Carlos Osoro inaugura el Año Santo de la Fe coincidiendo con el 50º aniversario del Concilio Vaticano II

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Según el Arzobispo, se debe «retomar con más fuerza el espíritu de aquél Concilio».

«La humanidad está hambrienta de fe». Así de claro se mostró Carlos Osoro en su homilía inaugural del Año Santo de la Fe del pasado jueves 11 de Octubre. Osoro, que estableció a lo largo de su prédica un paralelismo entre los primeros cristianos que buscaron a Cristo en Cafarnaúm y los católicos actuales, aseguró que hay «vacíos del corazón» que han de llenarse a través de la oración, «no por el alimento perecedero sino por Dios, alimento que perdura».

El Arzobispo Carlos Osoro, durante su homilía. / Pablo Ortega
El Arzobispo Carlos Osoro, durante su homilía. / Pablo Ortega

En una catedral engalanada con la imagen de varios santos y abarrotada de fieles, el arzobispo aseguró que la Fe «es una gracia que está vinculada a todo el camino de la Iglesia Universal en estos 50 últimos años», en clara referencia al Concilio Vaticano II, del que se cumplen justamente 50 años.

Para el arzobispo valenciano, Dios envió a Jesús como  «el centro de la fe cristiana, el cumplimiento de las Escrituras, quien inicia y completa nuestra fe». Por esta razón, para Osoro, es necesario que los cristianos se pregunten: «¿Qué debo hacer». La respuesta, según Monseñor, es clara: «Creer en quien El ha enviado. Esta es la gran tarea y el gran propósito que tuvo el Concilio Vaticano II y que tenemos nosotros».

 

Vacío de Fe

Sin embargo, el cardenal Osoro advirtió que vivimos en un «vacío de fe» que ha aumentado en estos últimos 50 años. Este es precisamente el motivo, según el purpurado por el cual «ahora podemos compartir la alegría de Jesucristo. Para buscar un futuro desde un presente ya que la Fe nos provoca vivir la Esperanza».

Asimismo, recordó a los asistentes las palabras de Juan XXIII en el discurso de apertura: «El fin de concilio ecuménico es custodiar y enseñar la fe y la doctrina de manera más eficaz según las exigencias de nuestro tiempo». El arzobispo valenciano, subrayó que estas palabras siguen siendo actuales porque «nuestra tarea es la misma que la de los santos que han vivido la fe en nuestra iglesia de Valencia, que hicieron resplandecer la belleza de la verdad y de la fe». Carlos Osoro, con esta declaración, hacía referencia a las imágenes que engalanaban la Catedral y en las que se podía ver a san Vicente Mártir, San Vicente Ferrer, Santo Tomás de Villanueva, San Juan de Ribera, a la Beata Josefa Naval, y a Santa Teresa Jornet, religioso todos ellos que desarrollaron su labor pastoral en la Comunidad Valenciana. Para Osoro, la vida de estos santos ha de servirnos de ejemplo. «De lo que se trata es de hacer resplandecer la Fe desde nuestra propia vida», aseguró.

Por otra parte, Osoro quiso dar las claves para vivir este Año Santo de la Fe de la mejor manera posible:

a) «Intensificar la reflexión sobre la Fe»

b) «Confesar la Fe en Cristo Resucitado»

c) «Profesar públicamente la Fe».

En relación a este último punto, Osoro quiso finalizar su homilía deseando a los allí presentes, que el Año Santo de la Fe sea «un momento especial en que cada uno haga presente la eternidad de Dios».

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