Max Verstappen vence, por dos, en el GP de Austria

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Un análisis de Javier Cuñat / Imágenes: F1

El Gran Premio de Austria vino con ración doble de emoción, velocidad y carreras al repetirse el formato Sprint, ya vivido hace unos meses en el GP de Azerbaiján. De Austria nos vamos con otra victoria de Verstappen que supera a las de Ayrton Senna, 42, Charles Leclerc segundo y Sergio Pérez remontando tras empezar el decimoquinto, en el podio y con Ferrari más cerca y Aston Martin más lejos de la cabeza de la parrilla. Pero, lo que queda en entredicho es Lando Norris y McLaren, que han mejorado gratamente su monoplaza y consiguen un quinto puesto.

La ‘sorpresa’ en el GP de Austria ya saltó el mismo viernes durante la primera clasificación que decidió la parrilla de salida de la carrera del domingo, con Max Verstappen consiguiendo el mejor tiempo, seguido de Charles Leclerc y Carlos Sainz. Sergio Pérez volvió a complicarse la vida al clasificar en el 15º puesto por saltarse los límites de pista y eliminar el tiempo que le metería en la Q3. Al día siguiente, sábado se celebró la segunda clasificación, de la misma forma que el viernes, pero con menos tiempo entre sesiones de eliminación. Otra vez, como ya es casualidad, Max Verstappen consiguió el mejor tiempo, sin embargo, Leclerc no pudo hacerlo como esperaba, al tener que salir sexto y Sergio Pérez se deshizo de sus demonios pudiendo alcanzar la segunda posición. Lando Norris pudo llegar a la tercera posición y sorprendentemente Nico Hülkenberg clasificó cuarto.

Fue en la tarde de sábado cuando se realizó la carrera al Sprint a 24 vueltas, y no vimos cambios en el podio salvo la remontada de Carlos Sainz para acabar tercero tras salir quinto, pero, sobre todo hubo cambios en las condiciones climáticas al empezar la carrera en lluvia y terminarla en seco. Esta circunstancia obligó a muchos pilotos a cambiar de compuesto excepto a los Aston Martin, Carlos Sainz y los Red Bull al tener una gran distancia de ventaja con aquellos que cambiaron de ruedas para ir más rápido.

Y la emoción del fin de semana se quedó ahí, porque la carrera transucrrió con picos emocionantes, aunque todo bajo el dominio de Verstappen que sigue pilotando con una mano en el volante y la otra con un refresco. El neerlandés nacido en Bélgica sigue ganando, carrera a carrera, con distancias próximas a los veinte segundos de ventaja sobre el segundo, y eso no gusta a los aficionados, a los inversores, ni a Lewis Hamilton que lleva pidiendo meses que se ‘cape’ a Red Bull por su excesivo dominio, aunque está claro que al británico se le ha borrado de la memoria el dominio de su equipo desde 2014 a 2020. Una frustración la de Hamilton que aún le dura desde su horrorosa carrera, sin ritmo ni velocidad, ante el McLaren de Lando Norris, su única amenaza real en carrera.

Si hablamos de los pilotos españoles la palabra adecuada es ‘frustración’. Aunque Carlos Sainz terminó cuarto, pudo acabar en el podio de no ser porque su equipo no le dejó competir contra su compañero de equipo. Desde el segundo uno de carrera el español era mucho más rápido que Leclerc y, cuando el adelantamiento estaba a tiro, el ingeniero de Sainz, Ricardo Adami, le prohibió adelantarlo y proseguir con el plan, dos veces fallido.

La segunda parte de este plan se produjo cuando salió el Virtual Safety Car y pararon ambos coches. La parada de Charles Leclerc fue mala, y sumado al tiempo perdido y a que la parada del madrileño también fue definciente, cuando salió de boxes había perdido tres posiciones que pudo recuperar adelantando, codo con codo. Pero no todo fue culpa de Ferrari porque Carlos Sainz sobrepasó los límites de pista hasta cinco veces, y cuando lo haces cuatro te sancionan con cinco segundos, algo que también ha condicionado el posible podio del español.

Fernando Alonso no tuvo el mismo ritmo que sus rivales. Mercedes se desvaneció y Lando Norris se sumó a la lucha. El Aston Martin no es un coche ideal para una pista de pocas curvas y largas rectas, circuitos como Monza deberían ser los señalados para sufrir y Alonso solo ha podido recoger los ocho puntos por su sexta posición, un lugar que no está acostumbrado a ocupar al ser su tercera carrera sin pisar el podio, su compañero se tuvo que conformar con ser décimo.

El momento del día vino cuando Max Verstappen, que tenía una distancia de 23 segundos de ventaja con Leclerc, intentó conseguir el punto adicional que se otorga al que lograba la vuelta más rápida de la carrera. Su ingeniero le aconsejó enfriar su neumático medio de más de 20 vueltas y hacerlo. El ‘paseo’ vino cuando el piloto, sin aceptación de su ingeniero, decidió parar en boxes y montar el neumático blando para lograr la vuelta rápida. El dominio fue incontestable, y la libertad de movimiento de Verstappen lo fue aún más.

Justamente hace un año que Carlos Sainz lograba su primera victoria, el 3 de julio, y la próxima semana es el turno del circuito que le vio gritar y llorar de alegría, Silverstone, GP de Gran Bretaña, un trazado con muchas curvas e historia escrita y por escribir.