Acaba de regresar de una práctica inolvidable: seis meses en la Misión de España ante la ONU en Nueva York. El verano pasado colaboró con una universidad rusa impartiendo formación en materia diplomática. Álvaro Blasco, alumno de cuarto de Ciencias Políticas del CEU, se niega a quedarse en su zona de confort y exprime todas las oportunidades formativas que le brinda su universidad. Lo cuenta en esta entrevista.

¿Por qué decidiste presentarte a esta práctica?

Desde que empecé la carrera, me ha interesado aprovechar los veranos para seguir aprendiendo, ganar experiencia y poner en práctica lo que me iban enseñando en la universidad. Siempre buscaba aventuras lo más lejos de casa posible, fuera de mi zona de confort. Estaba en cuarto y, gracias a estar atento a los numerosos correos que me enviaba el CEU, me enteré de las prácticas del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC). Miré las infinitas embajadas y consulados que ofrecían y el que más me interesó fue Nueva York.

Pensé: “tengo familia allí y nunca he ido a visitarles, ¿qué mejor oportunidad que esta?”. Mis tíos y mis primos viven en Nueva York. Son muy cercanos, porque vienen todos los años a España, pero yo aún no había ido a visitarles. E incluso podría alojarme con ellos. Y así fue, con gran generosidad por su parte.

Y, aunque me dio la impresión de que muchos estudiantes de España solicitarían ese destino tan tentador, eso no me echó para atrás. 

‘al tratarse de la Misión ante Naciones Unidas, LA EMBAJADA trabaja sobre los 193 Estados miembros’

Hiciste bien. ¿Habías disfrutado de alguna experiencia similar?

El verano anterior me contrató una universidad, la Academia Presidencial de Rusia de Economía y Administración Pública de Moscú, para realizar unas formaciones en materia de diplomacia, en un campus de verano que organizaban en un resort de esquí perdido por la República de Tatarstán. En este caso me enteré y pude solicitarlo gracias a mi profesora de Relaciones Internacionales, Ruth Abril, a la cual estaré eternamente agradecido, porque incluir Rusia en mi currículum me dio mucha ventaja para que me seleccionaran en la Misión de España ante la ONU…

De Rusia a Nueva York… Además de tener familia allí, ¿qué otra cosa te atraía de esta embajada?

La embajada de Nueva York es, sin duda, la más peculiar de las embajadas. De hecho, se la llama Misión. No solo se centra en un país, sino que, al tratarse de la Misión ante Naciones Unidas, trabaja sobre los 193 Estados miembros.

¿La práctica ha cumplido tus expectativas?

Nunca había realizado unas prácticas con el MAEC, por lo que no sabía exactamente cuál iba a ser mi papel: si me dejarían escribir informes o me limitaría a trabajos administrativos de la oficina. Por otro lado, siempre he escuchado más críticas que piropos sobre la ONU. Si no recuerdo mal, era Mafalda quien los llamaba “simpáticos inoperantes”. Tenía ganas de comprobarlo (risas).

‘Fórmate, aprende y créate un currículum fuerte. Es en lo que se fijan: ser una persona activa y con interés’

¿Y tenía razón?

En parte. El carácter vinculante brilla por su ausencia en todas las cámaras, excepto en una donde, encima, el derecho de veto se utiliza demasiado.

Sin embargo, Naciones Unidas tiene la capacidad de reunir a la práctica totalidad de los estados actuales en un bonito edificio, donde reina la armonía y el buen hacer. Estados que, como siempre, se enfrentan los unos a los otros en convenciones que tratan desde los derechos de los grupos sociales más vulnerables hasta el cambio climático, pasando por el desarme. Digo enfrentándose, porque estas convenciones e infinitas cantidades de temas, que se repiten cada año, muestran el orgullo que tanto caracteriza a nuestros estados por ver quién hace más y mejor.

Cada año los estados invierten más dinero en hacer sus ciudades más accesibles, por poner el más simple de los ejemplos, y les encanta lucirse ante el resto de los países. Y cuidado como no hayas mejorado, porque se fastidian tus relaciones internacionales en este mundo tan globalizado. Cada año, poco a poco, la ONU va mejorando el mundo.

Interesante. ¿Cómo era tu día a día allí?

Sobre el trabajo en la oficina, también se han visto superadas todas mis expectativas. En primer lugar, me otorgaron un pase de acceso a Naciones Unidas con nivel de diplomático o delegado. Con él, podía acceder a todos los rincones de este edificio tan peculiar a orillas del East River. Ello me permitía ir prácticamente cada día a distintas reuniones que tuvieran lugar allí. A continuación, debía realizar un informe conciso y con un lenguaje muy adecuado, sobre la información que le pudiera interesar a España. Debía ser revisado por un diplomático y, si estaba bien, se enviaba directamente a Madrid.

