Enamorada de su futura profesión, Lucía Mora, estudiante de 4º curso del Grado en Educación Primaria del CEU, está viviendo el confinamiento como una oportunidad de aprendizaje y entrega a los alumnos del colegio Sant Vicent Ferrer de Vall d’ Uxó, destinatarios de sus prácticas formativas.

En febrero arrancaron tus prácticas. No habrá sido fácil sustituir ese contacto directo con los niños, en un aula, por un ordenador. ¿Cómo has vivido este cambio?

El día que nos enteramos del cierre de los colegios, nos quedamos todos bastante impactados ante la compleja situación que se nos presentaba. Lo único que tuve claro en ese momento es que haría todo lo que estuviera en mi mano para no desvincularme del colegio ni de mis alumnos, y que colaboraría con mi tutora en esta nueva situación.

Desde el CEU y el colegio me ofrecieron la oportunidad de continuar con las prácticas en modalidad online y no dudé en aceptarla. Me ha parecido una opción muy interesante, puesto que implica poder llevar a cabo una docencia en un escenario distinto al ordinario, y aprovechar la situación para poner en práctica nuevos métodos de enseñanza basados en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) que he ido aprendiendo a lo largo de estos años de estudiante.

‘Las prácticas online me han dado la oportunidad de llevar a cabo la docencia en un escenario distinto con nuevos métodos de enseñanza’

Pero echarías de menos a los niños…

Sí. Sobre todo los primeros días. Noté muchísimo el cambio, ya que es una situación muy atípica para los profesores que te obliga a pasar de la educación presencial a una educación a distancia, sin estar preparados emocionalmente para ello.

Sentía la necesidad de verles, interactuar con ellos, resolver sus dudas y mostrarles todo el apoyo que necesitaran, como venía haciendo estas semanas atrás.

A pesar de todo, ¿contenta con la práctica?

Si, muchísimo. Es muy gratificante la sensación de estar aportando tu granito de arena en esta situación tan complicada. A veces, tenemos que esforzarnos por ver oportunidades en las dificultades y, a día de hoy, puedo decir que esta experiencia me está haciendo crecer como futura docente y confiar más en mí misma y en mi trabajo.

Un buen aprendizaje. ¿Qué labores estabas desempeñando en el aula antes de la crisis?

Los primeros días estuve conociendo a cada uno de mis alumnos y observando a mi tutora, María José Fuertes, un encanto de maestra, aprendí muchísimo de su forma de dar clase, de gestionar el aula y motivar a los alumnos.

En mi primera semana me decidí a dar las primeras sesiones de Ciencias Naturales, y en las semanas posteriores nos organizamos el trabajo y comencé a impartir las asignaturas de Castellano, Valores y Tutoría. En otras asignaturas propuse ideas y métodos para explicar algunos contenidos, ayudaba a mi tutora con la organización y gestión del aula y apoyaba a aquellos alumnos que lo necesitaban.

‘Esta experiencia me está haciendo crecer como futura docente y confiar más en mí misma y en mi trabajo’

¿Y desde el confinamiento?

Cuando comenzó, mi tutora y yo seguimos en contacto, proponiéndonos ideas para organizarnos el trabajo y enviando las primeras tareas a distancia. Consideramos esencial establecer un plan de trabajo diario a los alumnos, donde cada día dediquen entre tres y cuatro horas aproximadamente para llevar las asignaturas al día.

Mi tutora y yo elaboramos unas pautas de trabajo diario junto a unos consejos para planificarse el día y aprovechar mejor las horas de estudio. Además, cada semana les proporcionamos un plan de trabajo en el que aparecen las tareas de cada asignatura distribuidas de lunes a viernes. Para el fin de semana solemos proponer actividades educativas más lúdicas y entretenidas, en las que también pueda participar la familia.

Principalmente se trata de que, en este periodo de tiempo, no pierdan el hábito de estudio ni el ritmo de trabajo autónomo, ya que es la base de la formación futura.

