Luís García Jambrina: “Sin amor no hay manera de sobrevivir y superar las situaciones difíciles”

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Información: Diego González / Imágenes: Editorial Espasa-Félix Méndez

Luis García Jambrina es profesor de literatura y autor de la serie Manuscritos, que lo ha consolidado como uno de los más prolíficos autores de novela histórica de nuestro país. Su último trabajo literario, Así en la GUERRA como en la PAZ (2023), explora el amor en tiempos de guerra a través de la perspectiva de Catherine Gallagher, una de las mujeres que sobrevivió a la retirada del ejército británico durante las Guerras Peninsulares.

Luis, el título de la novela nos lleva a preguntarnos si hay algún punto en común entre la guerra y la paz. Si existiera alguno, ¿cuál sería?

El título tiene múltiples significados y juega con otros títulos de novelas como Guerra y Paz, de Tolstói, o Paz en la Guerra, de Unamuno. La fórmula se relaciona con lo que dice el sacerdote católico en la liturgia del matrimonio: en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad y, así, en la guerra como en la paz. Para un matrimonio en el que el marido es soldado, la esposa tiene que estar con el marido tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz. Para la gente humilde de aquella época, especialmente campesinos y obreros irlandeses y escoceses, no había gran diferencia entre la guerra y la paz. La paz era una lucha continua por la supervivencia en la que mucha gente moría y sufría, y la guerra lo único que hacía era empeorar un poco las cosas. Pretendo transmitir que en la paz hay guerra; sin amor, no hay manera de sobrevivir y superar las situaciones difíciles.

Así en la GUERRA como en la PAZ, ¿es una novela histórica o una novela de amor?

La novela intenta ocuparse de un acontecimiento histórico relacionado con la Guerra de la Independencia: las Guerras Peninsulares, como las llamaban los británicos, y también se ocupa de un hecho menos conocido como es la retirada del general Moore. Quería relatar este hecho, no desde una perspectiva bélica ni desde los ojos de un oficial, pues hay muchos testimonios escritos por oficiales y soldados británicos. Es en ese punto donde aparece el otro elemento importante de la novela: la participación en el ejército británico de las mujeres, lo que hizo que hubiera esposas de soldados que acompañaban a sus maridos a las campañas militares y en las que ellas llegaron a pasar incluso más penurias que los propios soldados.

Por tanto, es también una historia de amor.

La novela es también una historia de amor en tiempos de guerra, donde se confrontan la crueldad de la guerra y el amor que actúa como motor de supervivencia para muchas mujeres. La historia se enfoca en una retirada, más terrible que las batallas, en la que murieron siete mil soldados y cientos de mujeres, víctimas del frío, del hambre y de la fatiga. La novela muestra cómo el amor es importante en las historias de entrega y heroicidad, y cómo había mujeres que se dejaban capturar para reunirse con sus maridos presos o que los transportaban heridos a sus espaldas. A pesar de la confrontación entre amor y guerra, la historia de Catherine, una mujer valiente y homérica, muestra que el amor puede triunfar frente a las atrocidades de la guerra.

Y, ¿quién es Catherine Gallagher?

Catherine Gallagher surge a partir de los testimonios que tenemos sobre muchas de las mujeres que estuvieron allí. Me inspiré en testimonios directos e indirectos sobre ellas y en un diario que publicó una de estas mujeres, Catherine Exley, quien participó en una retirada posterior de la campaña peninsular. De ella tomé algunos detalles y son esos pequeños detalles, que no aparecen en las crónicas militares ni en los libros de historia, los que dan mayor viveza al relato.

A través de ella, y de las mujeres que aparecen en la historia, se reivindica el papel de las mujeres en la guerra, ¿fue intencional o surgió durante el proceso creativo?

Para mí es muy importante darles voz a estas mujeres a través de Catherine Gallagher, la narradora y protagonista, y centrar la novela en la función que tenían y lo mal que lo pasaron. A ellas se les denominaba seguidoras del campamento y sin ellas muchas cosas no hubieran podido ser atendidas. Hay que tener en cuenta que las condiciones en esta retirada fueron trágicas, por lo que me parecía que mostrarlo desde dentro y, sobre todo, desde los ojos de estas mujeres, era una manera de dar a conocer algunos aspectos poco tratados de la historia de España, aunque en este caso esté centrado en el ejército británico.

«La novela muestra cómo el amor es importante en las historias de entrega y heroicidad, y cómo había mujeres que se dejaban capturar para reunirse con sus maridos presos o que los transportaban heridos a sus espaldas»

¿Conocía la existencia de estas mujeres y su situación antes de escribir la novela?

Empecé interesándome por la historia no leyéndola, sino escuchándola a un historiador cuando hacíamos una ruta alternativa del camino de Santiago. Él me contó la historia de la retirada de las tropas lideradas por el general Moore, pero cuando descubrí la participación de las mujeres, ahí fue cuando vi el enfoque de la novela.

¿Cree usted que son las mujeres las grandes olvidadas de la historia?

Siempre ha sido así, pero en este caso se ve de manera clara. Las crónicas no hablan de estas mujeres. Cuando la retirada termina y los barcos que trasladan a los soldados llegan a Inglaterra, se hace un recuento muy minucioso de las bajas, pero no se dice ni una sola palabra de las mujeres, como si no hubieran estado allí. Y no es que estuvieran por casualidad, ya que la presencia de mujeres estaba regulada por el ejército británico. Ahí está el olvido: parece que las mujeres no sufrieron nada. Yo desconocía que, durante los siglos XVIII y la mitad del XIX, las mujeres acompañaban al ejército británico. Durante la propia campaña, a los hombres se les daba una ración completa de comida y, a ellas, solamente media ración, con la que además tenían que alimentar a los niños. Asimismo, tenían que ir caminando porque los carros estaban destinados a las provisiones, armas, uniformes o soldados heridos. Podían ir, pero no se las tenía en cuenta para nada. Por lo tanto, cuando se escribe la historia de esas campañas, no figuran salvo en los testimonios personales de algunos oficiales.

Y, ¿cree que se puede revertir ese trato histórico hacia las mujeres?

El rescate de las mujeres, tanto conocidas como desconocidas, se ha venido haciendo en los últimos tiempos, aunque de manera un poco artificial, pues se están escribiendo muchas novelas en las que figuras masculinas son reemplazadas por mujeres sin preocuparse por la verosimilitud histórica. Creo que la novela histórica debe mostrar cómo era la realidad de esas mujeres, por eso hablo de mujeres reales, aunque la mayoría sean anónimas y hayan sido excluidas de los libros de historia. Intento mostrarlas como realmente eran, como muchas de las mujeres que acompañaban a los soldados irlandeses del ejército británico y se alistaban en busca de alimento y bebida. La realidad fue que las mujeres se veían abocadas a acompañar a sus maridos, ya que no tenían otra cosa que hacer y podían pasar hambre si no lo hacían.

Finalmente, ¿es esta historia adecuada para todos los públicos o está dirigida únicamente a los amantes de la historia?

Creo que es una novela que puede interesar a muchos lectores que quizás no se sienten atraídos por las novelas históricas de intriga. Es una novela histórica y también un testimonio directo desde la perspectiva de una mujer. En ella, además, hay mucha aventura y, sobre todo, la admisión amorosa que, aunque está presente en otras de mis novelas, nunca antes ha estado en primer plano. Igual a los lectores de mis manuscritos les choca, pero acaban leyéndola y emocionándose con el personaje protagonista.