Daniel Fopiani: “Debemos eliminar esas fronteras que nosotros mismos hemos inventado”

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Informa: Ana Sofía Pérez / Imágenes: Carlos Ruiz-Contumaz Estudio

La Isla de Alborán ha sido escenario de conflicto durante varios años debido a su rica biodiversidad y por tener uno de los canales más transitados de la inmigración ilegal hacia Europa. Por si fuera poco, también es el entorno perfecto para ambientar un thriller literario. Este es el caso de ‘El corazón de los ahogados’, la novela más reciente del escritor y sargento de Infantería de Marina, Daniel Fopiani, quien presenta su obra como una denuncia social hacia la emigración, la mujer en el ejército y la salud mental dentro de la armada. Asimismo, el autor rinde homenaje al clásico ‘Diez negritos’ de Agatha Christie en ese pequeño islote en medio del Mediterráneo.  

¿Cómo y cuando nació la idea de escribir ‘El corazón de los ahogados’?

Fue en el año 2009 cuando tuve la oportunidad de pisar la isla de Alborán por primera vez y quedé enamorado de ese pedazo de tierra abandonado en medio del Mediterráneo. La isla mide apenas 600 metros de largo, pero cuenta con un cementerio de tres tumbas y una gruta subterránea que atraviesa la isla de punta a punta. Con eso, fue inevitable que comparase aquella isla diminuta con la novela original ‘Diez Negritos’ de Agatha Christie. Por entonces tenía 19 años, pero ya era un lector que se prometió en que si alguna vez me atrevía a escribir una novela sobre la isla de Alborán debía hacerle un pequeño homenaje, desde la humildad más absoluta, a una de mis escritoras preferidas de mi periodo de juventud.

Sin hacer spoiler alguno, ¿qué se va a encontrar el lector en ‘El corazón de los ahogados’?

Se encontrará con elementos diferenciadores a la novela de Agatha Christie. Por otro lado, en la trama veremos cómo una pareja de emigrantes se va a tirar al mar para encontrar una vida mejor, y de alguna manera sirve para que pueda compartir con todos mis lectores parte de la experiencia que haya podido adquirir como jefe de los equipos de operativos de seguridad de la armada.

¿Qué es lo más difícil de ser sargento y a la vez escritor?

Lo más difícil es encontrar tiempo. Sobre todo, para la escritura. Me considero un escritor de ratos libres que tarda dos o tres años en escribir una novela porque lo hago cuando mi trabajo y mis obligaciones personales me lo permiten. Aun así, he compaginado ambos oficios con profesionalidad, ya que, por un lado, he ido ascendiendo en mi trayectoria militar en el que este verano vuelvo a ascender y soy sargento primero y por la fama editorial.

La canción ‘Diez soldaditos’ que se prolonga durante la historia se convierte en un homenaje hacia la escritora Agatha Christie. ¿Fue inquietante llevarlo a cabo, sobre todo, en el sentido de cómo podrían habérselo tomado los lectores?

Sí. Lo primero que a uno se le pasa por la cabeza es que hay alguien que pueda confundirse al pensar en que esta obra es una copia de diez negritos. Por eso quise hacer algo completamente diferente.

Según esta canción hay diez soldaditos en la isla de Álboran. ¿Hay alguno con el que Daniel Fopiani pueda identificarse, más allá del rol profesional como sargento?

Podréis ver muchos detalles y pensamientos que guardo en mi interior a través de Julia Cervantes, que también es sargento de infantería de la marina al igual que yo. Uno piensa que cuando asciende tiene la vida resuelta y todo es más fácil, sin embargo, cuando hay gente que su seguridad y vida dependen de las decisiones que uno toma, pues uno se ve en la tesitura de tomar las más justas y acertadas. Ese es el caso de la sargento Cervantes y el mío. Al tener subordinados a tu cargo, te preocupas por tomar la mejor decisión posible para todos.

La mujer en el ejército es uno de los temas que abarca la novela y quien le da vida es una de las protagonistas, Julia Cervantes, quien no solo desempeña el rol de sargento, sino también de mamá. ¿Cree usted que en la sociedad actual siga siendo sinónimo de debilidad? Sobre todo, en el mundo militar, donde durante muchos años fue únicamente para los hombres.

