Maribel Vilaplana: «Cuando se trabaja bien, haces falta, y si vas dejando un buen halo allá donde vayas, trabajando y esforzándote, te buscarán»

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Texto e imágenes: Lidia Pamplona

La verdadera demostración de que, si lo buscas lo consigues, se puede ver en la periodista Maribel Vilaplana. Con, solamente, 48 años ha demostrado lo lejos que se puede llegar empezando desde cero, siempre con mucha pasión y ganas de aprender. Pasando por diversas ramas de la comunicación, Maribel ha logrado el éxito personal y profesional. Desde joven supo que quería dedicarse al periodismo, e hizo todo lo posible para lograrlo colaborando en diversos medios y proyectos. Su carrera ha experimentado diversos cambios no exenta de obstáculos, pero gracias a su dedicación y ambición ha logrado superarlos convirtiéndose en una comunicadora profesional y reconocida.

¿Qué papel tiene en el mundo del periodismo?

Llevo 30 años trabajando como periodista, pero empecé a trabajar desde los 18. Desde el primer momento que yo entré a la carrera empecé a buscar prácticas. Me di cuenta de que era una carrera compleja, no por la propia carrera en sí, sino por encontrar un sitio donde poder trabajar. Me ha apasionado y me sigue apasionando el periodismo, pero es cierto que he pasado por multitud de facetas como periodista y comunicadora. En estos momentos mi trabajo es de comunicadora. Soy consultora y formadora en comunicación de impacto, es decir, trabajo con escuelas de negocios, equipos directivos, ejecutivos, empresarios, programas de máster y postgrados, y entrenando a profesionales para aprender a comunicarse. Me di cuenta de que tú puedes tener mucha capacidad y conocimiento, pero si no sabes contarlo, no tienes ningún recorrido. De hecho, decido enseñar porque tengo una diversidad de trabajo y de experiencia tan grande al haber vivido muchos contextos diferentes de situaciones distintas, y eso me permite poder enseñar a otros a interactuar en dichos contextos.

¿En qué proyecto está trabajando actualmente?

Hace dos meses irrumpió en mi vida el fútbol. Precisamente uno de los empresarios para los cuales trabajo es una de las personas más vinculadas al Levante Club de Fútbol. Esa persona me propuso que formara parte de su nuevo consejo de administración. En estos momentos soy consejera del Levante, formo parte del equipo que dirige su conducción y también soy su portavoz, por mi área de comunicación. Soy la cara y la voz del Levante a la hora de comunicarse de manera externa en el ámbito institucional, deportivo, de consejo y de gestión. Es verdad que ahora es un poco locura mi vida, pero es una experiencia brutal.

¿Con qué palabras se definiría a la hora de trabajar?

Soy súper responsable. Me auto exijo mucho y me gusta exigir a las personas que trabajan conmigo, pero me exijo mucho más a mí que al resto. Soy también una persona muy despierta y muy inquieta. Me gusta mucho aprender y retarme. No me gusta quedarme con los “¿y si?”, porque soy muy de “vale, voy a hacerlo, y después veremos cómo me las apaño”. No he perdido ni una pizca de pasión en todo lo que hago, me sigue alucinando esta profesión y todo lo que me está conllevando. Soy muy responsable y muy trabajadora, y eso hace que busque la excelencia y la disfrute.

En España el periodismo está visto como una carrera “sin salidas”, ¿le costó hacerse un hueco en el oficio?

