Residente de Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital de Sagunto desde mayo de 2018, Matías Gómez Calomarde pertenece a la primera promoción de médicos formados en la Universidad CEU Cardenal Herrera, en su campus de Castellón. El alumni, que participó en dos ediciones de la misión humanitaria Medipinas, comparte en esta charla vivencias, consejos e interesantes reflexiones sobre su profesión.
¿Contento con tu residencia?
Sí. Cuando elegí la plaza, buscaba un hospital pequeño/mediano, porque, en teoría, al tener menos residentes, puedes hacer más cosas, que al final es de lo que se trata en una especialidad como Cirugía. Es una especialidad dura, con muchas guardias y momentos difíciles, pero la verdad es que al final compensa, y ahora mismo no me veo trabajando en otra cosa.
¿Por qué cirujano? ¿Siempre has querido serlo o lo descubriste durante la carrera?
Desde pequeño siempre he querido ser médico. La verdad es que no sé por qué, pues en mi familia nadie lo es (risas). Además, siempre me han encantado todas las cosas manuales (me encantaba hacer trabajos durante el instituto en Tecnología). Yo creo que se unieron las dos cosas y durante la carrera confirmé que lo que quería era ser cirujano, especialmente durante el practicum de 6º, cuando roté un mes en Cirugía General en La Plana.
‘Además de ser profesional, en medicina es básico ser buena persona y dar a los pacientes el trato que necesitan’
¿Qué tiene para ti esta profesión?
Siempre me ha gustado poder ayudar a los demás. Igual suena un poco típica la respuesta, pero es así.
Para mí la medicina conlleva mucho sacrificio. En mi caso, desde el momento en que empecé la carrera, porque me fui a 200 km de mi casa (soy de Balsa de Ves, en Albacete). También es verdad que lo volvería a hacer sin dudarlo, pues fue una gran experiencia, tanto académica como personal.
En cuanto al trabajo, vives momentos muy difíciles, pero ver que has podido ayudar a una persona en un tema tan delicado como su salud compensa todos los malos ratos que se puedan pasar.
Desde luego, tuviste la oportunidad de comprobarlo con las personas más vulnerables, participando en dos ocasiones en la misión humanitaria Medipinas. ¿Qué supuso esta experiencia?
Fue importantísima para darme cuenta de que todo lo que estaba haciendo durante la carrera tenía un fin, que era ayudar a las personas. Y, en el caso de Medipinas, más todavía porque, como dices, estuvimos con personas muy vulnerables.
‘Participar en una misión como Medipinas es bueno para cualquier persona, te pone en tu sitio’
¿Te gustaría volver a participar?
¡Siempre! Ojalá pudiera volver todos los años. Creo que sería bueno para cualquier persona, independientemente de a qué se dedique. Te muestra una realidad a la que, por fortuna, aquí no estamos acostumbrados. Te pone en tu sitio.
Viajemos al futuro. ¿Dónde te gustaría trabajar como especialista?
Pues la verdad que ahora lo veo bastante lejos. Me encantaría poder trabajar en mi hospital. Si no pudiera ser así, y después de la experiencia de la carrera, en la que ya tuve que salir fuera de casa, no me importaría moverme a otro lugar. Siempre aporta descubrir sitios nuevos.
‘Lo que más valoro del CEU es el trato cercano, la formación y lo aprendido en cuanto al trato a paciente’
Y, ahora, al pasado. ¿Contento con la formación recibida en el CEU?
Mucho. Ya hace un par de años que terminé la carrera y creo que lo veo desde otro punto de vista. Destacaría el trato cercano de toda la universidad. Es una familia y, además, al pertenecer a la primera promoción de Medicina, se nota más todavía. También valoro la formación (en especial, la cantidad de talleres prácticos y seminarios que teníamos) y lo aprendido en cuanto al trato a paciente.
Hace unos días volviste a tu universidad para compartir tus conocimientos con los futuros médicos. ¿Te planteas la docencia para el futuro?
La verdad es que me encanta volver al CEU siempre que puedo, pues ha sido mi casa durante 6 años (de hecho, pasaba más tiempo allí que en mi piso de estudiante…). Muchas veces echo de menos la vida universitaria (risas).
Me encantaría poder dar clase algún día, sí. Es una idea que siempre me ha entusiasmado. Y disfrutaba mucho en la carrera cuando preparaba exposiciones o talleres.
‘En esta profesión vives momentos muy difíciles, pero ver que has ayudado a una persona en un tema tan delicado como su salud lo compensa’
¿Un consejo a las futuras generaciones de médicos?
Les diría que sigan adelante, que al final merece la pena.
Y una ‘fácil’ para acabar. Para ti, ¿qué es ser buen médico?
Yo creo que puedes ser un buen profesional (cuando consigues buenos resultados en lo que haces), pero creo que en esta profesión es básico, además, ser buena persona y dar a las personas el trato que necesitan. No hay que olvidar que cuando consultan al médico es porque tiene un problema y lo que buscan es ayuda.
Matías, muchas gracias y hasta siempre.
A vosotros.