La estilista y consultora de moda Elena Regadera reflexiona sobre imagen personal en la Fundación Cañada Blanch

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Información Diego González / Imágenes: Archivo

La Estilista y Consultora de Moda, Elena Regadera, ha participado recientemente en un nuevo Diálogos de la Fundación Cañada Blanch en el que la valenciana ha abordado el estilismo como herramienta personal y profesional en un encuentro en el que ha compartido reflexiones con María Borrás, clienta y especialista en marketing estratégico y desarrollo de negocio del Real Madrid C.F.

Avalada por sus quince años de experiencia profesional como Jefa de Vestuario para series de televisión de reconocimiento nacional como ‘El Secreto de Puente Viejo’ o ‘Amar es para siempre’, la estilista ha abordado en este diálogo, moderado por la periodista Eva Montesinos, cómo la imagen personal es capaz de influir en el desarrollo de la profesión. Para Regadera, el primer paso en el proceso de asesoramiento consiste en plantear qué mensaje quiere transmitir el cliente en el momento presente y es lo que describe como la fase de autoconocimiento destinada a “conectar con tu imagen y las cosas que te hacen vibrar”.

“De la mano de los profesionales, el vestirse cada día no sería tan difícil”

Un autoconocimiento que aborda ámbitos como el de la colorimetría, consistente en analizar los colores más favorecedores conforme al tono de piel, ojos o pelo de sus clientes, así como el estudio morfológico de la persona. Según Regadera debido a la variedad de cuerpos existentes, debemos vestir intentando equilibrar las prendas a nuestras proporciones porque, “cada morfología tiene sus reglas”.

Para Borrás, existe una parte psicológica detrás del vestirse cada día que, como en su caso, puede llegar a convertirse en una preocupación más. Estando en un momento de cambio personal, acudió a la estilista buscando un fondo de armario más adaptado a la nueva etapa que estaba por emprender. Sin embargo, pronto observó que “había mucha profesionalidad detrás del estilismo” y, a día de hoy, entiende esta especialidad no como un medio para potenciar la autoestima, sino como una herramienta estratégica a la hora enfrentar cambios laborales: “De la mano de los profesionales, el vestirse cada día no sería tan difícil”, afirma.

Desde el punto de vista de Regadera hay personas con más facilidad para vestir y otras a las que se les hace más dificultoso: “Igual que recurrimos a profesionales para ciertos aspectos, otros recurrirán a mí si necesitan consejo de imagen”. El proceso de asesoramiento estilístico no tiene por qué ser continuo, sino que es diferente, “en base a las necesidades de cada profesional: los hay con una mayor necesidad de exposición pública debido a su profesión, que necesitan un armario más extenso y tienen una necesidad de actualización constante y, otros, que solo lo necesitan para su vida personal”, destaca.

“reintroducir prendas en el armario con las que nos sintamos más cómodas ayuda a mejorar la seguridad  en una misma, lo que acaba influyendo positivamente en el rendimiento laboral”

En referencia al poder de comunicación de la marca personal en empresas, Elena alega que “cualquier profesional puede trabajar el estilismo como una herramienta de éxito”; de hecho, ya se está implementando la consultoría de estilismo en la imagen corporativa de las marcas. Una tendencia que proviene de Estados Unidos y, actualmente, comienza a ser adoptada por empresas españolas en ciudades como Madrid o Barcelona.

En torno al modo de vestir de la mujer en entornos de trabajo predominantemente masculinos, la consultora defiende no renunciar a la feminidad, pues esta actúa como un agente de empoderamiento. En su experiencia, “reintroducir prendas en el armario con las que nos sintamos más cómodas ayuda a mejorar la seguridad  en una misma, lo que acaba influyendo positivamente en el rendimiento laboral”. Al igual que María, muchas mujeres interpretan el hecho de proyectar autoridad como una cuestión de verse imponente, por lo que tienden a orientar su vestuario hacia colores más oscuros y sobrios. No obstante, tras haber recibido asesoramiento por parte de Regadera, la especialista en marketing es de la opinión que dulcificar el aspecto, el verse más cómoda y cercana, “ayuda a generar un mejor ambiente de compañerismo”.

“Tenemos derecho a sentirnos bien con nuestra imagen, sea en el entorno en el que sea”, secunda la asesora, la cual respalda que la comodidad de tu propia personalidad no debe de enfrentarse a la imagen que se quiere mostrar. Para ella, la clave se encuentra en conducir ambas en una misma dirección. Si la comodidad es un valor al que no se puede renunciar, Elena recomienda ponerlo en práctica, ya sea a través del calzado, o de lo que se conoce como armarios cápsula; es decir, prendas que pueden combinarse de muchas maneras diferentes. “La comodidad es un aspecto que me pide todo el mundo, y más hoy en día, que teletrabajamos”. Esto no impide ir con estilo, pues, sin renunciar a la formalidad, “puedes ser la persona más estilosa de la sala con unas zapatillas”, remata. En último lugar, la consultora ha querido destacar que la labor del estilismo también incluye la sostenibilidad. Precisamente, aspectos como la elección de un armario cápsula, permiten dotar de sentido a las compras y aumentar la circularidad de las prendas. “Ahorras tiempo, dinero y ganas confianza”, concluye la especialista en marketing.