No es que cueste trabajo hacerte un hueco, cuesta vivir del periodismo, cosa que es más triste y más duro todavía. Ya lo era en mi época y recuerdo que cuando dije que quería estudiar periodismo me dijeron “te vas a morir de hambre”. ¿Me costó hacerme un hueco? Yo me busqué la vida desde el primer día que empecé la carrera siendo consciente de que no iba a cobrar, porque es muy fácil acabar la carrera con un título debajo del brazo y exigir un sueldo que no te va a llegar. Esta es una carrera que se aprende trabajando. Yo estoy harta del intrusismo, como lo estarán todos los estudiantes y los profesores. Es una carrera que desgraciadamente tiene mucho intruso, ya que hoy en día todo el mundo hace periodismo con el móvil, prostituyendo la profesión. Hay mucha gente que actúa a través de las redes como periodistas, ya que prima la velocidad a la calidad. Un buen periodista necesita cotejar la información, contrastarla y redactarla bien, pero la actualidad se basa en “sácalo rápido y búscame el titular más extraño y llamativo”. Eso es muy triste, pero empecé trabajando de prácticas en una televisión local, en una emisora leyendo resultados de fútbol de tercera regional, grabando contestadores automáticos de empresas… sin cobrar. Casi dedicaba más horas a las prácticas que a la facultad, tratando de combinar ambas. Tenía muy claro que la única manera de encontrar oportunidades es estando en el mercado. Nunca me llamarían en casa.

¿Qué consejo le daría a un estudiante de periodismo?

Sal a la calle. En la carrera no te van a enseñar a ser periodista, te van a acreditar para serlo. Cumplí 18 años hace 30, espero que la carrera haya evolucionado, pero es cierto que en mi época era muy teórica y poco práctica, entonces era una transición, tenías que pasar por ese filtro. Te preparan conocimientos en muchos ámbitos, pero, al fin y al cabo, es un oficio que se aprende a diario y que evoluciona muy rápido. Todo va tan deprisa que tienes que estar al día y tienes que estar en la calle. Mi consejo es sal, búscate la vida y trágate el orgullo. La única manera de encontrar un buen trabajo es trabajando y acreditando Lidia Pamplona Soriano información, experiencias, idiomas y viajes. Hay tanta competencia y tanta gente sumamente preparada que hay que estar en el momento, buscando oportunidades en eventos, congresos y cursos, es decir, hay que estar fuera de la facultad para complementarla.

Después de vivir diferentes experiencias, ¿se ha visto en la situación de tener que cambiar de medio por razones fuera de su alcance?

He tenido la suerte de ir enlazando todo, pero tras trabajar durante tres años en una emisora de radio y a la vez colaborando con El Mundo, hice un casting en TVE donde me cogieron. Estuve ahí otros tres años y me fichó Canal 9, fui saltando de un sitio a otro. Más tarde, en 2013, cerraron Canal 9, y ahí entra un crack en mi vida. Me encuentro en un momento de decir, ¿y ahora qué hago?, pero es cierto que antes de que cerraran, me puse las pilas porque, como he dicho, soy culo inquieto y siempre trato de ir por delante. Ese crack en mi vida me hizo ver que debía avisparme. Traté de trabajar en Mercadona de reponedora y no me cogieron, básicamente porque estaba demasiado preparada y capacitada, y al saber que eso sería un trabajo de transición, no les merecía la pena prepararme como reponedora para que a los dos o tres meses encontrara una opción mejor, y, por ello, no querían invertir en mí. Ahí me di cuenta de que me tenía que salvar la papeleta ya que tenía 38 años, una sobre capacidad y una sobre experiencia, y eso me iba a perjudicar. Me vi en la calle y pensé ¿qué hago? Fue ahí cuando decidí que debía enfocarme, totalmente, en aquello que había empezado a emprender montando mi propia empresa en la que canalizo como consultora y asesora de alta dirección a través de escuelas de negocios y asesoramiento personal, además de los eventos y congresos. Para mí el éxito es llegar a ese punto donde tú ya has asentado tu profesión y donde se te reconoce y valora. Aspiro a vivir durante mucho tiempo de lo que hago, disfrutando.

¿Considera que su éxito deriva de su esfuerzo en el trabajo?

Así es. Yo no he tenido ningún enchufe. La meritocracia existe y aunque sea fácil caer en la tentación, también estamos los que no estamos enchufados y se nos presentaban grandes oportunidades. Cuando se trabaja bien, haces falta, y si vas dejando un buen halo y un buen rastro allá donde vayas, trabajando y esforzándote, te buscarán. Hay que prepararse y trabajar mucho para que se te compense, pero siempre con paciencia.