Esperanza Luque / 1º Periodismo
Teresa Sanchis es una estudiante de Arquitectura en la Universidad CEU-Cardenal Herrera (UCH-CEU) que ha recibido las primeras de las Menciones Honoríficas en el concurso ARKSXSITE International Arquitecture Competitions por su proyecto ‘Ágora’, realizado en colaboración con los hermanos Álvaro y Francisco Hidalgo. El diseño arquitectónico se basaba en construir un museo en una de las laderas del pueblo portugués Montemor-o-Novo, aunque finalmente decidieron construirlo en la plaza del pueblo. Juntos recibieron también, con anterioridad, una Mención Honorífica en el concurso Ideas Forward con el proyecto ‘Sunset’, que consistió en crear un refugio con forma de esfera para los habitantes de la Antártida.
Pregunta. ¿Cómo se siente al haber recibido la primera de las menciones honoríficas en el ARKXSITE International Arquitecture Competitions de entre todos los concursantes que participaban?
Respuesta. Muy contenta, estoy muy feliz. En ocasiones piensas que no eres suficientemente buena todavía porque por muchos años que lleve estudiando Arquitectura parece que todavía no sabes nada. Pero hay que atreverse e intentarlo.
P. ¿Por qué se decidió llamar al proyecto Ágora?
R. El proyecto es en lo alto de una colina en un pueblo medieval. Este pueblo tenía una historia muy bonita: antiguamente estaba todo amurallado. El pueblo tenía cuatro entradas, una en cada uno de los puntos cardinales. De esas entradas, que eran unas torres, salían unos caminos que se cruzaban en un punto, en la plaza del pueblo, que era donde se desarrollaban las relaciones sociales, donde se realizaban las transacciones comerciales… digamos que era el corazón del pueblo. Además, en función de ese corazón, se organizaba todo: las calles, el resto del pueblo. Entonces, realmente, lo que daba carácter a esta montaña es la plaza. Ese Ágora, porque Ágora es el lugar donde se reúne la gente. Nosotros, como proponíamos recuperar ese lugar, pensamos en llamarlo Ágora, que el encuentro de la gente se iba a producir en este sitio que, hoy en día, está perdido.
P. En un principio, los organizadores del concurso plantean que el diseño arquitectónico se encuentre en las ruinas del pueblo. ¿Cómo surge la idea de situar este diseño en la plaza en lugar de en las ruinas?
R. Empezamos a investigar que la montaña había sido habitada por diferentes civilizaciones y queríamos conocer un poco la historia antes de proponer algo para el lugar. Entonces, cuando averiguamos lo de la plaza, automáticamente cambiamos el chip. En esto estuvimos de acuerdo los tres, que los tres queríamos recuperar el espacio de la plaza, el Ágora, y por eso nos atrevimos a salirnos de la parcela.
P. Además del triunfo con ‘Ágora’, también participaron en equipo en el concurso Ideas Forward. Vuestro proyecto se llamó en ese caso ‘Sunset’, ¿por qué decidieron llamarlo así?
R. Teníamos una esfera y una plataforma. La esfera se la tragaba la plataforma, estaba incrustada en ella. Esto era en la Antártida, que es un lugar muy plano con muchísimo hielo. En un lugar en el que tienes una extensión de terreno tan larga que siempre ves la puesta y salida del sol como no podríamos verla aquí.
P. ¿Es también por esa razón por la que el diseño arquitectónico tiene forma de esfera o simplemente os pareció más práctico?
R. Primero empezamos con la idea de que tenía que ser algo curvo, aerodinámico. La Antártida es un lugar que tiene las mayores ráfagas del viento del planeta. Entonces, teníamos que tener muy en cuenta eso. Por eso, en un principio, pensamos en formas aerodinámicas y la idea de la esfera nos gustaba porque es una forma geométricamente pura. Nos atrajo la idea de cruzarla con una plataforma y que esa plataforma fuera la que dividiera los dos tipos de espacio: por un lado, el espacio para vivir y, bajo esta plataforma, el espacio para almacenar.
