Irene Villa: «El perdón te libera y deja sanar las heridas»

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Cristian Suñer/ 1º Periodismo

La periodista, escritora y psicóloga madrileña Irene Villa y su madre fueron heridas por bombas instaladas por ETA en octubre de 1991. «Tenía todas las papeletas para ser una persona infeliz, pero con mucho esfuerzo he logrado darle la vuelta al destino», destaca Villa. La periodista confiesa que tiene «asumido y superado» todo. A principio de año publicaba una nueva obra, El libroabrazo de Irene.

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Portada del nuevo libro. / Foto: I.Villa

Pregunta. Usted ha afirmado en numerosas ocasiones que ya ha perdonado a los autores de las bombas.

Respuesta. Creo que es fundamental para poder seguir viviendo y sobre todo para ser feliz. Significa decidir con todas las consecuencias que ya no te duele ni te molesta el error, daño o maldad que te hizo otra persona, porque decides perdonarla. Ese proceso es mágico, instantáneo, como un ‘click’ que una vez apretado te deja libre de ira, rabia, rencor y resentimiento. Por eso tiene tanto poder el perdón. Te libera por completo y es cuando pueden sanar tus heridas. Si no perdonas, ese daño estará ahí siempre.

P. ¿Qué le ayudó a salir hacia adelante?

R. Voluntad, paciencia y perseverancia son las herramientas que me han ayudado y lo siguen haciendo, y no rindiéndome tras graves caídas, por ejemplo esquiando, pero tampoco cuando atravesé un proceso médico del que parecía no salir nunca por culpa de una bacteria de quirófano.

P. Usted contó recientemente unos sueños premonitorios que tuvo antes del atentado, ¿podría contarnos en qué consistían estos sueños?

R. Antes del atentado llevaba un tiempo teniendo pesadillas muy extrañas. No sé si fue casualidad o que efectivamente el destino está escrito y a mí se me adelantó en sueños, pero comencé a tener unas pesadillas muy desagradables en las que precisamente las protagonistas éramos mi madre y yo. Veía en mis sueños a unos hombres de negro y sin rostro, como unas sombras aterradoras que nos perseguían a mi madre y a mí por las distintas habitaciones de una enorme casa. No me atreví a contárselo a nadie, quería borrarlo, pero uno de los días, esos hombres nos alcanzaban y nos colocaban en una mesa fría y dura, como esas que hay en los quirófanos, para cortarnos partes del cuerpo con una sierra eléctrica.

P.  Después de todo lo vivido, a día de hoy cuenta con la ‘Fundación Irene Villa’, ¿qué labor realizan?

R. Nace del agradecimiento, y pretende ser motor para impulsar la integración de las personas con discapacidad física, intelectual y sensorial, -tampoco nos olvidamos de enfermedades raras- en la sociedad en diferentes aspectos como el deporte, la formación o el empleo. Queremos apoyar y dar visibilidad a la labor de otras ONG, y asesorar a empresas y particulares sobre las ventajas de incorporar a personas con discapacidad.

P. Es también periodista, ¿qué le llevó a estudiar una carrera de comunicación?

R. Querer concienciar, ayudar, agitar a la sociedad a favor de los valores, el compromiso social, la justicia, la igualdad de oportunidades… y también para dar herramientas positivas.

P. También es una amante del deporte, el esquí forma parte de su vida, ¿en qué momento decidió formar parte del equipo de esquí paralímpico?

R. Muchísimas, sobre todo velocidad, adrenalina, compañerismo, viajes inolvidables, estampas increíbles…

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Irene practicando su deporte favorito, el esquí. / Foto: I.V

P. Muchas veces dice que la vida  ‘te recompensa’, en su caso ha sido 100% así, ¿qué más espera de la vida?

R. Atender a mi pequeño Carlos, mi fundación (aunque tengo un equipo maravilloso que me facilitan todo), mis artículos y charlas, y ahora mismo estoy inmersa en un nuevo proyecto editorial, estoy escribiendo mi segunda novela. Todo esto me lleva mucho tiempo pero también nos organizamos para viajar.

P. ¿Qué nuevos proyectos tiene a la vista?

R. Seguir compartiendo ideas, reflexiones, buenos pensamientos, historias positivas… creando eventos solidarios y proyectos para integración laboral y deportiva de personas con discapacidad, y este año se presenta además con muchas conferencias en Iberoamérica, donde aprovecharemos para pasar un tiempo con los abuelos paternos de nuestros pequeños (viven en Buenos Aires).

P. ¿Y que nos dice de su último libro El libroabrazo de Irene?

R. Es una guía que ayuda a mirar dentro, autoconocerse, aceptarse, valorarse y empezar a cumplir esos sueños que creemos imposibles. Hay un proverbio chino que dice: dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme partícipe y entonces lo aprenderé. Aquí el protagonista es quien lo recibe, que debe poner cierto orden a su trayectoria y lograr cambiar si lo desea, su vida.
Es una especie de diario, la idea es cada uno escriba su propia historia, pero antes hay unos apartados que tienen como objetivo reforzar la autoestima, que sepan en qué son buenos, de qué pueden enorgullecerse, qué potenciar y qué limar. Y como se aprende haciendo, invito a quien lo reciba a hacer lo que nos cuesta (reforzar la disciplina), aquello en lo que nos sentimos inseguros ( reforzar la seguridad) y lo que tememos (reforzar la autoestima).

P. ¿Hay algo que quiera añadir?

R. Que todo lo podemos ver como una tragedia o como un regalo. Lo que me pasó fue un milagro porque salí viva de una trampa mortal. ¿Acaso no es motivo suficiente para estar eternamente agradecida?. La vida es como tú la ves.

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