Nos conectamos a diario con las familias por la aplicación “Telegram” para mandarles el trabajo de los niños, resolverles dudas y enviarles las tareas corregidas.

Adaptar los materiales tendrá mucho trabajo extra.

Sí, porque el objetivo es realizar el mismo trabajo que en el aula, pero utilizando recursos TIC. Por ejemplo, para explicar un contenido teórico de un tema, lo presento a través de esquemas, infografías y videos explicativos en los que me grabo en casa explicando y poniendo diferentes ejemplos, y lo inserto en una presentación interactiva junto a imágenes y esquemas aclarativos. Posteriormente se lo envío a mi tutora y lo mandamos a los alumnos. Así explicamos lo mismo que en el aula, pero desde casa, presentando los contenidos teóricos de una manera más amena, atractiva y visual.

‘Me llama la atención la solidaridad y la imaginación con la que los niños están haciendo frente a esta situación’

¿La tecnología permite cubrir todos vuestros retos docentes?

Sí, pero no es tan sencillo. Por ejemplo, resulta más complicado fomentar una participación activa por parte del alumno. No obstante, en las presentaciones, se pueden lanzar preguntas que mantengan su atención, dejándole unos minutos para reflexionar e incluso apuntar las respuestas en el cuaderno.

Respecto al tema de los deberes, desde mi punto de vista, en esta situación conviene optar por actividades más dinámicas que sirvan, por un lado, para alcanzar los objetivos de la asignatura, pero también como una vía de escape y disfrute que permitan al alumno entretenerse y evadirse en estos días tan difíciles.

Y los niños, ¿cómo están viviendo este cambio tan drástico?

La verdad, me llama la atención la solidaridad y la imaginación con la que están haciendo frente a esta situación. Están demostrando que, en algunas situaciones, tenemos más que aprender los adultos de ellos que ellos de nosotros. En general, son más conscientes de lo que pensamos sobre la importancia de seguir los protocolos de higiene para frenar el virus. Además, comprenden el motivo por el cual estamos encerrados, aplauden a los sanitarios y a las personas que nos cuidan cada tarde y cuelgan sus dibujos en sus ventanas.

‘Si un niño no dispone de recursos para aprender online, hay que contactar con él por otros medios para darle pautas y apoyarle’

¿Les habéis explicado qué es el coronavirus?

Sí. Abordamos el tema en clase desde que tuvieron lugar los primeros casos y comenzó a salir en televisión y redes sociales.

No podemos esperar que lo entiendan de la misma manera que los mayores. Lo que está en nuestras manos es ser muy selectivos con la información que llega a los oídos de los niños. Es fundamental explicarlo adaptando el lenguaje a su edad, dejarles un tiempo para que lo interioricen y contestar siempre a sus dudas e inquietudes.

No se trata de mentirles ni de ocultarles la situación que estamos viviendo, sino de procurar no saturarles hablando del tema, normalizar la situación en la medida de lo posible y concienciarles de las medidas de higiene que pueden aplicar en su día a día para aportar su granito de arena.

Ellos parece que se están adaptando a las circunstancias. ¿Y los padres?

Tras casi un mes de confinamiento, puedo decir que sí, los padres y los niños. Creo que lo estamos consiguiendo, son 24 alumnos en clase, y todos ellos están conectados, recibiendo las tareas diariamente.

Mi tutora y yo les proporcionamos consejos y orientaciones generales para que consigan sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Creemos que resulta esencial establecer un calendario o plan de rutinas diarias, llevar una alimentación equilibrada, practicar ejercicio físico, realizar actividades divertidas en familia como cocinar, leer un cuento o ver una película. Además, pienso que es un momento perfecto para favorecer su autonomía personal e implicarles en las tareas del hogar.

‘Desde pequeña he querido ser maestra, y ahora he sentido más que nunca el amor hacia esta profesión’

Obviamente este confinamiento ha supuesto un reto educativo para todos. Y para ti como futura maestra.

