Agustín Sánchez Vidal: “El Prado es un valor simbólico para que España se entienda a sí misma”

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Informa: Ana Sofía Pérez / Imágenes: Cortesía del autor

El Museo del Prado es la pinacoteca más visitada en España y, para muchos, una de las más importantes del Mundo. En lo que va de año, son más de 100 mil personas las que han pasado por las salas de este museo. No obstante, parece ser que lo han estado haciendo de una manera muy deprisa. Así lo deja saber el historiador y escritor español, Agustín Sánchez Vidal, quien en su obra más joven ‘La vida secreta de los cuadros’, invita al lector a realizar un recorrido detallado a través de los cuadros de El Prado que se miran como insignificantes, pero que esconden historias que cambiaron el mundo y que, a su vez, representan los vínculos de España con Europa.

Agustín, ¿por qué desvelar los secretos de las obras del Prado?

Con una experiencia de casi un cuarto de siglo en contacto con las obras y con personas que las aman, me planteé la idea de que podría ser útil trasladar con naturalidad esa experiencia. Dentro de la Fundación Amigos del Prado ponemos en común nuestra pasión por El Prado a través de un lenguaje muy directo, sin necesidad de estar especializado en la materia y, precisamente, esa es la idea del libro. Sin engolar la voz y con mucha naturalidad quise explicar los detalles para quienes sentían algo por los cuadros, pero no acababan de saber por qué.

Y, ¿qué ha querido contar sobre el museo y sobre los cuadros que en él se pueden admirar?

Lo que he querido es proponerle un recorrido al lector en el que quizás no estarán los grandes éxitos del museo, sino que, en cambio, estarán las piezas que pasan más desapercibidas pero que gozan de detalles valiosos que le dan pie a una historia importante. La mayoría de las veces las personas entran al Prado muy deprisa y, con agobio, se preguntan: ¿Por dónde empiezo? Precisamente, ahí es cuando le propongo al lector disfrutar de esta lectura pausada que no tiene como objetivo ver El Prado como una especie de asignatura obligatoria.

Usted es catedrático de cine: ¿De qué manera le ha ayudado este condicionante a la hora de contar las historias que guardan cada una de las obras?

Estoy acostumbrado a contar las historias de una forma narrativa. “Si algo lo puedes mostrar, no lo cuentes y si hay algo que puedes contar, no lo expliques”. Si puedes contar una historia mediante las imágenes, no lo hagas mediante otros procedimientos que están al alcance del teatro, de la radio o de los libros. Todo esto ayuda mucho a que trabajes en igualdad las palabras y las imágenes. Y, para mí, es el caso del Museo del Prado.

En ‘La ceguera al azul’ y la ausencia lingüística de este color en las civilizaciones antiguas es uno de los puntos mencionados en uno de los capítulos: ¿Cree que de alguna manera un fenómeno como este podría estar ocurriendo y despertar un enigma en las sociedades venideras?

En Europa prácticamente no había un color azul estabilizado excepto el que procedía del Lapislázuli, una piedra preciosa muy costosa que solo se conocía para la época una mina en Afganistán, un territorio complicado. Hoy en día, esto ya no sucede porque muchos de ellos son sintéticos, pero en esa época que eran colores naturales fueron tremendamente condicionantes.

«le propongo al lector disfrutar de esta lectura pausada que no tiene como objetivo ver El Prado como una especie de asignatura obligatoria»

En su prólogo cuenta cómo algunas personalidades como Nicolás Masson y Kenneth Clark le quitan mérito a España en cuanto a lo que ha hecho por Europa y el resto del mundo. ¿Considera que siguen existiendo personas que opinen lo mismo?

Desgraciadamente es así. Yo entiendo que sobre España se pueden pensar de diferentes maneras, incluso los propios españoles han sido muy críticos con respecto a lo que ha sido este país. También se puede entender que hubo momentos en los que España daba un perfil prepotente y antipático. Sin embargo, no se puede perder la objetividad hasta el punto en que lo hizo Clark a través de la serie de televisión ‘Civilización’ alegando que España no aportaba nada a la cultura universal: es una barbaridad. La transmisión de saberes que hubo a través de España por parte del islam supuso algo muy significativo para Occidente. Sin las escuelas de traductores que tenían los árabes como las de Córdoba o las de Toledo resultaría difícil. Tampoco se puede negar, con independencia de lo que se opine, de la forma en que se comportó España en América, sin la labor y sin todo lo que hizo España para tender lazos sobre los dos lados del Atlántico, América habría sido diferente al igual que el mundo.

