Amparo Vayá: “Me gusta siempre estudiar y reinterpretar los clásicos actualizándolos porque hay muchísimas cosas en las que todavía nos queda por avanzar”

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Informa Gonzalo Escrig / Imágenes: GVA y Passió per Sagunt

Amparo Vayá, licenciada en ESAD e Historia del Arte en Valencia y primera mujer ganadora del XXI Premi de Teatre Breu en Valencià Evarist Garcia, ha vuelto a dirigir a la Asociación Cultural ‘Passió per Sagunt’ en una nueva producción titulada ‘La asamblea de mujeres’. Una comedia griega escrita por Aristófanes en 392 a.C. y adaptada por Albert Miralles que, recientemente, ha sido representada en el Teatro Romano de Sagunto dentro de la programación estival de Sagunt a Escena 2022. Tras el éxito cosechado junto a la Asociación Cultural ‘Passió per Sagunt’ con las obras ‘Sónica y Acteón’,‘Ciudad Factoría’ y ‘Rodrigo, querido maestro’, Amparo Vayá ha asumido la dirección de ‘La asamblea de mujeres’ en la que un grupo de mujeres decide convencer a los hombres para que les cedan el control de Atenas. De la obra y los retos que supone dirigir una compañía de teatro amateur como es la Asociación Cultural ‘Passió per Sagunt’ ha hablado con EL ROTATIVO.

‘La asamblea de mujeres’ es la primera comedia que representa ‘Passió per Sagunt’ desde su fundación en 2003. ¿Qué les ha llevado a elegir este clásico griego con el que han vuelto al Teatro Romano de Sagunto?

La idea se concibió hace ya bastante tiempo cuando estaba todavía Martínez Luciano, exdirector del festival Sagunt a Escena, el cual falleció el pasado mes de abril. Un día me preguntó qué podría hacer diferente ‘Passió per Sagunt’ y fue cuando pensé que estaría genial que, por primera vez, se hiciese una comedia como homenaje a nuestro teatro. ¿Y qué hay mejor que una comedia clásica? De ahí surgió la idea. Además, nos apetecía cambiar de registro porque lo que se había hecho hasta ahora siempre había sido histórico relacionado con Sagunto. Esta nueva producción no tiene nada que ver con las anteriores y lo que hemos intentado hacer es homenajear al Teatro Romano de Sagunto.

A pesar de haber sido escrita en el 392 a.C. la obra, ¿es un fiel reflejo de la sociedad actual?

Muchas veces se dice que Aristófanes era un feminista, pero no es verdad. Lo que él escribió, que las mujeres tomasen el poder de Atenas, era algo tan imposible que daba risa. Es el mundo al revés, como en su obra ‘Lisístrata’ donde se propone que para acabar con la guerra los hombres deben dejar de tener relaciones sexuales con sus mujeres. Estas ideas eran impensables porque el papel de la mujer era tan nulo en la Grecia clásica que realmente sus relatos no tenían nada de verdad. Por eso a mí me gusta siempre estudiar y reinterpretar los clásicos actualizándolos porque hay muchísimas cosas en las que todavía nos queda por avanzar. No es un fiel reflejo de la sociedad actual, pero vamos, ¿qué gobierno actual está compuesto enteramente por mujeres?

¿En qué se diferencia esta versión, adaptada por Albert Miralles, de la de Aristófanes?

Realmente lo que hizo Albert Miralles con su adaptación fue hacerla más actual y mucho más política, hablando también de nuestra democracia. Es una obra muy divertida. No solo por las mujeres, que salen disfrazadas con barbas, sino porque bajan los dioses del Olimpo a molestar y entrometerse en los asuntos de los humanos.

Esta es su cuarta producción con ‘Passió per Sagunt’ después de ‘Sónica y Acteón’, ‘Ciudad Factoría’ y ‘Rodrigo, querido maestro’. ¿Ha encontrado tu sitio como directora y escritora en esta compañía?

Siempre que me vuelven a llamar para trabajar con ellos para mí es un agradecimiento porque me lo paso bomba. Con ellos estoy aprendiendo siempre y resulta todo un privilegio poder hacer lo que tú quieres, pues siempre me han dado total libertad. Es verdad que los medios de producción podrían ser otros, porque al final esta compañía es una asociación cultural, pero aquí estoy muy cómoda y ya les he dicho que cuenten conmigo hasta que se cansen de mí.

En la obra participan alrededor de treinta actores amateurs. ¿A qué retos se ha tenido que enfrentar a la hora de dirigir a un elenco tan numeroso?

En esta ocasión había dos retos. El primero, las canciones, porque en la obra cantan. Y el segundo, el coro, que está formado por quince personas que tienen que hablar al unísono. Eso nos ha costado bastante, pero el resultado es muy bonito.

¿Cómo valora la vuelta al escenario de la compañía tras el covid-19? ¿Se ha acusado el paso de la pandemia en la forma de producir la obra?

Este espectáculo estaba ya aprobado en el verano del 2019. La idea inicial era representarla en el verano de 2020, pero, claro, después del confinamiento no se podía ni ensayar por eso creo que si la pandemia ha afectado en algo ha sido en las fechas. Pero nosotros hemos afrontado esta producción con las mismas energías de siempre.

¿Están pensando en la próxima producción o ‘La asamblea de mujeres’ viene para quedarse por un tiempo?

Ojalá se quede, porque después de todo el trabajo no estaría mal poder representarla otra vez. Ya lo hicimos con nuestras dos últimas producciones, ‘Ciudad Factoría’ y ‘Rodrigo, querido maestro’ y fue una experiencia muy enriquecedora para todos. A nosotros siempre nos gusta repetir y volver a mostrarlo al público, pero siempre hay algo que ronda en la cabeza.