Bebi Fernández: «Soy una artista reivindicativa, siempre digo que como artista soy un sujeto político»

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Informa Noelia Birigay / Imagen: Planeta

Bebi Fernández es una activista online, como ella misma se define, en Twitter, Facebook e Instagram. Criminóloga de profesión alcanzó popularidad en las redes sociales en 2014 y actualmente cuenta con 786 mil seguidores en Twitter. La lucha de la mujer y el humor tan sarcástico son las señas de identidad que hacen que tenga cada vez más seguidores en sus redes sociales y de su obra literaria. Una carrera como escritora que comenzó con dos diarios de poemas escritos en su infancia y adolescencia, Amor y asco’ e Indomable’. Ahora, con 27 años, publica el desenlace de la trilogía Salvaje: Reina’, la novela de la que nos habla en esta entrevista.

Tras escribir ‘Memorias de una salvaje’ manifestaste que no tenías pensado escribir una segunda parte, ¿por qué escribes finalmente Reina?

Yo sabia cuál era la última parte, pero no tenía pensado escribirla ni mucho menos publicarla. Decidí que Memorias de una salvaje’ iba a quedarse así, que no estaba inconclusa. Soy una escritora romántica y me gusta dejar que el lector imagine el final; pero con este año tan extraordinario dije, ¿por qué no? Cuando llegó el confinamiento me puse manos a la obra.

Supongo que ha leído tu libro alguna persona que se vea reflejada en la historia, en algún personaje, ¿qué opinan de él?

Ha habido bastantes mujeres víctimas de trata que lo han leído. No se han alegrado por leerlo porque es un libro que remueve conciencias y remueve emocionalidad de una forma dura, pero me han dado las gracias por dar visibilidad a este tema, era necesario.

¿Quién o quiénes te gustaría que leyeran tu bilogía? ¿A quién te gustaría que llegase?

Me encantaría que todos los consumidores de trata de mujeres del mundo leyeran estos libros. Incluso que otra persona se lo leyera a ellos en voz alta y estuvieran mirando a esa persona mientras les cuenta la historia, eso sería aún mejor.

La primera parte, ‘Memorias de una salvaje’, te dejó tocada emocionalmente según comentaste, ¿cómo te has sentido al escribir esta parte final?

Con la primera sufrí, sufrí mucho… Y con la segunda también he sufrido, pero claro, es el final, tiene una venganza, una acción más clara. Una nota más de rapidez. Es un libro que está enfocado más en el thriller. Tiene denuncia social también, porque yo no se escribir sin denunciar; soy una artista reivindicativa, siempre digo que como artista soy un sujeto político. He sufrido igual, o incluso más que en ‘Memorias de una salvaje’, pero ha sido distinto.

¿Qué hombres leen tus libros o te siguen en Twitter y RRSS? Y, ¿qué provocas en ellos?

Son hombres jóvenes y hombres no tan jóvenes. El hecho de publicar mis libros en una editorial como Planeta me ha abierto a un público más extenso. Con mis diarios poéticos hay rangos de edad a los que no había llegado y con la trilogía he podido llegar. Sí que es cierto que me leen muchísimas chicas y muchos chicos jóvenes. En cuanto a los hombres que me leen, es positivísimo. Además, hay una cosa muy curiosa: ellos me escriben mucho más que ellas y con más emoción. Me dicen: “Joder, yo no sabía esto… Muchas gracias”. Las chicas me comentan: “Muchas gracias por contarlo…”, al fin y al cabo, somos mujeres. Pero los hombres me agradecen que les haya descubierto esta tragedia, y eso dice mucho de cómo somos como sociedad. Que los chicos jóvenes y los hombres no sepan lo que está pasando o al menos no se hubiesen dado cuenta…

Algunas de tus frases se han visto en pancartas de manifestaciones, ¿es un honor? ¿Qué te parece?

Es bonito, pero yo creo que cuando una frase se transforma en una consigna reivindicativa ya no es del autor. Por eso para mí las frases que las chicas y las mujeres llevan en las manifestaciones son de ellas y de todas. Considero que dejan de ser mías; me gusta desprenderme de ellas y que se queden como mensaje, que es lo importante, y que todas las mujeres las puedan adoptar.

¿Cómo crees que ayudan las RRSS a mejorar la sociedad?

Creo que son un altavoz muy importante y amplio. Desde una red social se puede llegar a cualquier lugar recóndito del planeta y a cualquier persona que no conozcas y es fundamental.

Pretendes concienciar sobre la violencia de género, sobre la trata de mujeres, con tus mensajes en Twitter, con tus novelas, ¿de qué otra manera, por qué otra vía, se puede concienciar a la sociedad?

De muchísimas formas: desde una madre hablando del tema con sus hijos, un juez con una sentencia restaurativa, un periodista con una noticia con enfoque de género… Cualquier persona desde cualquier ámbito puede educar, lo más importante es la educación. Siempre he dicho que contra la violencia de género hay tres opciones: la primera educación, la segunda educación y la tercera educación. Hay que ir al germen.

Cada vez más localidades españolas se unen al movimiento Red de Municipios Libres de Trata y además se está trabajando en una ley de trata de mujeres en España en la que se pretende abolir la prostitución, ¿supondrá el fin de este negocio en nuestro país?

Yo lo veo lejos… Creo que no soy pesimista, soy realista. Voy a hablar como criminóloga, yo creo que la trata de mujeres es un tipo de criminalidad que tiene una ideología muy específica y eso la hace muy difícil de abordar, porque se tiene que plantear desde el punto de vista del criminal, desde el punto de vista de la víctima, y desde el punto de vista del consumidor. Son muchas vertientes y se tiene que crear un enfoque muy multidisciplinar y es complicado. Y va a costar mucho tiempo.

Eres una activista, como tú misma te defines en Twitter y otras RRSS. Creas agendas, calendarios, escribes novelas, ¿qué te falta por hacer? ¿Algún proyecto a la vista?

Todo lo que tenga papel me encanta (risas). Mi vocación como escritora la explotaría en cualquier faceta. Soy una artista muy de “trance” como yo lo llamo, siempre digo que los libros no los pienso, me piensan ellos a mí. Cuando “me viene” lo “vomito” y quizá después sale un libro. Soy una escritora sin proyectos.