- Profesores de Dirección de Empresas imparten un seminario especializado a jóvenes que participarán el próximo marzo en Asis en el encuentro que ha convocado el Papa para poner las bases de una nueva economía
- La profesora Maite Pastor asegura que se debe repensar el mercado y sus reglas, apostar un proyecto económico abierto a las empresas que pretende implantar y desarrollar una verdadera economía sostenible y alternativa a los mercados financieros en la que necesariamente tienen que participar las empresas
La profesora de Dirección de Empresas del CEU en Elche, Maite Pastor, impartió el pasado viernes una ponencia sobre la incidencia de la desigualdad y deterioro medioambiental en el sistema económico, organizada por Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante, dentro de la iniciativa “Economy of Francesco”, y en la que grupos de jóvenes en varias ciudades de España se reúnen periódicamente para reflexionar y debatir sobre la economía actual con expertos en la materia y que culminará en la ciudad italiana de Asís del 26 al 28 de marzo de 2020, donde el el Papa Francisco pretende reunir a especialistas en Economía de todo el mundo para debatir sobre el paradigma económico actual.
En su charla, la profesora Pastor incidió en los problemas de crecimiento actuales, en el que no todo el mundo se ve beneficiado por el crecimiento económico y expuso las corrientes de expertos Amartya Sen, que ha influido en la formulación del IDH del Programa de las Naciones Unidas, y que apuntan a que crecimiento económico no equivale a bienestar. Precisamente, ante el auditorio de jóvenes que asistieron a la ponencia, la profesora Pastor mostró cómo el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por las Naciones Unidas, se revela como una alternativa al PIB al constituirse en un indicador del desarrollo humano para medir el progreso de un país. Y es que a diferencia de los indicadores anteriores, que medían el desarrollo económico de un país, el IDH analiza la salud, la educación e ingresos.
Al mismo tiempo, Pastor puso el acento en las carencias que puede tener este indicador: al centrarse en promedios, el IDH puede ocultar diferencias importantes en cuanto al desarrollo humano, puesto que incorporando datos inexactos o incompletos en un índice hace que se reduzca su utilidad. De ahí que también cobre importancia el Indicador de Vida Humana (ILH), que analiza la esperanza de vida al nacer, pero también tiene en cuenta la desigualdad y la longevidad. “Si dos países tienen la misma esperanza de vida, el país con la mayor tasa de muerte infantil tendría un menor indicador de vida humana”, ejemplificó Pastor.
Por último, la experta del CEU reconoció, apoyándose en expertos mundiales, que es necesario modificar el objetivo económico, “hay que pasar de tener más entre todos a que todos tengan lo suficiente”, advirtiendo que hay un límite de crecimiento económico provocado por los problemas medioambientales. “Estos nuevos planteamientos y circunstancias obligan a cambiar la dirección hacia la que nos enfocamos, cambia todo el planteamiento económico”, aseguró. Por eso, para Pastor hay que repensar el mercado y sus reglas, apostar un proyecto económico abierto a las empresas que pretende implantar y desarrollar una verdadera economía sostenible y alternativa a los mercados financieros en la que necesariamente tienen que participar las empresas.