Francis Montesinos: “Hay que apostar por la sostenibilidad porque sin ella no vamos a ningún sitio»

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Informa María del Álamo / Imágenes: CLEC Fashion Festival

Más de medio siglo de profesión supone mucha experiencia y aprendizaje. No todos los diseñadores alcanzan esa edad en el sector de la moda, pero el diseñador valenciano Francis Montesinos sí y sigue activo dispuesto a comerse el mundo. Su última aparición pública en un evento de moda ha sido en la celebración de la segunda edición de CLEC Fashion Festival de Valencia donde expuso las diez creaciones más icónicas de su carrera profesional. De su vida profesional, de su Valencia, de la moda en España y del futuro de la misma reflexionó en esta conversación mantenida para EL ROTATIVO.

El año pasado convirtió el MuVIM de Valencia en una pasarela en conmemoración del 50 aniversario de Francis Montesino. Hace unas semanas convirtió el Hemisféric en el escenario donde presentar las creaciones más icónicas y sensuales de su carrera, ¿a qué hacen guiños estos diseños tan transgresores y creativos?

Con el título de ‘Las diez tentaciones’ se entiende que estos diseños hacen guiño a las raíces de mi creatividad, a todas esas cosas que a lo largo de mi vida siempre han estado presentes: el mundo de las flores, la tauromaquia, el arte, la pintura, la arquitectura, el jamón y el chocolate.

Como gran defensor de nuestra cultura y tradiciones, ¿qué representa la moda valenciana en el panorama nacional?

Más que moda valenciana es mejor que hablemos de moda española, porque realmente la moda es algo universal y es muy difícil concretar en una ciudad tan pequeña como es la de nuestra. Aunque me encantaría que se hablara de la moda valenciana como se hizo en los años ochenta, ya que fuimos bastantes los diseñadores valencianos que emergían dentro del parámetro de Cibeles. Hoy en día, todas las industrias han caído mucho y precisamente la industria de la moda ha sido una en las que más ha repercutido.

¿Qué le debe Valencia a Francis Montesinos?

Valencia me debe mucho. Siempre he sido un diseñador muy valenciano y español. He alardeado de ello, cosa que -por regla general- la gente reniega un poco de sus raíces. Recuerdo que en aquellos años en los que empecé en la moda estaba mal visto el ser flamenco porque no era moderno. Sin embargo, yo puse de moda el folklore, la tradición y todas esas cosas que parecían olvidadas en el tintero e, incluso, mal vistas. Ahora, parece que ya no se ve así, y creo que debo de haber contribuido a todos esos cambios. Mi tesón ha sido siempre seguir insistiendo en ese camino y en lo que me gusta.

España es un gran país, tenemos una cultura exquisita y hay que saber reflejarla en el arte y la moda…

Tenemos una grandísima cultura, a los mejores artistas, la mejor gastronomía. Tenemos tantas cosas que cualquier país nos podría envidiar, pero también somos el país más envidioso. La envidia es algo muy español y, con ella, no se va a ningún sitio. Somos un país muy creativo, con una cultura muy rica y parece mentira que no se defienda el arte, la moda y la industria de la moda. Nuestro país no valora estas cosas y la mediocridad es precisamente el mal de toda la envidia.

2021_10_30( fotografías Eva Máñez ) web_ CLECL FASHION FESTIVAL

Los diseños de Francis Montesino han sido muchas veces copiados, ¿es una consecuencia de la envidia?

No, yo creo que la copia no tiene nada que ver con la envidia. La copia es falta de creatividad y cuando alguien carece de ella tira mano de donde puede. Al principio me enfadaba muchísimo cuando alguien me copiaba, pero con el tiempo te das cuenta de que es mejor que te copien a que copies.

Ya han pasado más de 50 años desde sus inicios, ¿qué recuerda, con especial cariño, de toda su carrera profesional?

