Óscar Cortijo, sobre el acoso escolar: “Es la liquidación y el asesinato psicológico en 2024”

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Información e imágenes: Zhanzhi Chen

El coordinador y director de Recursos Humanos de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Oscar Cortjo reflexionó participio en la Jornada sobre «Acoso y violencia escolar» organizada por la Universidad CEU Cardenal Herrera en colaboración con COPE Valencia y la Generalitat Valenciana para reflexionar en torno a la importancia de la prevención del bullying en el aula. En este sentido, Cortijo ofreció a los asistentes una explicación exhaustiva sobre lo que supone el fenómeno del acoso escolar al que calificó como un hecho que produce exclusión, violencia social y bloqueo social, y que, actualmente, se está perpetuado de forma sistemática en ciertos entornos escolares.

Una de las características que quiso destacar es que estas acciones “son un proceso de acoso continuo, no un resultado de daño” y tampoco se olvidó de abordar la evolución del acoso en las redes sociales como una de las particularidades de nuestra sociedad contemporánea. Para Cortijo el ‘cyberbullying’ es un problema del siglo XXI resultado del desarrollo tecnológico lo que ha permitido la aparición de una nueva dinámica donde el perfil de acosador puede ser ejercido mediante el hostigamiento ocultando su identidad y en cualquier momento del día. A ello se le suma el nuevo peligro que supone la inteligencia artificial en la manipulación de imágenes o suplantación de identidad.

Para combatir este reto, el cual ha evolucionado y se ha convertido en una preocupación y un problema social grave, Cortijo quiso identificar lo que suele ser la génesis del acoso. En este sentido, aseguró que en la mayoría de los casos la relación entre el acosador y su víctima comienza de manera neutra; la envidia, las notas o el simple hecho de haber recibido un gol en la hora del recreo puede bastar para desencadenar el acoso. Una actitud y una conducta que cuando entra en un vórtice de reiteración los efectos pueden formar síntomas permanentes en el acosado, aseveró Cortijo. “Es la liquidación y el asesinato psicológico en el 2024”, sentenció.

Cortijo también abordó el perfil de aquellos espectadores mudos o activos que, conocedores de una situación de acoso escolar, mantienen una actitud de pasividad y no denuncian los hechos. Una situación a la que hay que sumar otro factor, el error de atribución que convierte a la persona que sufre acoso en doble víctima, pues se le estigmatiza y se le tacha de ‘niño problemático’. Asimismo, insistió en que eso es una equivocación y que la verdadera solución al acoso escolar reside en ofrecer toda una serie de herramientas y protocolos que ayuden no solo a identificar y erradicar el bullying, sino a prevenirlo. En cuanto al perfil de los acosadores, el director de Recursos Humanos de la UCH-CEU habló sobre su modus operandi. “Los acosadores suelen excusarse diciendo que los acosos que perpetran son bromas”, y por tanto no caer en el error de “banalizar el problema” y restarle gravedad al asunto, recordó Cortijo.

Dentro de ese abanico de soluciones que se pueden activar o impulsar para poner remiedio a esta situación, se encuentran, actualmente, la creación de mecanismos preventivos y de intervención; los centros escolares y adultos garantes que estén informados y sensibilizados en esta materia; y la implicación por parte de los centros como de la administración competente. Algunos instrumentos que Cortijo ofreció fueron los ‘Decálogos de Buen Trato’, que debían ser cumplimentados de manera obligatoria para tener un registro del comportamiento en el aula; la evaluación psicológica mediante mapas de riesgos TBAE que consiguen ver la parte invisible, mediante cuestionarios, de aquello que sucede en un centro; y el Programa AVE, que actúa de manera preventiva para detectar conductas con antelación y adelantarse al acoso antes de que suceda. Tomando estas soluciones como referencia, Óscar Cortijo quiso recordar que existen varias maneras y armas con las que luchar contra el acoso escolar y que su aplicación debe de darse de manera contundente para poder erradicarlo con la mayor eficacia posible.