Informa Gonzalo Escrig / Imágenes: Editorial Espasa
Tras el éxito de su primer libro, ‘Madre patria’, el doctor en Ciencia Política y especialista en Historia y Política Internacional de origen argentinoMarcelo Gullo vuelve a las librerías con ‘Nada por lo que pedir perdón’. En este nuevo ensayo relata -de manera directa- las atrocidades cometidas por los enemigos de España para desmontar la leyenda rosa de países que son considerados estandartes de la tolerancia y la libertad. Fundamentando su estudio en una extraordinaria y amplia bibliografía, Gullo demuestra que en el “Tribunal de la Historia” España ha sido juzgada “por jueces parciales con testigos falsos”. EL ROTATIVO ha tenido la oportunidad de charlar con Gullo en torno a la leyenda negra española, los nacionalismos y la fragmentación de España en pleno siglo XXI.
Al leer su nuevo libro parece que realiza “un ajuste de cuentas” con países como Holanda, Inglaterra, EEUU, Francia y Alemania censores de nuestra historia…
Bueno, el primer libro, ‘Madre patria’, se centraba en la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán, mientras que ‘Nada por lo que pedir perdón’ es la otra cara de la moneda. Lo que sostengo en este nuevo ensayo es que hubo un tribunal de la historia, metafóricamente hablando, integrado por Inglaterra, Holanda e incluso la Unión Soviética que condenó a España por ser machista, autoritaria y racista, a pesar de tener ellos mismo las manos manchadas de sangre. Por ello, trato de mostrar al lector lo que hicieron estos países. Vemos cómo Inglaterra aplicó la política en América del Norte de que el mejor indio era el indio muerto. También comprobamos cómo en Australia se censaron a 900.000 personas para luego matarlos a todos. Y también podemos ver cómo hace muy pocos años, después de la segunda guerra mundial, Churchill condenó a la muerte por hambre a más de cuatro millones de indios, tras quitarles la comida para llevársela a Inglaterra. Solo así podemos comprender que estos jueces de la historia no tienen ninguna autoridad moral para juzgar a España.
En ocasiones, tanto a usted como a otros autores como Elvira Roca Barea, se les ha señalado por promover una leyenda rosa o un blanqueamiento de la historia de España. ¿Qué responde a aquellos que le acusan de escribir propaganda nacionalista?
Muy simple. Que los que han hecho leyenda rosa son los ingleses, los holandeses. Todos estos países que ahora nos acusan de pintar nuestra historia de rosa no se atreven a decir que la famosa Revolución Francesa, que fue una farsa, es el primer genocidio de la historia moderna. Tenemos que recordar que los franceses mataron al 80% la población de la Vendée, arrasando pueblo por pueblo, calcinando en los hornos de barro a mujeres y niños… Pero de esto, esos que nos acusan, parecen no acordarse. Lo mismo pasa con Inglaterra que, una vez se hizo protestante, colgó a católicos de los campanarios de las iglesias. Nada dicen del genocidio que cometió Alemania en África. Nadie dice nada de todo esto porque la única conquista mala del mundo, el único pueblo malo del mundo, parece ser que es el pueblo español. ¿Y cómo es esto posible? Porque esta izquierda indefinida, que tiene su sede mayoritariamente en Barcelona, se infiltra en las universidades para conseguir, como decía Gustavo Bueno, la destrucción de España.
Parafraseando a Gustavo Bueno: ¿Cree usted que España es un mito?
¡Qué va a ser un mito España! España es una nación que nace tras luchar 800 años contra el imperialismo más brutal que ha conocido la historia de la humanidad, el imperialismo islámico. España se fundó con sangre, sudor y lágrimas. España es una realidad que cambió el mundo porque construyó el nuevo mundo creando una comunidad de lengua y de valores que hoy tiene 500 millones de habitantes. Y, aun así, cada vez que vengo a España me encuentro con estúpidos que se preguntan cuándo nació España. Nadie se pregunta cuando nació Francia, ni cuando nació Inglaterra, pero aquí todo el mundo está obsesionado con que España no existe.
