Adriana Palao, Alumni CEU: “No elegí escribir, simplemente lo encontré como refugio”

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Información: Laura Fargueta / Imágenes cedidas

La jovencísima Adriana Palao, de 22 años, acaba de publicar su primer poemario: ‘Escribir para sobrevivir’. La alumni de la UCHCEU conjuga en los veintisiete poemas que componen la antología aquellas angustias que la carcomían en 2018: sus temores, sus melancolías, sus preocupaciones. Palao combina su faceta creativa con su carrera como ajedrecista profesional y comunicadora, así como por su pasión por los viajes, que suponen una fuente de inspiración para ella.

Adriana, ¿cuándo y cómo surge la idea?

El primero de los poemas lo escribí en 2018: ninguno de los poemas es de este año, la mayoría terminan en 2021. Publicar el poemario me ayudó a cerrar una etapa que explico en el prólogo del libro. Cuando quise publicarlo, ya tenía el libro maquetado desde hacía mucho tiempo, y, al momento de querer publicarlo, solo tuve que releerlos, darles un poco más de forma o cambiar detalles que ya no me gustaban. Cuestiones de estilo, sobre todo. No escribí ningún poema con la intención de publicarlo, nacieron a modo de catarsis.

¿Qué te llevó a sacar estos poemas “del cajón” y recopilarlos en un poemario?

Siempre quise que el primer libro que publicase fuese un poemario, porque, al fin y al cabo, solo escribía poesía. Justo este año he sacado un libro sobre el ajedrez, porque soy ajedrecista profesional. Un amigo cercano me dio el impulso que necesitaba para atreverme a publicar el poemario. Como quería publicarlo antes de que saliera el otro libro, tuve que hacerlo lo más rápido que pude.

Cuéntanos, ¿qué temas exploras en el poemario?

Son todos muy personales, escritos en diferentes etapas de mi vida y en ellos expreso diferentes sentimientos. Muchos se relacionan con mi familia, porque los escribí cuando yo aún estaba en la etapa de la adolescencia. A veces tienes que callarte cosas para evitar un conflicto, y trataba de expresar esas cosas en los poemas a modo de desahogo para evitar conflictos mayores con gente cercana a mí. Algún que otro poema trata también el tema amoroso o romántico.

«Siempre quise que el primer libro que publicase fuese un poemario»

¿Qué hay tras el título? Para ti, ¿es la escritura un medio para sobrevivir?

Creo que con esos poemas lo fue. Yo no elegí escribir, sino que simplemente lo encontré como refugio. Ahora lo hago por placer, pero en ese libro cerraba una etapa en la que todos mis poemas plasmaban una expresión de angustia y de sentimientos negativos.

Eres ajedrecista profesional, ¿cómo es compaginar el mundo profesional del ajedrez con la escritura?

La escritura es muy pequeña en mi vida, así que el ajedrez lo compagino con mi carrera como comunicadora. Soy profesora y divulgadora de algunos temas de ajedrez, y también me han contratado para escribir libros o dar charlas relacionadas con el deporte. La escritura siempre está presente. De hecho, ahora escribo mucho cuando viajo, y viajo mucho por el deporte.

¿Te has planteado dedicarte profesionalmente a la escritura en un futuro?

Me encantaría escribir una novela, pero la verdad es que me gusta escribir sobre cosas muy realistas. En la poesía tengo una máscara: puedo ocultarlo todo con metáforas y nadie sabe de quién o de qué estoy hablando. Me da reparo publicar cosas muy personales o de gente muy cercana. Me encantaría dedicarme a ello, pero no es algo que me haya planteado.

¿Cómo se combinan tus tres grandes pasiones: la escritura, el audiovisual y el ajedrez?

Cuando estaba estudiando en la universidad, ya trabajaba en el medio audiovisual. Y a parte, seguía con el ajedrez: quería abarcar todo. Es difícil compaginarlo, pero a la larga no me imagino mi vida quitando uno de esos mundos, así que he intentado mezclarlos y hacer cosas audiovisuales en el mundo del ajedrez. Eso me ha abierto también muchísimas puertas.

Imagino que dejar tu país, Perú, a los 17 años supuso un gran cambio de la noche a la mañana. ¿Te inspiró de alguna forma esa “soledad” a refugiarte en las letras?

El irme fue una decisión, no una necesidad ni un consejo de mis padres. Yo quería irme porque quería cambiar. Desde pequeña me ha gustado viajar. En muchos poemas hablo del tema de viajar o de diferentes países. Pero sí, de hecho, me ayudó no sé si a refugiarme, pero escribía mucho cuando recién me mudé, porque aún seguía pasando por diversos problemas personales en los que la escritura me ayudaba a sobrevivir, como digo en el título.

Durante tu etapa universitaria en la UCHCEU, fuiste becaria de El Rotativo, Radio CEU y CEU Sports. ¿Te marcaron estos años a la hora de definir tu vocación?

Me ayudaron a ver que el periodismo me gustaba más de lo que nunca hubiera imaginado. Trabajar en El Rotativo y en Radio CEU es algo que nunca hubiera esperado. Cuando entré fue otro mundo: amaba escribir, hice un montón de entrevistas y lo disfrutaba mucho. Me hizo encontrar un mundo que no sabía que me gustaría, y por eso también he trabajado como reportera y muchas cosas más afines al periodismo que al audiovisual, pero que me encantan, al fin y al cabo.

«la Adriana actual ya no sufre tanto o, al menos, ha aprendido a superar el sufrimiento de esos problemas»

En el poemario reconoces que, en ocasiones, ya no te reconoces con esa Adriana que escribió los poemas. ¿Cómo se define la Adriana actual?

Mucho menos nostálgica. Creo que la Adriana actual ya no sufre tanto o, al menos, ha aprendido a superar el sufrimiento de esos problemas. Tengo muchísimos planes, muchísimos proyectos. El acabar la carrera me ha dado pena, pero necesitaba ya salir.

¿Puedes compartir alguno de esos proyectos personales?

Ahora mismo, voy a tirar por lo independiente. Por la parte del ajedrez, tengo una comunidad bastante grande entre alumnos y organizaciones que me llaman para diversas actividades como impartir charlas. Quiero hacer eso y, de manera independiente, tengo pensado algunos proyectos relacionados con el audiovisual.

En el epílogo dejas la puerta abierta a un nuevo poemario, ¿puedes adelantar algo?

Sí, tengo una idea para un segundo libro en el que cada poema esté ilustrado con imágenes que tengan relación con el mundo del ajedrez. Quiero hacer una metáfora del juego con la poesía. Quiero que un ajedrecista vea en las ilustraciones determinada posición y que al leer el poema se dé cuenta, a nivel metafórico, que la posición de ajedrez encaja con el tema del poema. Ya tengo algunos poemas, pero no llegan ni a la mitad de lo que necesito. Seguiré escribiendo y a ver cuándo lo puedo sacar.