Federico Mulet, presidente de la Asociación Católica de Maestros, denuncia el intervencionismo estatal
Marta Medina / 2º Periodismo
Federico Mulet, profesor y presidente de la Asociación Católica de Maestros (ACM), se esfuerza día a día por aportar nuevas ideas y metas que mejoren el sistema educativo español. Mulet habla de los objetivos que persigue dentro de la docencia, de la formación que se debe dar tanto al profesorado como al alumnado y comenta los puntos clave para mejorar la educación desde una perspectiva humana y cristiana: “El maestro debe retomar la vocación y ser capaz de convertirse en el verdadero motor de la educación”.
Para el presidente de la ACM, en España existe una cultura educativa que tiene “una gran intervención estatal”. “El Estado está incluso por encima de los centros docentes y los colegios, a su vez, tampoco dejan autonomía a los maestros por lo que cortan su iniciativa”, explica el maestro.
En ese sentido, Mulet cree que la asignatura Educación para la Ciudadanía “plantea la disyuntiva de si dejar que el Estado dirija y entre a formar parte de la conciencia moral de los alumnos o de si deben ser los padres los que crucen esa frontera profundizando en las convicciones y los valores morales y humanos”. No obstante, para Mulet, “depende mucho del maestro y del colegio que imparta la asignatura”.
Además, el presidente de la ACM expone que en los últimos años “España ha duplicado los índices de fracaso escolar, mientras que en el resto de Europa se han reducido a la mitad esas cifras”. Según Mulet, estos datos evidencian que la educación de España “necesita una reforma legislativa urgente que empiece por ajustar los presupuestos del Estado y por revisar los planes de las escuelas de Magisterio y que, sobre todo, ayude a los maestros a reencontrar su vocación docente para que puedan volver a ser el motor de la educación”.
En cuanto al perfil actual de los alumnos, Mulet opina que el estudiante del siglo XXI “vive en una sociedad que le ha arrancado la esperanza por completo”. “Las personas, desde que nacen, tienen ansias de conocimiento y de descubrir el mundo y todo ello se ve tapado ahora por la sociedad en la que vivimos, que hace que los jóvenes no sepan distinguir entre lo que está bien y lo que está mal”, añade el maestro. Según el presidente de la ACM, existe “una apatía generalizada en los adolescentes de hoy que les lleva a buscar el placer inmediato, el sexo temprano, el alcohol y las drogas”.
El papel de la familia
Por lo que al papel de la familia se refiere, Mulet insiste en que en cualquier sociedad “la familia es crucial en la educación”. “Los maestros somos profesionales que estamos para ayudar y complementar esa formación que dan los padres y los abuelos”, indica. En ese sentido, el presidente de la ACM cree que en la actualidad “hay muchas familias desestructuradas y eso se nota mucho en el sufrimiento de los alumnos”. No obstante, según Mulet, para una “correcta educación es fundamental contar con la familia y convertir al maestro en el motor de la educación, ya que es el que acompaña al alumno durante su formación y el que debe hacer que se sienta querido y valorado como persona”.
Por otro lado, el maestro cree que para formar mejores docentes “es importante la labor de la formación adicional, como son los cursillos, los seminarios y las charlas en los que hay un esfuerzo para que los maestros crezcan como personas y maduren como educadores para poder sacar lo mejor del alumno”.
En cuanto al papel de la ACM, Mulet explica que sus principales objetivos son “difundir los valores cristianos en la enseñanza, dar la oportunidad de compartir experiencias docentes entre el profesorado y fomentar las relaciones con las instituciones que se preocupan por el mundo de la familia”. Según el presidente, “para conseguir estas metas, se organizan actividades socio-culturales entre los asociados”.