Decía Claudio Sánchez Albornoz que España es un enigma histórico. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? ¿Seguimos siendo un enigma histórico?
Es un enigma histórico para los demás porque no logran comprender que surgiese un pueblo que, mientras en el resto de Europa las personas altruistas eran minoría, en España eran mayoría. Carlos I de España, que había sido educado como un caballero, se da cuenta de esto al llegar a España porque comprueba que aquí todos eran caballeros. Lo que en Europa es una excepción en España es la regla. Y eso es el gran enigma.
Para usted, ¿de dónde y por qué surge la leyenda negra española?
Surge, evidentemente, en Italia, Alemania y Holanda como consecuencia de la rebelión protestante. España asume la defensa de la catolicidad y debe ser criticada. Pero donde realmente toma fuerza es en Inglaterra, porque la convierten en política de Estado. Inglaterra mira a América, como el gato mira al canario, he intenta quedarse con ella, aunque fracasa en todos sus intentos. De ahí, se llega a la conclusión que si no se puede derrotar a España desde el punto de vista militar, se deberá hacer desde la propaganda política, y eso es la leyenda negra. Lo curioso, lo extraordinario, es que los españoles han terminado creyéndose la historia que el enemigo de España ha estado contando durante años.
“España es una realidad que cambió el mundo porque construyó el nuevo mundo, creando una comunidad de lengua y de valores que hoy tiene 500 millones de habitantes”
En el libro afirma que antes de juzgar a España debemos conocerla. ¿Considera que los españoles conocemos realmente nuestra propia historia? ¿Seguimos acomplejados por ella?
Los españoles se han olvidado de la historia de España. Cuando hablo de España no hablo de la península, hablo también de Hispanoamérica, porque españoles éramos todos. Los españoles se han olvidado de su propia historia porque en las escuelas no se les enseña nada. Ahora, por ley, no quieren que aprendan nada antes de 1812 y eso hace que tampoco conozcan la historia de Hispanoamérica. Un español que no conoce la historia de Hispanoamérica no conoce la historia de España y viceversa. Pero todo esto tiene un objetivo claro. No nos olvidemos de que el origen de la mala política es la falsa historia. Esta izquierda indefinida que hoy gobierna España no podría gobernar si no hubiese hecho el lavado de cerebro más fabuloso de la historia de la humanidad falsificando la historia de España.
¿Por qué cree que una gran parte de las élites intelectuales de España piensan que deberíamos avergonzarnos de nuestra historia?
Es un complejo donde gran parte de la culpa la tuvo Ortega y Gasset. La intelectualidad no se da cuenta de que España no se convirtió en un país subdesarrollado porque había inferioridad cultural o religiosa sino porque la invasión del enemigo francés, conducido por Napoleón, acabó con toda la industria desmembrando el país por completo. Y de ese hecho se tardó mucho en recuperarse. No hay que buscar explicaciones en la religión ni en la cultura, sino en el hecho de que el francés y el inglés destruyeron toda España. Pero surge Ortega y Gasset y dice que el problema de España es un problema interno y Europa es la solución, y, así lo único que consiguió fue transmitir su complejo de inferioridad a todos los españoles.
En el libro habla usted de los enemigos de España como lo fueron Holanda, Inglaterra, EEUU, Francia y Alemania creando una historia negra contra España, en aquel momento era un impero poderoso frente a ellos con el objetivo de deslegitimar el poder español. Ahora en el siglo XXI, ¿cuáles cree que son los principales enemigos de España?
Siguen siendo los mismos, no hay que engañarse. La historia no cambia. Hace unos años nos engañaron con ese supuesto europeísmo diciéndonos que si todos éramos como hermanos viviríamos mejor. Pero, si todos estábamos en la Comunidad Europea, ¿por qué Inglaterra no devolvió Gibraltar? Porque todo es una gran mentira. No nos engañemos. En realidad, la Comunidad Europea no es otra cosa que una colonia de Alemania. Y lo que no quieren es que los pueblos hispanos recobren la conciencia de su unidad de destino porque si los consiguiesen serían una potencia mundial.