Precisamente, en uno de los capítulos habla sobre la importancia de las especias y sobre cómo la compañía Holandesa de las Islas Orientales impulsaron las nuevas rutas que llevaron al descubrimiento de nuevos continentes. Siguiendo ese hilo: ¿Cómo afectó el descubrimiento de América dentro del arte español? ¿Hay alguna obra en el Prado que pueda responder esta cuestión? 

Actualmente hay una exposición dentro del Prado que se titula ‘El Tornaviaje’ y que refleja no solo cómo vieron los españoles el encuentro de dos culturas tan distintas, sino que también está la respuesta de América. Aquí se abre un debate que tiene que afrontar no solo El Prado sino también el resto de los museos y, es afrontar el pasado colonial. Esto es algo que indudablemente hay que empezar a hacer una revisión con datos objetivos y sin prejuicios, escuchando a todas las voces olvidadas.

Otra cuestión relevante, interesante y también curiosa es el conocimiento de la obra de Arsène Heitz y su labor como creador de la bandera de la Unión Europea, la cual guarda una estrecha relación con el catolicismo en su simbología. Un ejemplo más de que el arte, en sí mismo, ha tenido desde su inicio ese lazo o vínculo con las creencias, con la religión. ¿Cree que esto ha cambiado o más bien se trata de algo que permanecerá en el tiempo? 

Esto es algo que lleva muchos siglos y va a continuar. Este tipo de tendencias cuesta mucho tiempo cambiarlas, por eso sospecho que seguirá siendo una tendencia consolidada y difícil de cambiar en el futuro.

Para usted, ¿cuál es el cuadro que vincula más a España con Europa?

Dudaría en responder. En cierto modo, todo El Prado es un muestrario de los vínculos de España con Europa. Los grandes focos pictóricos en Europa fueron la pintura italiana y la pintura flamenca. Con las colecciones de El Bosco y Rubens, El Prado demuestra ser un museo muy español, pero también un museo muy europeo.

Si pudiera definir los valores que caracterizan la pintura española, ¿de qué manera lo haría? ¿Cuáles serían?

Es muy difícil porque la pintura española tiene personalidades muy diversas. Los valores entre Goya, Velázquez o Picasso son completamente diferentes. Como mencionó Kenneth Clark la pintura española tiene grandísimas individualidades, pero no goza de tendencias debidamente organizadas. Sin embargo, esas individualidades no son necesariamente algo negativo. Si son contradictorias pueden llegar a dar la idea de la diversidad que hay entre las demás tendencias, recordemos que España en ciertas etapas fue medio mundo.

«todo El Prado es un muestrario de los vínculos de España con Europa»

¿Usted cree que los españoles son conscientes de lo que representa el Museo del Prado dentro de su cultura?

Creo que son conscientes, pero una cosa es saber que El Prado es un tesoro y otra es que se llegue a esas conclusiones. Es como esos autores famosos que son siempre citados, pero muy poco leídos. Por eso, creo que El Prado es un museo que no es lo suficientemente visitado para lo que supone como valor simbólico para que España se entienda a sí misma.

Desde hace 24 años usted es miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado: ¿Cómo vive esta experiencia?

Somos cerca de cuarenta mil y esto quiere decir que no solamente se organizan cursos, publicaciones o conferencias, sino que todos aportamos unas cuotas para apoyar al Museo del Prado y que pueda ser más autónomo. En ocasiones, reunimos el dinero suficiente para regalar un cuadro, ya que El Prado no puede comprar todo lo que sale al mercado. Un buen ejemplo es el último regalo que hemos hecho al museo y que es la primera obra de Goya ‘Aníbal contemplando Italia desde los Alpes’. Desde la Fundación no podíamos dejar escapar una oportunidad así. Me parece que eso es lo que mejor demuestra cual es la actitud que se vive dentro de Amigos del Museo Del Prado. Eso es lo que refleja la pasión y el continuo esfuerzo para que el Prado tenga lo mejor.

Dentro de todos los cuadros expuestos en el Prado imagino que tendrá alguno preferido: ¿con cuál es con el que más se identifica?

Si tuviera que quedarme con uno, me quedaría con una sala y es la de las pinturas negras de Goya. Las razones abundan, pero la principal es que siguen siendo tremendamente modernas.

Finalmente, ¿cree preciso que las nuevas generaciones sigan visitando el Prado?

Les invito a que frecuenten El Prado de una manera constante. Las imágenes, las pinturas o cualquier cosa de este museo hace que se pueda aprender mucho.