Por otro lado, también tuve que hacer trabajo administrativo cuando venía alguna delegación desde España, ya fueran secretarios de Estado, presidentes de las comunidades autónomas, ministros o incluso el propio Presidente del Gobierno y todos sus acompañantes. Tenía que realizar carpetas para todos ellos con fechas y horas de las distintas reuniones o actos a los que tuvieran que asistir.

En todo momento me trataron y me sentí como un auténtico diplomático.

‘En todo momento me trataron y me sentí como un auténtico diplomático’

Es una perogrullada preguntarte si has aprendido mucho… Pero cuéntanoslo.

(Risas) En los 6 meses que estuve trabajando en Nueva York, asistí a muchísimas reuniones que me han permitido conocer más a fondo todos los países y el mundo en el que vivimos. He podido comprender mucho mejor las relaciones internacionales, lo importantes que son y el respeto que se merecen. He aprendido a ser un diplomático, a actuar como tal. He aprendido a escribir en nuevos formatos, he aprendido a trabajar en equipo en una oficina donde todo el personal es vital. Conocimientos que me dejan preparado y motivado para enfrentarme al mundo profesional.

¿En qué medida ayuda a crecer en lo personal una experiencia internacional como esta?

Para alguien a quien le preocupa su país, como es mi caso, siempre es interesante conocer nuevos países y aprender de ellos para ver cómo mejorarlo o qué se está haciendo bien. Por supuesto, las experiencias que vives fuera de casa te ayudan a diferenciarte de forma increíble. Conocer gente y opiniones tan diversas te expande la mente. Por ello, lo más importante -y lo más bonito- es hacer amistades allí donde vayas. Es la forma más eficiente y más divertida de aprender. He tenido la suerte de poder repartir y recibir mucho amor.

‘las experiencias que vives fuera de casa te ayudan a diferenciarte de forma increíble. Conocer gente y opiniones tan diversas te expande la mente’

Suena muy bien. ¿Orientarás tu futuro laboral hacia las relaciones internacionales?

Quiero seguir probando experiencias en otros países, aunque en un futuro me encantaría asentarme en España (como en casa, en ningún sitio). Eso sí, pensando siempre de forma global, viajando mucho y dedicándome a las relaciones internacionales, ya sea en ámbito público o privado.

Es ahí, en el sector privado, donde reside mi objetivo ahora. Quiero conocer más sobre las relaciones comerciales y los intereses económicos, que son los que al final mueven el mundo. En este ámbito, también hay prácticas que me encantaría solicitar como pueden ser las de la Cámara de Comercio.

Pues a por ellas. Para terminar, una recomendación y un consejo. ¿Cómo animarías a tus compañeros a aprovechar este tipo de prácticas?

Recomiendo infinitamente las prácticas con el MAEC y no solo porque te abren la cabeza y las puertas enormemente. Si sabes aprovecharlas bien, te permiten vivir experiencias lejos de tu zona de confort que impulsan tu felicidad y tu motivación hasta niveles que ni te imaginas. Esa felicidad y motivación son la única clave del éxito.

‘Si lo aprovechas, puedes vivir experiencias lejos de tu zona de confort que impulsan tu felicidad y motivación hasta niveles que ni te imaginas’

Y algún consejo para conseguir ser seleccionado…

Creo que hay que aprovechar los veranos al máximo. Y no solo los veranos: recomiendo apuntarse a todo lo que te ofrezca la universidad durante el año. Fórmate, aprende y créate un currículum fuerte. Es lo único en lo que se fijan: que vean que eres una persona activa y con interés.

En mi caso (y nadie me ha pedido que diga esto), gracias a esta universidad y a aprovechar las miles de formaciones, conferencias, correos anunciando prácticas… que constantemente ofrece el CEU, he podido conseguir ese currículum fuerte que me diferenció de todas aquellas personas que vieron igual de tentador que yo ese destino en Nueva York. 

Álvaro, ha sido un placer hablar contigo. Muchas gracias por compartir tu experiencia con la comunidad universitaria. Ojalá consigas todas tus metas.

A vosotros.

 

Artículo anteriorGrafeno, un material de futuro… ¿en Odontología?
Artículo siguienteEl CEU apuesta por implantar Odontología en Elche y potenciar su internacionalización con alumnos de Latinoamérica