Totalmente. Creo que es uno de los mayores retos a los que está haciendo frente la educación en nuestro país, puesto que requiere no solo de una autodisciplina, responsabilidad y organización exhaustiva por parte de los docentes, sino también de un conocimiento tecnológico mínimo y de una calidad de los medios y plataformas tecnológicas, esencial para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje en este escenario en el que nos movemos.

Creo que pueden alcanzarse los objetivos de aprendizaje siempre que exista una implicación tanto por parte del docente, como del niño y sus familias, ya que a ellos les corresponde la responsabilidad y el esfuerzo de mantener un hábito de trabajo diario desde sus casas.

Además, considero perfecto este momento para aprovechar al máximo la oportunidad que nos ofrecen las nuevas tecnologías para acercarnos al conocimiento y para crecer como docentes del siglo XXI.

Pero no todos los escolares disponen de estas tecnologías en casa para poder seguir las clases online. ¿Cómo atender situaciones así?

Uno de los retos actuales más importantes a los que todo maestro debe enfrentarse es adaptarse a la situación de cada uno de sus alumnos. Por lo que, si alguno de ellos no dispone de los recursos con los que se trabaja en ese centro, considero esencial contactar con ellos por otros medios alternativos como el teléfono o el correo para darles pautas de trabajo y apoyarles en esta situación, ya que es fundamental que todos cuenten con las mismas oportunidades de aprendizaje.

‘Hay que explicar la situación a los niños adaptando el lenguaje, dejando un tiempo para que lo interioricen y contestando sus dudas’

¿Qué otras lecciones te está haciendo aprender el confinamiento?

Esta situación me está haciendo ser más consciente de muchos aspectos en el plano educativo. En primer lugar, la importancia de la estructuración y organización diaria del trabajo, así como la comunicación e interacción entre los diferentes miembros de la comunidad educativa, que han de estar en continua comunicación para remar juntos hacia los mismos objetivos.

Además, esta experiencia me ha aportado un aprendizaje personal increíble. Desde pequeña he querido ser maestra y, tras pasar por esta situación, he sentido más que nunca el amor hacia esta profesión. Pienso que un docente con ilusión, ganas y constancia puede conseguir lo que se proponga.

Como estudiante de Magisterio en el CEU, ¿te está siendo difícil continuar con tu aprendizaje de modo online? ¿Tranquila?

Desde el primer momento he confiado muchísimo en mi universidad y en todo su equipo, están demostrando ser grandes profesionales. Tras la primera semana de confinamiento, se retomaron las clases en modalidad online y, a día de hoy, estamos adelantando temario, realizando casos prácticos y trabajos en equipo con total normalidad. Además, los profesores nos ofrecen su disponibilidad para preguntarles cualquier duda o inquietud que pueda surgirnos y esto me transmite una tranquilidad enorme.

‘En unos años me encantaría abrir mi propio gabinete de logopedia infantil, psicología y clases de refuerzo escolar’

Lucía, ¿qué será lo primero que hagas cuando acabe esto?

Podría decir tantas cosas… Pero principalmente ir a mi ciudad y estar con mi familia y con mis amigos. Nunca he añorado tanto un abrazo, un café, un paseo con ellos. Pienso que esta situación nos está enseñando a valorar lo que realmente importa.

Viajemos con la imaginación, que eso sí está permitido y además es aconsejable. ¿Dónde te gustaría, o en qué, trabajar cuando acabes la carrera?

Me gustaría trabajar de maestra de audición y lenguaje en un colegio. Soñando un poquito, en unos años me encantaría abrir mi propio gabinete de logopedia infantil, psicología y clases de refuerzo escolar.

Ojalá podamos entrevistarte por haber cumplido este sueño. Muchas gracias y hasta pronto.

A vosotros.

Artículo anteriorSumar conocimientos en la lucha contra el COVID 19
Artículo siguienteFarmacéuticos de guardia