Haciendo uso de la teoría de Gustavo Bueno, usted diferencia entre ‘Imperio depredador’ e ‘Imperio generador’. ¿Por qué considera usted que Inglaterra es un imperio depredador y España uno generador? ¿En qué se diferencian?
Es muy sencillo. España sembró América de hospitales, de universidades y a los pueblos originarios les hizo su propia gramática. Ellos no sabían leer ni escribir y fueron los sacerdotes y frailes españoles los que crearon la escritura quechua y demás lenguas. Nadie que va a explotar a otro, nadie que es un imperio depredador le crea su propia lengua escrita o crea hospitales, y treinta y ocho universidades ochenta y tres años antes de que en Estados Unidos se fundase su primera universidad. España funde su propia cultura con la población indígena, liberándolos de uno de los imperialismos más feroces de la historia de la humanidad como lo fue el Imperio Azteca. Pero Inglaterra llegó a América del Norte repartiendo a los indios frazadas con el virus de la viruela. Mataron a quienes pudieron y jamás se mestizaron. Si uno tiene los datos en la mano, puede ver claramente como Inglaterra fue, sin lugar a duda, un imperio depredador y España uno generador.
“Esta izquierda indefinida que hoy gobierna España no podría gobernar si no hubiese hecho el lavado de cerebro más fabuloso de la historia de la humanidad falsificando la historia de España”
Durante los últimos años, tanto en España como en Hispanoamérica, estamos asistiendo o hemos asistido a una especia de revisionismo histórico que ha salido a las calles a derribar estatuas y cambiar nombres de avenidas, plazas, etc. ¿De verdad es necesario?
Este es un falso revisionismo histórico. El señor Boric en Chile, el señor Petro en Colombia o el expresidente de Bolivia Diego Morales, creyéndose antiimperialistas son la mano de obra más barata del imperialismo anglosajón. Predican el fundamentalismo indigenista conduciendo a Hispanoamérica a una nueva fragmentación territorial. Todos estos ignorantes sirven a los intereses del imperialismo internacional del dinero y del imperialismo anglosajón quitándole poder e independencia a Hispanoamérica. Lo demuestro en este trabajo enseñándole al lector que todas las fundaciones que predican el indigenismo están financiadas desde Inglaterra, Nueva York y Ámsterdam.
El año está llegando a su fin y con él la conclusión del V centenario de la primera vuelta al mundo de Elcano. ¿Cree que le hemos dado la importancia que se merece a este aniversario o hemos perdido la oportunidad de reivindicar el papel de España en la historia?
España decepciona porque ha perdido una gran oportunidad de mostrarse, nuevamente, al mundo. Este gobierno de izquierda ha conseguido que la gente se olvide de su historia. Parece que hace falta volver a explicar que la vuelta al mundo fue la gran hazaña de la historia de la humanidad.
¿Qué hubiese sido de Elcano si llega a ser inglés, francés, alemán u holandés?
Tendría monumentos en todas partes del mundo. Si hubiese sido inglés habría mil películas en Netflix sobre Elcano. Como hemos visto, porque su aparato mediático es fantástico, hemos sido todos saturados por los medios de comunicación con la muerte de la reina de Inglaterra como si nosotros fuésemos sus súbditos. Si Elcano hubiese sido inglés, nos hubiesen bombardeado durante tres años con todo tipo de películas y libros para que no se nos olvidase la gran hazaña histórica que fue la primera vuelta al mundo.
Hace unos días se aprobó en el Congreso de los Diputados la nueva ley de memoria democrática que parte de la ya existente ley de memoria histórica. ¿Cree usted que la historia es memoria?
En absoluto. La historia son datos objetivos que uno puede interpretar. Lo que pasa es que el Gobierno español odia España, y no quieren que los jóvenes aprendan la historia más gloriosa de su país porque la historia de la conquista de América demuestra que los héroes existen. Y como ellos no tienen ideales, no quieren que el pueblo español se dé cuenta de que hubo una época en la que España fue gobernada por hombres con honor y valentía.