P. ¿Qué retos suponen realizar un diseño arquitectónico en tan sólo 24 horas?
R. Pues supone un reto bastante grande porque, evidentemente, somos tres. Al principio, cada uno pensaba una idea por separado y luego nos las enseñábamos. Al principio era muy difícil, sobre todo, ponerse de acuerdo.
P. ¿Qué es lo que han tenido más en cuenta a la hora de realizar diseños arquitectónicos en este tipo de concursos?
R. En general, es el lugar en el que está pensado construir, por qué ese diseño está bien ahí y no valdría para cualquier otro sitio. Luego sí que es verdad que a la hora de hacer un concurso, también cambias un poco el chip, piensas en la imagen potente que tiene que aparecer y que va a llamar un poco la atención de los que están revisando todos los paneles. Tiene que haber una imagen potente para que se paren a ver tu proyecto y eso sí que lo tenemos muy en cuenta.
P. ¿Tenía muy claro desde pequeña que quería estudiar Arquitectura o fue algo que surgió con el tiempo?
R. No tenía nada claro. Hay mucha gente que sabe desde bien pequeño que quiere ser arquitecto. Es muy vocacional la carrera, a mí me ha ido conquistando poco a poco. Yo al principio, reconozco, cuando entré a Arquitectura no tenía ni idea de lo que me esperaba. Arquitectura es una carrera muy bonita pero también es muy sufrida en el sentido de que te pide mucho. Entonces, si la carrera no te gusta, al final o abandonas o te dedicas a otra cosa. A mí poco a poco me conquistó y ahora estoy muy contenta de haber elegido este camino.
P. ¿Qué es lo que más le apasiona de la Arquitectura?
R. Para empezar, estás creando algo. Cualquier cosa que sea diseñar, crear algo de la nada, la valoro mucho: desde el diseño gráfico, que también me gusta mucho; hasta lo que sea, si es diseño de edificios, muchísimo más. A mí lo que más me gusta de la Arquitectura es cuando veo un edificio que, por la atmósfera que crea o las sensaciones que tienes cuando estás en él, te emocione y te haga sentir mejor. El arquitecto que consigue eso para mí es a lo que tengo que aspirar, a crear edificios que emocionen.
P. Cuando termine en el CEU, ¿qué tiene pensado hacer?
R. Tanto Paco, Álvaro, como yo estuvimos en un workshop de Arquitectura de unos arquitectos que viven en Gerona que se llaman RCR, son conocidos mundialmente. Hacían un workshop en agosto y nos apuntamos los tres. Se quedaron bastante contentos con nosotros, hemos pedido hacer prácticas con ellos cuando acabemos y nos dijeron que sí. Se supone que empezamos en septiembre los tres.
P. A la hora de desarrollar su carrera, ¿le gustaría irse a otra ciudad o quedarse en Valencia?
R. Supongo que al principio tengo que empezar aprendiendo de los que saben más que yo, evidentemente, antes de independizarme en un estudio. Para esto me iría donde fuera necesario. Yo echaré currículums a arquitectos que admiro y, si me cogen, allá que me voy, más adelante, me gustaría vivir en Valencia.
P. ¿Le gustaría tener su propio estudio o colaborar con Francisco y Álvaro?
R. Sí, ya lo iremos viendo, pero yo supongo que sí. Yo trabajo muy a gusto con ellos, nos entendemos bien. Es muy importante porque hay personas que se ponen a trabajar juntas y, aunque los tres sean muy buenos, si no se entienden bien eso no puede fluir.
P. ¿Es difícil ponerse de acuerdo a la hora de realizar proyectos conjuntos?
R. Pues depende. En el de Ágora, en cuanto leímos esa historia del cruce, los tres tuvimos claro desde el primer momento que queríamos hacer eso. Luego, en Sunset, quizás hubo al principio un poco de incertidumbre, pero hasta ahora no nos ha costado tanto ponernos de acuerdo. Además, cuando colaboras con compañeros, no buscas gente que piense radicalmente diferente a ti, buscas a gente con quien tienes más afinidad. De hecho, ahora los tres estamos haciendo nuestro Trabajo de Fin de Grado (TFG) y constantemente nos enseñamos cosas, nos preguntamos y valoramos mucho lo que nos decimos porque ofrece una visión desde fuera.