Cuando eres un niño tienes mucha ilusión por todas esas primeras coas que haces. Creo que todos los comienzos y principios son muy agradables y ricos. Son también mis señas de identidad, ese recorrido de los 50 años, ese ‘Made in Spain’, la Plaza de Las Ventas, Ibiza en los años 70, Camarón, Picasso y Dalí, siempre estarán en mi corazón, porque tengo un amor infinito hacia todo ello.

¿Cómo cree que ha cambiado la industria de la moda a lo largo de su trayectoria, teniendo en cuenta que siempre ha apostado por la alta costura?

La industria de la moda ha cambiado mucho, y más que va a cambiar. Afortunadamente, la moda es lo más cambiante del mundo, no cambia cada año sino cada seis meses, y esto es muy difícil para los artistas y diseñadores, aunque siempre resulta enriquecedor. Siempre digo que es muy agradable comenzar una colección, sin embargo, cuando la acabas estás tan harto de ella que tienes ganas de comenzar otra.

Y por lo que respecta al sector, éste también tuvo su ‘boom’. Recuerdo los años 60 en los que se hablaba de moda como del mundo del trapo, una moda sin personalidad, anónima, que se deshace y que ahora comienza a ser mal vista. Considero que es mucho más rico el heredar. La herencia es el nuevo valor de la moda. Hace mucho tiempo la gente usaba las prendas por algo, y eso dejó de ser clave en el sector, pero ahora parece ser un valor añadido más que nunca. El que tu hija se case con el traje de tu boda o que una prenda de Montesinos de hace veinte años la herede tu hija, eso está dentro del arte y eso es la moda. Una prenda que te la pones hoy y el año que viene ya no te la puedes poner, no está cargada de todas esas influencias, no tienen esos valores, y la herencia es una riqueza universal que la moda siempre ha tenido muy presente.

Actualmente, ¿está devaluado el concepto ‘moda’?

Creo que el concepto ‘moda’ sí que está devaluado, desprestigiado, infravalorado e incluso barato. La moda es arte y su cultura va mucho más allá. Yo nací con la muerte de la alta costura y el nacimiento del prêt-à-porter. Esa cultura y los valores que mencionaba siempre han estado presente en ambos, sin embargo, en nuestro país no se ha tenido mucho en cuenta. Una frase de Montesinos de los 80 fue que “no hay moda sin industria, ni industria sin moda”. Antes la industria era potente y para poder hacer algo tenías que pasar por una serie de caminos y técnicos. En una fábrica del sector textil existía un patronista, un escalador, una maquinera, una jefa de taller, en definitiva, muchos puestos de trabajo. Pero hoy, cualquiera que se considera diseñador te baila y canta. En cierto modo, se ha perdido un poco esa esencia de la moda.

Y hablando de la industria, la moda es de las más contaminantes, ¿existe un verdadero camino hacia la sostenibilidad?

No hay otra fórmula. Hay que apostar por la sostenibilidad porque sin ella no vamos a ningún sitio. Hay claves muy importantes como la herencia que nos acercan a ella. Hoy en día es mucho más barato heredar una prenda de Montesinos que comprarse una prenda de veinte euros. Tenemos una Valencia donde va a florecer en 2022 con esa Capitalidad Internacional del Diseño y es uno de los valores más importantes del mundo de la moda y va a ser una gran baza jugar a esa sostenibilidad.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Afortunadamente, proyectos siempre hay y muchos. Nunca salen todos, pero seguro que muchos de ellos sí, con que salgan la mitad de ellos ya me conformaría. El mundo del arte, el teatro y la danza me fascinan y me dan un sosiego y hay proyectos para este 2022 relacionados con todo ello.

Imagino que tenemos Francis Montesinos para rato.

Mi intención es trabajar mucho más desde fuera, en la fundación, con ese legado para que los jóvenes puedan entrar en Francis Montesinos y que la empresa coja así ese aire más juvenil. Porque, aunque pueda ser más joven que los jóvenes y más loco que los locos, a la marca le vendría muy bien un aire fresco.