El alumnado de Magisterio de la Universidad CEU en Elche participa en un proyecto de aprendizaje-servicio de apoyo escolar con asociaciones y colectivos sociales de la provincia

Una alumna de Magisterio con niños durante su voluntariado educativo

Aunque pueda parecer que se trata de un voluntariado para una educación inclusiva, el proyecto “Aprender Ayudando” del grado de Magisterio del CEU va más allá. “Son unas prácticas de aprendizaje activo en contextos sociales directos, que les permite entender que nuestra profesión implica educar a todos en múltiples contextos”, asegura Nuria Andreu, impulsora de la iniciativa. El alumnado ha realizado horas de apoyo directo, formación, apoyo escolar, acompañamiento, ayuda emocional. Una experiencia de aprendizaje servicio (APS) que contribuye al desarrollo de competencias no solo profesionales, sino sobre todo sociales, cívicas y emocionales.

Este proyecto de innovación educativa se integra dentro de la asignatura de Trastornos del Desarrollo y Altas Capacidades I, y se realiza conjuntamente en los campus CEU de Elche, Valencia y Castellón. Para Andreu, su coordinadora, “favorece abrir el abanico profesional, a la vez que entendemos las necesidades presentes en nuestro contexto, ayudando a la transformación social”. En total han sido trece asociaciones y colectivos sociales en los que han trabajado los alumnos. Además, muchos de ellos han decidido después quedarse más horas, para completar como prácticas voluntarias, reconoce la docente. Se trata de asociaciones y centros educativos relacionadas con los trastornos del desarrollo y aprendizaje.

El objetivo principal es perseguir el objetivo de desarrollo sostenible de la ONU de educación de calidad, garantizando una educación inclusiva y equitativa. “Dado que nuestras asignaturas están vinculadas a la atención a la diversidad, creemos conveniente dar diferentes posibilidades de acción del APS y mejorar la formación teórico-práctica de nuestro alumnado. ¿Cómo? Mejorando sus competencias sociales, cívicas, digitales y profesionales, desde la práctica educativa”. Además, para esta experta, también “se fomenta una conciencia empática y la ética del cuidado, orientando a nuestros alumnos de la cultura hacia acciones solidarias”. 

Estudiantes comprometidos

Para el alumnado, participar en esta experiencia de voluntariado para una educación inclusiva les ha ofrecido otra mirada a sus alternativas profesionales y a la forma de educar. “Sin esta serie de proyectos, la mayoría no tendríamos conocimiento de la existencia de algunas asociaciones y centros a los que podemos recurrir. Así como de la ayuda y normalización que necesitan en el siglo en el que nos encontramos”, asegura Carolina Herrero, alumna del doble grado de Educación Primaria+Infantil.

En esa línea se manifiesta Andrea Rizo Amat, alumna de 2º de Magisterio Infantil. Ella ha estado colaborando con la Asociacion ADA, un centro de atención temprana, donde ha trabajado con niños con TEA y ha realizado actividades para su desarrollo personal. “Esta experiencia va a repercutir en mi carrera porque me di cuenta de que me gusta mucho trabajar con estos niños. Y me gustaría formarme más en esta área y seguir aprendiendo sobre ello”.

También Iván Martínez Abellán, de 5º de Educación Infantil, considera que su participación en el proyecto va a contribuir en su profesión como maestro. “Especialmente a la hora de tener en cuenta ciertas circunstancias personales para interiorizarlas y poder comprenderlas en un futuro próximo”.

Un proyecto internacional

Esta iniciativa, que se desarrolla desde hace unos cursos, tiene además vocación internacional. Desde este año se ha integrado en un proyecto COIL con la Universidad de Monterrey, con una propuesta global para escuelas de esta ciudad mejicana. Para ello, se han formado grupos mixtos de alumnos de ambas universidades, que han trabajado sobre las necesidades de las escuelas de Monterrey, desarrollando propuestas de acción.

Además de Nuria Andreu, en ambos proyectos colaboran los profesores del departamento de Educación del CEU Loli Botía, Carmen Díez, Ana María Fontalva, Rocío López, María Isabel Marí, Manuel Pastor, Ana Pérez y Brígida Pérez.

Nuria Andreu, coordinadora del proyecto

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