Siempre he dicho que todos llevamos el mismo uniforme y no hay diferencias entre nosotros. Pero, es cierto que en las fuerzas armadas están compuestas principalmente por hombres. He visto cómo muchas de mis compañeras, a lo largo de los años, se creaban esa especie de caparazón para parecer más autoritarias. Puede ser que a nivel social en ciertos sectores lo tomen como una debilidad. En mi caso, pertenezco a un entorno de una nueva generación que ve esto como algo totalmente normal. A lo largo de mi trayectoria militar muchas mujeres han demostrado no solo ser más profesionales que los hombres, sino incluso a nivel físico han demostrado ser más fuertes.

Este mismo personaje hace referencia a la salud mental y las dificultades con las que tienen que vivir las personas que pertenecen a dicha profesión ¿Cree que hoy en día se le está dando la suficiente visibilidad a esta cuestión?

Dentro del ámbito militar he descubierto que quizás incluso tengamos más protección que en el ámbito civil. Como ejemplo puedo ponerte el siguiente: Si alguno de mis compañeros necesitase una baja psicológica, automáticamente se le otorga. Nosotros, a fin de cuentas, estamos respaldados por una institución que son las fuerzas armadas. Ahí toman medidas inmediatas debido a que trabajamos con armamento y la seguridad de los compañeros es lo primero. Sin embargo, en el ámbito civil queda mucho por mejorar, ya que no se le da la importancia que verdaderamente tiene.

¿El apellido de Julia hace homenaje al reconocido Miguel de Cervantes?

Sí. Todos conocen a Miguel de Cervantes como escritor, pero muy pocos saben que fue infante de marina. De alguna manera, con el apellido de Julia, le ofrezco un pequeño guiño a uno de los escritores más reconocidos a nivel mundial.

La emigración es otro de los temas presentes. Doudou y Nayah encarnan los capítulos difíciles que viven aquellas personas que están en busca de un futuro mejor. Como integrante del ejército, ¿qué es lo más difícil a lo que se ha enfrentado en situaciones como las que se encuentran estos dos personajes?

Realmente difícil no es. Cuando uno está en zonas de operaciones y ve pateras a la deriva, donde una de ellas se ha volcado con personas que no saben nadar, surge una necesidad de ayuda automática que supera todo lo demás. En ese momento, lo único que podemos hacer es actuar y salvarles la vida para luego quedarnos con la satisfacción del deber cumplido.

Ha sido durante más de cinco años director de la revista RSC y, simultáneamente, colabora como columnista en diferentes periódicos. Todo esto quiere decir que tiene una relación cercana con los medios. En ese sentido, ¿cómo cree usted que es el tratamiento actual que reciben los temas que usted aborda en su obra por parte de los medios de comunicación?

Creo que es un tema en el cual necesitamos desarrollarnos y evolucionar como humanos. Debemos eliminar un poco esas fronteras que nosotros mismos hemos inventado. Que las banderas vayan un poco difuminándose. Y, que nuestra mayor preocupación han de ser las personas. Sin embargo, considero que hemos avanzado hacia una dirección adecuada. Las nuevas generaciones son bastante proactivas en ese aspecto, pero quedan aún muchos años de educación para que la situación se normalice.

¿’El corazón de los ahogados’ es para cualquier tipo de lector?

Sí. Eso es lo que intento en todas mis novelas. Siempre me preocupo por utilizar un lenguaje bastante directo y coloquial. También me preocupo por esos lectores que buscan una narrativa más actual y original. Por otro lado, intento ofrecer una propia voz y romper con algunas estructuras.

Hasta ahora son muchas las críticas positivas que ha recibido esta obra, ¿lo esperaba?

A pesar de tener opiniones positivas antes de que se publicara el libro por parte de maestros como Lorenzo Silva o Javier Castillo, la verdad es que hasta que no se vende uno no sabe si realmente va a gustar o no. A los pocos días de publicarse la novela empecé a recibir las primeras opiniones de los lectores. Cuando vi que estaba gustando mucho, me quedé un poco más tranquilo y supe que el trabajo estaba bien hecho.

¿Se aproximan en el camino más obras literarias?

Claro que sí. Ya es demasiado tarde para dejar de escribir. Sin embargo, aún es demasiado pronto para hablar sobre los siguientes pasos, pero es cierto que ya tengo algunos capítulos escritos de lo que puede ser una próxima novela.

¿Una pequeña reflexión final sobre el significado de esta novela?

Nunca me había atrevido a escribir sobre mi trabajo como infante de Marina. Por eso, de alguna manera, he convertido esta tercera novela en mi obra más personal.