Diego Navarro / 4º Periodismo
Imagen: Juan Molina
El espectador lo conoce como Pedro, un simpático personaje de la serie Velvet de Antena 3, pero ahora, Adrián Lastra, actor madrileño de 32 años, se sumerge en un nuevo personaje. Esta vez interpreta al rey Jorge VI, y lo hace en El discurso del Rey, una obra totalmente diferente a la película, y que el propio actor ha afirmado que «impacta». El teatro Olympia de Valencia acogió su estreno. La representación, dirigida por Magüi Mira, con Adrián Lastra en el papel de Jorge VI y Roberto Álvarez en el de Lionel Logue, indaga en la parte más humana del monarca y en su relación con el poder.
Pregunta. Lo primero enhorabuena por el premio Ercilla de Teatro a mejor actor.
Respuesta. Muchas gracias, fue una lástima que no pudiera ir porque estaba con el rodaje de la serie.
P. ¿Con Velvet?
R. Sí, estamos rodando la cuarta temporada, pero todavía vamos por los primeros capítulos. Queda todo la temporada por grabar.
P. De la televisión al directo del teatro. ¿Con la experiencia se pierden los nervios?
R. Siempre hay nervios. Es la emoción y el amor que sientes por esta profesión, si esos nervios desaparecen, te tienes que replantear cosas. Te acostumbras a ese estímulo, porque no es miedo ni pánico, es el nervio del respeto y de las ganas de hacerlo bien.
P. ¿Cómo viste al público valenciano?
R. Fue una de las funciones más cañeras de toda la gira con respecto al público, en el sentido de que estaban súper entregados. La ovación final fue tan buena, que se estaba echando el telón y fui yo mismo a decir que no lo bajaran. Notas cuando un aplauso es sincero. La de Valencia ha sido una de las mejores funciones que hemos tenido de gira, a nivel de público.
P. ¿Hay algo en lo que te identifiques con el personaje de Jorge VI?
R. En valentía y superación humana. A todo el mundo nos han dicho en algún momento un no y yo siempre digo que hay que levantarse. Para mí el no debe existir para que el sí tenga más valor.
P. ¿Cuánto tiempo has estado ensayando el papel de Jorge VI?
R. Estuvimos mes y medio de ensayos. Trabajo de lunes a viernes, porque también tenemos coreografías de transiciones y movimientos físicos, además de la preparación del personaje.
P. ¿Eres de los que se lleva el trabajo a casa?
R. No me gusta, aunque la tartamudez del personaje sí la he trabajado un poco en casa, en la ducha. Cuando empezaba a tartamudear yo lo hacía en inglés, se me daba mucho mejor. Veía los textos de la película, y miraba como ponía la mandíbula el actor.
P. Tengo entendido que a los 20 años tenias problemas de dicción
R. Así es, me he escuchado en grabaciones y veía que no se me entendía, incluso en series. Pero vas trabajando el habla y lo más importante es lo que trasmites. Y ahora mírame, interpretando a un tartamudo.
P. ¿Esto hace que comprendas mejor al personaje?
R. Sí, pero tampoco lo suelo llevar a lo personal, es un personaje alejado a lo que soy yo. Somos la noche y el día.
P. ¿Qué va encontrar el espectador diferente en la obra de teatro respecto a la película?
R. El espectador se va a imaginar escenografías, una Abadía, cambios de escenarios… y se van a encontrar una cosa totalmente diferente. Sin escenografía, con seis sillas, un trono y los seis actos todo el rato encima del escenario.
P. ¿Televisión o teatro?
R. Lo que quiero es trabajar. Soy un currante, me gusta cantar, bailar…
P. ¿Crees que un personaje puede cambiar la visión del espectador respecto al actor?
R. Sé que mucha gente me conoce de la comedia, y al principio de la obra se nota. Hay risas. Porque entiendo que el público aún no comprende lo que está pasando. Está viendo al chico de la tele…
