El alumnado de Magisterio del CEU de Elche vuelve a proponer a Helena Pascual al Premio de Mejor Docente de España, que se fallará en noviembre

No es la primera vez que Helena Pascual se encuentra en esta situación. Hace dos años, sus alumnos también la nominaron a los Premios Educa, esos que reconocen la labor de los docentes y sus buenas prácticas. Igual que entonces, Helena reconoce sentirse abrumada. Sin embargo, tras la emoción llega la reflexión: “Me ha ayudado a analizar más mi docencia e intentar mejorar y llegar a todos mis alumnos”. Para esta profesora de Magisterio en el CEU de Elche, la pasión de ser docente pasa, también, por ser humilde. Esto es, “saber que por bien que creas que estás haciendo las cosas siempre se pueden mejorar”.

¿Qué ha significado ser nominada a estos premios por segunda vez

Para mí es un gran honor ver que el trabajo diario se ve reflejado en las muestras de cariño por parte de mi alumnado, las palabras cariñosas, los emails agradecidos. Igualmente, esta segunda nominación, la veo así, es su forma de agradecerme el esfuerzo que hago día a día por transmitir la materia de forma amena, y útil.  Además, me ha ayudado a analizar un poco más mi docencia e intentar, poco a poco, mejorar y llegar a todos mis alumnos.  

¿Cómo reaccionaste ante la noticia? 

Me sentí muy feliz y a la vez un poco abrumada. Si la primera vez me sorprendió, esta segunda no me lo esperaba para nada. Escribí un correo a mi alumnado dando las gracias y recibí uno muy gracioso que decía; ¡Helena piensa que vamos a estar proponiéndote hasta que ganes así que… a por todas! De hecho, me dio la risa, porque para mí estar en este listado ya es ganar. 

La pasión de ser docente

¿Qué crees que valoran los alumnos a la hora de nominarte? 

Seguramente, esto es algo que quizás deberían responder ellos. No obstante, mi percepción es que intento ser muy cercana, y mi lema docente siempre ha sido empatía y simpatía. Por ello, intento hacer las clases amenas, utilizando el humor… Además, tengo siempre muy presente el hecho de que trabajo con seres humanos, y todo lo que eso implica. Por esta razón, entendiendo que detrás de esos alumnos existen familias, emociones, situaciones personales….  Y trato de ponerme en su lugar para poder aportar a sus vidas un poco de mí y mis conocimientos. 

¿Cuál o cuáles crees que son los principios que debe tener un buen docente universitario? 

El docente universitario tiene mucho que trabajar, porque como es bien sabido, no por ser docente te dedicas a la Educación. Y es que, en nuestro sector, la docencia es una pequeña parte del trabajo, ya que debemos mantener viva la investigación. En consecuencia, creo que para poder ser un buen docente universitario es importante saber diferenciar entre una ponencia y una clase. Cuando interactúas con tu alumnado no es tan esencial el número de artículos que hayas escrito, o las estancias en el extranjero que lleves a las espaldas. Lo importante es el saber transmitir al alumnado tu pasión y tus conocimientos para que ellos puedan usarlos en sus futuros trabajos. El docente universitario, cuando pasa la puerta del aula, debe entender que está formando a futuros profesionales. Y, para ello, debe ofrecerles conocimientos teóricos, por supuesto, pero sobre todo procedimentales y humanos. Creo que en eso estriba la pasión de ser docente.

Helena en una sesión de trabajo con el alumnado de Magisterio

La importancia de la proactividad

¿Cómo se prepara un profesor universitario a la hora de hacer que su docencia llegue a su alumnado? 

Sin duda, la preparación y la organización son esenciales. Es muy importante planificar talleres, charlas o seminarios que puedan ayudar al alumnado a ver la materia desde diferentes prismas. Aunque en esta organización del curso hay algo esencial para que las cosas funcionen, y es lo que yo llamo, la posibilidad del caos. Con esto me refiero, a que debemos ser flexibles y entender que todo lo que preparamos y planeamos puede, por alguna razón, no salir como esperábamos. Sin embargo, eso no debe hacernos pasarlo mal, sino ser una excusa perfecta para trabajar de otra manera y buscar soluciones de forma inmediata. Contar con los imprevistos y hasta disfrutar de ellos. Es importante la flexibilidad, y la proactividad. Tengo claro que trabajo con personas y atiendo mucho a su ritmo de aprendizaje. Por ello, mi objetivo, no es terminar el temario, es conseguir que aprendan, que sean capaces de interiorizarlo, y de extrapolarlo, usándolo en cualquier momento o situación.  

Cuáles crees que son las buenas prácticas que debe aplicar un docente

La buena práctica, sin duda, depende de la pasión y la implicación que se ponga, para poder trabajar en tu día a día y hacerlo bien. Por esta razón, debe estar muy claro que cada persona es diferente, que todos tenemos ritmos de aprendizaje muy personales, y que la parte emocional es esencial en nuestra profesión. A la hora de transmitir conocimientos, debemos intentar hacer algo más, y enseñar con la palabra, el ejemplo y el corazón. 

La satisfacción del alumnado supondrá un 25 % de los puntos; la investigación, otro 25 %; la proyección en la sociedad, un 18,75 %; la formación, un 12,5 %; la transmisión de valores otro 12,5 %; Estos son los criterios para elegir al ganador de cada categoría. ¿Cómo te valoras?  Creo que es muy difícil valorarse a uno mismo, porque siempre se intenta trabajar lo mejor posible, pero no siempre es ese el resultado. Por lo tanto, mi valoración sería un poco indicando que mi intención siempre es un 10, pero que las circunstancias hacen media y a veces se suspende. Es por ello por lo que es importante intentar ser un 10 en todo aquello que depende de ti mismo, como la organización, los materiales utilizados, la búsqueda de genialidad… Pero teniendo en cuenta, siempre, que trabajamos por y para nuestros alumnos y que es muy probable que no acertemos con todos. Por ello, es importante ser humilde y saber que por bien que creas que estás haciendo las cosas siempre se pueden mejorar.                                                         

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