Estudiantes extranjeros se hospedarán durante pocas semanas en los hogares de los vecinos más necesitados
Impulsar la economía de las rentas más bajas. Ese es el objetivo de los alquileres sociales que proponen la asociación de vecinos y la ONG Nittúa en el barrio de Benimaclet. Dicho más claro: Aquellas familias o personas con problemas económicos que tengan una habitación libre pueden ofrecer su casa para que estudiantes extranjeros que pasen una temporada corta en España puedan hospedarse.
El alquiler social no es un simple contrato de habitación. Según el portavoz dela ONG Nittúa, Raúl Contreras, los vecinos deben tener “una mentalidad de hosteleros”. Los dueños de la vivienda se comprometen, además de a alquilar una habitación, a ofrecer un servicio de media pensión a los estudiantes. En consideración con el estado de la vivienda, los beneficiarios de este alquiler social podrán ampliar sus recursos económicos entre 500 y 700 euros al mes, pero no hay un precio fijo.
Aunque no se haya estipulado una renta máxima para poder realizar un alquiler social, el objetivo para los promotores es subsanar la necesidad económica. Por ello, el reparto de clientes se hará en relación a las rentas más bajas, asegura el presidente dela Asociaciónde Vecinos de Benimaclet, Antonio Pérez.
La mayoría de personas que han acudido a este proyecto, según sus promotores, es gente mayor. “Muchas de ellas no sólo tienen una pensión baja con la que vivir, sino que además ayudan a muchos familiares que están en paro”, asegura Contreras. Por ello, a través del alquiler social, estas personas pueden conseguir ingresos adicionales. Pese a que las personas mayores son los principales demandantes, también han solicitado el alquiler social muchas familias con problemas hipotecarios.
Condición: Casas limpias y decentes
Pero no todos los pisos son válidos.La Asociación de Vecinos de Benimaclet, junto con el centro social del barrio, se encarga de supervisar las viviendas antes de que se puedan poner a disposición para alquilar. Los requisitos: una casa limpia y decente. Según Pérez, han tenido que desechar muchas solicitudes porque la vivienda “no estaba en condiciones para poner en alquiler una habitación o simplemente porque el solicitante no necesitaba el dinero”. Por ahora, solo se han recibido 15 solicitudes que todavía no se han terminado de valorar aunque los promotores aseguran que nunca van a faltar casas para los estudiantes.
En un primer momento, los alquileres sociales están pensados para estancias breves. Puesto que se trata de una relación de hostelería, el precio del alquiler es más elevado que el habitual de una habitación, “por lo que una persona que esté pocas semanas está más dispuesto a pagar dicha cantidad”, comenta el portavoz de Nittúa.
A finales de año llegará la primera tanda de clientes: un grupo de 55 estudiantes procedentes de Italia. El siguiente paso es contactar con universidades y consulados para que consigan grupos de estudiantes interesados en ayudar económicamente a las rentas más bajas, explica Contreras. Aunque el público objetivo son estudiantes extranjeros, esta iniciativa no descarta la solicitud de estudiantes españoles.