‘Todo a la vez en todas partes’ se alza con siete Oscar

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Una opinión de Francisco Javier Alfonso / Imágenes: Archivo

Conocemos muy bien a los Oscar, las grandes superproducciones de Hollywood suelen formar cola para conseguir promoción por medio de estas estatuillas. Pero puede ocurrir pequeños casos, en los que películas menos usuales, con productoras que se alejan de la estructura comercial, se hagan un hueco en la gala.

Es el caso de ‘Todo a la vez en todas partes’, película de la innovadora productora A24, que ya nos había traído años atrás grandes joyas del cine independiente como ‘Ex Machina’, ‘Hereditary’ o ‘Pearl’ y que ha refrendado su buenhacer logrando siete estatuillas en la fiesta del cine más internacional entre las que destacan mejor dirección para Daniel Kwan y Daniel Scheinert; mejor película; mejor actriz para Michelle Yeoh, que es la segunda actriz no blanca en ganar este premio tras Halle Berry; y los galardones al montaje, guion original e intérpretes de reparto: Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis.

La película, protagonizada por Michelle Yeoh, actriz que consigue su primer papel protagónico importante después de años de carrera como secundaria en Hollywood, es toda una oda a la creatividad, al uso de efectos prácticos e ingeniosos por encima del CGI y a mezclar las ideas más disparatadas que se le puedan ocurrir a alguien y conseguir darles coherencia, sentido y profundidad en la historia. Un filme que pone en el punto de mira también a las familias asiáticas. Usando incluso recursos en algunas escenas, de las míticas películas hollywoodienses de ‘Jackie Chan’ o referenciando escenas de filmes de Wong Kar-wai.

¿Pero qué es lo que hace a esta película increíble? ¿Cómo puede una película con un presupuesto ligeramente menor a la media, resonar tanto en las salas de cine? Es muy simple. La gracia de la película reside en cómo una crisis de ciencia ficción como es la destrucción de todos los universos se origina en algo que nos puede tocar de cerca: la incomprensión de una madre con su hija. Al final toda esa trama fantástica se resume en un drama familiar. Esto es lo que diferencia a este filme del resto.

La forma en que nos dice que los grandes problemas del ser humano, las grandes guerras y las peores desgracias, tienen sus raíces en sentimientos básicos, todo tiene origen en el miedo, soledad o ira. Solo que estos sentimientos se van cubriendo capa tras capa y adquiriendo formas más complejas que los esconden y forjan nuestra personalidad.

Esperamos que no nos haga falta atravesar una odisea fantástica, para entender a nuestra familia. Sentémonos, mirémonos a los ojos y hagamos el esfuerzo de comprendernos. Ya que familia solo hay una, nunca es la que pides, pero por alguna extraña razón siempre te acompaña.