento ante situaciones límite como una resalida y solo dos vueltas por delante con la tensión a flor de piel.