A raíz de los problemas de la falta de rentabilidad económica de los productos cultivados por los agricultores y de la reducción o la supresión de las ayudas procedentes de Europa, el sector agrícola valenciano recibe el impulso de propuestas innovadoras de emprendedores que aspiran a reactivar el malherido sector primario agroalimentario.
Álex se levanta cada mañana con una ilusión. La comisión de Medio Ambiente, Agroecología y Energías Renovables de la acampada del 15-M de Valencia a la que pertenecía cuando el movimiento estaba en su punto más alto le hizo plantearse que otra forma de hacer agricultura era posible. Álex no es anarquista, ni okupa, y tampoco tiene ideas capitalistas. Dice que, simplemente, coge lo mejor de cada cosa que ve y de cada persona que escucha y así conforma su particular filosofía de vida. Y es así como este joven, nacido en La Ribera, defiende que la agricultura valenciana tiene que recuperar su dignidad, su rentabilidad perdida, que, según él, pasa por la agricultura ecológica, la venta directa del campo al consumidor y por unas plantaciones que, en forma de cooperativa y en régimen de cesión de tierras, aportan una solución económica a una gran cantidad de desempleados. Pero la iniciativa de Álex no es única.
Pep trabaja la tierra cerca del grupo de Álex y en el mismo pueblo, Manuel. Tiene 4 hanegadas de tierra cedidas por una empresa de hostelería y, a diferencia del grupo de Álex en el que son 7, ellos son sólo 2. Comenzaron el pasado mes de agosto y tienen plantadas verduras y hortalizas como coliflor, brócoli, apios, espinacas, acelgas, nabos, distintas variedades de rábanos, zanahorias, judías verdes y lechugas. Todo ecológico. Dentro de un tiempo tienen previsto ampliar los terrenos de cultivo. Se trata de un proyecto similar al de Álex, de comercio de proximidad, fomentado, entre otros, por los artículos de opinión sobre el tema de la agricultura publicados en prensa a partir de 2011 por el presidente de la Associació d’Empresaris de Manuel, Vicente Hernández. Para Pep, más que un trabajo a tiempo completo, se lo plantea como una actividad complementaria que contribuye a solucionar el problema de paro en la comarca y también el de abandono de los campos.
Otra iniciativa de comercio de proximidad es la de la tienda de frutas, verduras y hortalizas ‘Punt de Sabor’ que la Unió de Llauradors abrió, con ayudas del Ministerio de Agricultura en la calle San Vicente Mártir de Valencia. Como explica el secretario general de la organización agraria, Ramón Mampel, la idea consiste en “coordinar a todos los productores ecológicos que forman parte de La Unió y llevar el producto de temporada de la zona y venderlo en la tienda para que la gente tenga la oportunidad de conocer y comprar los productos valencianos y ecológicos”.
Reconversión agrícola como impulso del sector
Un proyecto innovador de reconversión agrícola y único en España por su envergadura es el que ha impulsado, recientemente, l’Associació d’Agricultors Valencians (AVA) que, con la intención de encontrar nuevas variedades de cultivos rentables para los agricultores valencianos, ha comprado una finca de más de 20 hectáreas en Polinyà del Xúquer. Los terrenos serán, por un lado, un campo de experimentación agrícola con muchos tipos de cultivos para, como afirma el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, “sacar una experiencia documentada que se trasladará a los agricultores” y, por otra, “un lugar de visita de niños de colegios cercanos para que conozcan el mundo rural”.
En la localidad valenciana de Alginet, los escasos beneficios que tenían los agricultores por la venta de naranjas fue el punto de partida para que el concejal de Agricultura, Antonio Lozano, impulsara, hace ya unos años, un proyecte de reconversión agrícola por el que, mejorada la aspereza de su sabor i aprovechando una oportunidad existente en el mercado, el caqui, bajo la D.O. Ribera del Xúquer, ha pasado a ser la fruta más plantada y rentable para los agricultores de la localidad. “Ha sido un pulmón interesante para palir el paro de esta zona porque da trabajo regando o recogiendo la cosecha”, explica el concejal Antonio Lozano. “Ahora trabajamos con productos como el albaricoque o las granadas pensando que, quizá, en unos años, el caqui pueda dejar de ser rentable”, añade.
Impulsan un banco de tierras para los campos abandonados
La cifra de campos abandonados en la Comunitat Valenciana es demoledora. Según datos de l’Associació Valenciana d’Agricultors (AVA), entre 2002 y 2011, la zona de campo abandonada fue de 166.510 hectáreas, una cantidad que representa casi el 22% de la superficie total de cultivo. Además, según apuntan fuentes de la citada entidad agrícola, en 2012 la cifra de abandono de campos frenó su caída de los últimos años porque, como subraya el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, “el sector agrícola está siendo un refugio para los parados”. Un refugio que la Asociación Reforesta, constituida a principios de 2012, ha reconvertido en una iniciativa que, bajo el nombre de Huertos Compartidos, busca poner en contacto a personas que quieren cultivar sus propios alimentos con propietarios de terrenos de toda España que los tienen abandonados.. Es lo que se conoce como banco de tierras.
La idea es sencilla. El propietario cede gratuitamente el terreno al agricultora quien lo mantiene y lo cultiva con agricultura ecológica. Cuando llega la cosecha, propietario y el agricultor la comparten. Hasta el momento, tal y como explica el coordinador de Huertos Compartidos, Santi Cuerda, sólo se han llegado a acuerdos entre labradores y propietarios en Murcia, Barcelona, Cuenca, Toledo, Madrid y Sevilla. En la Comunidat, hasta la fecha, no, aunque en Torrente, según el coordinador, explica que han tenido en funcionamiento un huerto escuela desde el pasado mes de marzo hasta septiembre.
La reforma de la PAC discrimina la agricultura valenciana
La reforma de la Política Agrícola Económica (PAC) aprobada recientemente en Europa, ha puesto de manifiesto que un tercio de los productores valencianos, los de viña, los de fruta i los de hortaliza, continúan excluídos del reparto de ayudas procedentes de Europa. Así, según un informe elaborado por AVA-ASAJA, la nueva PAC deja en situación discriminatoria a los agricultores de la Comunitat que recibirán un 72% menos de ayudas que los del resto de España. Como consecuencia, Valencia, Castellón y Alicante han sido las tres provincias españolas que menos dinero recibieron por beneficiario en 2012: 1.692 euros, 1.754 euros y 2.112, respectivamente.
En este sentido, el secretario general de La Unió de Llauradors, Ramón Mampel, critica la falta de solidaridad de la PAC y afirma: “Si en realidad fuera solidaria, toda Europa habría de ser un mismo sector y el pago per hectárea tendría que ser igual en toda España, sin diferencias entre comunidades autónomas”. Y añade: “A diferencia de otras zonas de España, nuestra agricultura está basada en minifundios, no en grandes extensiones, y nosotros no podemos competir en ayudas que se dan en función de la extensión de hectárea sin tener en cuenta el volumen de producción”.
El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, también se ha pronunciado en este aspecto y ha manifestado que la reforma de la PAC “deja mucho que desear”. El representante de los agricultores valencianos considera que “si es verdad que hoy las ayudas de la PAC son por el esfuerzo que hace el agricultor por mantener el paisaje, el medio ambiente y por combatir el cambio climático, ningún cultivo lo combate tan bien como los naranjos porque generan mucho más oxígeno que cualquier otro cultivo, fijan mucho más carbono que cualquier otro y son auténticas fábricas de lucha contra el cambio climático”.