El filósofo y director del Centro de Estudios, Formación y Análisis Social CEU CEFAS ha impartido la segunda conferencia del ciclo “Pensar la Universidad hoy”, en la Universidad CEU Cardenal Herrera

Bajo el título “La Universidad en la modernidad: una odisea”, el catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad CEU San Pablo Elio Gallego invitó a los asistentes de la segunda conferencia del ciclo “Pensar la Universidad hoy”, a reflexionar sobre qué momento vive la universidad hoy en Occidente y si es fiel a su espíritu fundacional.

“Tenemos que preguntarnos si nuestra Universidad es igual a la que nació en la Edad Media o es otra bien distinta”

El también director del Centro de Estudios, Formación y Análisis Social CEU CEFAS considera que la universidad medieval es heredera de la primera revolución de la razón, que se dio en Grecia, donde la Filosofía “cuestionó la tradición heredada”. A su juicio, Sócrates fue el primero que inició el conflicto entre la filosofía y la piedad religiosa homérica.

“Desde ese momento y, como dijo Santo Tomás de Aquino, a la Filosofía siempre le ha acompañado la duda”, aseveró Gallego, quien manifestó que la llegada del cristianismo fue determinante para servir de puente entre los dos mundos que se habían vuelto antagónicos.

La Fe en sí misma se desentiende de todo lo demás. La revelación no nos dice cuál es la mejor filosofía, forma de Gobierno u orden jurídico; la revelación contempla todo lo humano, pero a la vez respeta su orden ontológico”, sentenció.

Para el catedrático, la universidad nació como un espacio de sabiduría donde se unieron el Derecho Romano, el corpus aristotélico y las artes liberales.

La Universidad Gótica fue una síntesis armoniosa entre la revelación y la filosofía”, un espacio donde se desarrolló el método escolástico, “basado más en el matiz, en la distinción, que en el sí o no”. Por este motivo, según el director de CEU CEFAS, las universidades nacieron bajo la fe cristiana.

A juicio del catedrático, la segunda revolución de la razón llegó cuando los españoles dejaron obsoletas las columnas de Hércules al descubrir América y circunnavegar el orbe. Al rebasar los límites del mundo conocido, “España fue la primera nación con un concepto del mundo”, señaló Gallego. Es entonces cuando el hombre toma “posesión del mundo, lo puede medir, observar, estudiar”. En este contexto, junto a la concepción luterana del cristianismo, es cuando se sentaron las bases de la ciencia experimental de Francis Bacon y la separación y distinción de los saberes.

En su opinión, el reto de la universidad de hoy es hacer una tercera revolución para congeniar “el cientifismo y la tradición medieval”. “Las universidades como la nuestra tienen ese reto de reconciliar esas dos visiones y apostar por la síntesis y la analogía”. Solo así se podrá recuperar su espíritu fundacional. “¿Podrá la Universidad católica reconciliar de nuevo, servir de síntesis de lo humano?”, se preguntó.

“Las universidades como la nuestra tienen ese reto de reconciliar esas dos visiones y apostar por la síntesis y la analogía”

Por último, el catedrático de Filosofía del Derecho, que también es director del Colegio Mayor Universitario San Pablo, expuso que una universidad católica tendrá futuro si tiene claro cuál es su propósito y asume su diferencia. Asimismo, si logra atraer estudiantes con ganas de conocimiento y sabiduría, al igual que aquellos primeros estudiantes de la Edad Media.

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