Graduada en Logopedia y Psicología por la Universidad de Valencia, Lara Almarcha, la importancia de cuidar las cuerdas vocales para prevenir lesiones graves
Una entrevista de INÉS F. MIRÓ
Casi la mitad de la población experimenta algún problema de voz a lo largo de su vida, pero pocas personas buscan ayuda profesional para tratarlo. Lara Almarcha, logopeda y psicóloga titulada por la Universidad de Valencia, combina sus conocimientos y su experiencia para abordar esta problemática desde una visión integral. Tras comenzar su trayectoria trabajando con personas con autismo y en un centro de parálisis cerebral, descubrió el impacto que tienen la comunicación y el lenguaje en la calidad de vida de las personas. Esto le llevó a estudiar logopedia y más tarde psicología porque, según señala, «las personas somos un global, y la parte emocional también repercute en la voz». La logopeda, especializada en patologías vocales, comparte las claves para entender la importancia de cuidar la voz y prevenir lesiones.
Para contextualizar, ¿cuáles son los principales campos en los que trabaja un logopeda y qué implica esta profesión?
La logopedia abarca muchos campos y se trabaja con personas de todo tipo de edades, no solo con niños, que es a lo que la gente lo suele asociar. La gente desconoce lo que es un logopeda, y podemos tratar desde problemas relacionados con la comunicación y el lenguaje, hasta problemas de deglución, voz y cualquier tipo de dificultad asociada a la musculatura facial. Sin embargo, existe un gran desconocimiento social sobre la amplitud de esta disciplina.
Cuando trabaja con personas cuya voz es su herramienta principal de trabajo, como cantantes o periodistas, ¿cuáles son los mayores retos que enfrenta y cómo los gestiona?
Lo más complicado es hacerles entender que tienen que parar. Entrar de repente en la vida de una persona cuya herramienta de trabajo es su voz para decirle que tiene que parar, preocuparse por ella y cambiar sus hábitos. Además, en la mayoría de los casos sus exigencias laborales no les permiten frenar y priorizar el reposo vocal. En estas circunstancias, el tratamiento suele requerir trabajar juntamente con psicólogos y fisioterapeutas, porque la sobrecarga de trabajo conlleva una sobrecarga emocional y física, y es necesario contar con otros profesionales. De la misma manera, se intensifica el tratamiento y se ofrecen pautas concretas para minimizar los daños.
Debido a este uso constante de la voz, ¿cuáles son las lesiones vocales más comunes que pueden aparecer?
Las lesiones más frecuentes suelen ser los nódulos, pólipos y edemas de Reinke. Aunque cada una tiene un origen diferente y un tratamiento propio, todas ellas son, como a mí me gusta llamarlas, callos que aparecen como resultado de un uso excesivo o incorrecto de la voz. Y, por supuesto, factores como el consumo de tóxicos agravan la situación.
“Es complicado hacer entender al profesional que trabaja con su voz que tiene que parar”
Para quienes quieran cuidar su voz en el día a día, trabajen o no con ella, ¿qué recomendaciones básicas les daría?
Para cuidar la voz es fundamental mantener una buena hidratación, ya que beber agua es indispensable para el buen funcionamiento de las cuerdas vocales. Por otra parte, es importante realizar un calentamiento vocal antes de someter a la voz al uso diario que le damos. Igual que uno prepararía el cuerpo antes de correr una maratón, a la voz y el mecanismo que la genera hay que darles tiempo para que se pongan en funcionamiento. El reposo vocal también juega un papel clave, especialmente después de jornadas intensas de trabajo en las que se ha forzado mucho la voz.
Hay muchas creencias sobre cómo cuidar la voz, ¿qué mitos cree que sería importante desmontar?
Existen muchos mitos sobre el cuidado de la voz que conviene aclarar. El más extendido es el de hablar a susurros. Al susurrar, lejos de ayudar, lo que hacemos es forzar aún más las cuerdas vocales, por lo tanto, es mejor hablar con la voz que nos queda si es preciso y guardar reposo vocal. Otro mito es sobre los remedios caseros como tomar miel con limón o hacer gárgaras, que solo brindan un alivio momentáneo. También es un error pensar que una voz ronca es debido a un resfriado pasajero; si la ronquera persiste más de un día sin causa aparente, podría ser señal de un problema mayor que requiere evaluación profesional. Por último, los caramelos para la garganta, aunque refrescantes, causan mayor sequedad en las cuerdas vocales. Ante molestias frecuentes lo más recomendable es acudir a un logopeda o un otorrino.
“Si la logopedia estuviera integrada en la sanidad pública se fomentaría su uso”
El cuidado de la voz está muy vinculado al estado general del cuerpo, ¿qué papel juega la salud general en la calidad de la voz?
La voz es un todo y todo se refleja en la voz. Por lo tanto, es fundamental cuidarnos a todos los niveles. En primer lugar, es clave contar con un descanso adecuado, ya que permite un buen reposo vocal. El 90% de mis pacientes afirman ser bruxistas, es decir, que aprietan o rechinan los dientes especialmente durante el sueño, y esto impide que la musculatura facial descanse. La alimentación, por otro lado, también influye, ya que el reflujo gastroesofágico, a veces imperceptible, irrita y daña las cuerdas vocales al exponerlas a los ácidos del estómago.
¿Influyen las emociones en la voz?
Creo que todos hemos tenido llamadas telefónicas en las que, sin ver a la persona, hemos sabido cómo estaba emocionalmente, lo que demuestra que la voz es todo. El aspecto emocional impacta directamente en la voz, por supuesto.
“Igual que se prepara el cuerpo antes de correr una maratón, la voz necesita tiempo para ponerse en funcionamiento”
¿Por qué cree que no hay una mayor consciencia social sobre la importancia de la voz?
El desconocimiento es la principal razón. Tenemos tan interiorizada la capacidad de hablar y generar palabras que no nos paramos a pensar en qué tiene que hacer nuestro organismo para producir la voz. Se da por hecho que todo funciona como debería, y ni siquiera nos planteamos la posibilidad de que no sea así, hasta que algo falla. A nivel social, falta información sobre las patologías vocales y sus consecuencias, por lo que muchas personas no le dan importancia a las molestias que sienten hasta que enfrentan una lesión grave.
En España, la logopedia no está integrada en la sanidad pública. ¿Qué impacto tiene esto?
La ausencia de logopedas en la sanidad pública limita tanto la sensibilización y valoración de la profesión a nivel social, como el acceso a estos servicios por parte de quienes lo requieran. Mucha gente no acude al logopeda, pese a necesitarlo, por el desembolso económico que supone. Si la logopedia estuviera integrada en el sistema público de salud, se fomentaría el uso de este servicio y se mejoraría la prevención y tratamiento de problemas vocales.
Por último, ¿qué recomendaría a alguien que empieza a notar problemas con su voz?
Recomiendo acudir a un logopeda para realizar una valoración inicial o, como mínimo, visitar al otorrino ante las primeras señales de alarma para que sea él quien, si así lo considera, haga una derivación al especialista. Siempre es mejor prevenir que curar, porque las lesiones vocales, una vez instauradas, son difíciles de eliminar y pueden hasta requerir intervención quirúrgica.