“Queremos unir más a Europa con los países del Este”

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Tomas Irnius durante su ponencia en la CEU-UCH.
Tomas Irnius durante su ponencia en la CEU-UCH.

El cónsul de la República de Lituania en Valencia, Tomás Irnius, impartió una conferencia el pasado 17 de octubre en la Universidad CEU Cardenal Herrera donde habló sobre los retos y funciones de su país como presidentes de turno de la Unión Europea.

Lituania asumió el pasado 1 de julio la presidencia rotatoria de la Unión Europea, y se convirtió así en la primera antigua república soviética en liderar el Consejo de la Unión Europea.

El cónsul enumeró los objetivos que Lituania pretende conseguir durante su periodo de mandato –hasta diciembre del 2014- y remarcó su voluntad de aprobar el Presupuesto de la Unión para el periodo 2014-2020, de reducir el desempleo juvenil y de mejorar la convivencia con los países vecinos. “Como para cualquier país, lo más difícil es encontrar acuerdos”, sobre todo “en el tema del presupuesto europeo», afirmó Irnius. «Esta es la función principal de cada presidencia”, admitió el cónsul.

En relación a esta “dificultad”, Irnius explicó que la presidencia “no se hace sola, se colabora con otros miembros”. Según el conferenciante, es “aquí donde entra lo complicado”, y añadió que los temas más “delicados” siempre eran los relativos a la “economía y presupuestos”.

La presidencia de la Unión Europea tiene un carácter rotatorio. Para mejorar la eficacia los países trabajan en “equipos”, bajo lo que se conoce como el ‘Trío de presidencias’, indicó Irnius. En este caso, Lituania trabaja en el mismo bloque de presidencia que Irlanda y Grecia. De este modo, tal y como indicó el cónsul, es «imprescindible mantener la continuidad entre las diferentes presidencias”.

“Debemos continuar siempre lo que se haya empezado en el periodo anterior con los otros grupos de presidencia”, aseveró el cónsul. “No se pueden ir cambiando las cosas siempre; en la Unión Europea las cosas no se hacen así”, dijo.

Esta “necesaria” continuidad se da no solo con los tres países que trabajan juntos durante el periodo de 18 meses, sino también con el resto. “Algunos asuntos son muy largos y si una presidencia decide no hacer algo que ya se ha empezado, nunca se acabarían las propuestas que se han creado. Lo normal es que la agenda que se lleva durante la presidencia se lleva a cabo desde hace mucho tiempo”, explicó Irnius.

Tal y como relató el cónsul, esto lo consiguen “porque hay competencias compartidas y porque hay otras propias de los estados miembros»: «En lo compartido, sí se puede conseguir esta continuidad, pero no en todo”. “Gracias a esto podemos avanzar”, aseveró.

En repuesta a si este modelo de continuidad sería aplicable en España, el lituano respondió que no creía que esto fuera posible: “Es difícil decirlo, pero los estados miembros tienen un sistema político diferente. Se tarta de una comunidad de diferentes estados cuyo objetivo es la continuidad”.

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