ACNUR elogia la apertura europea y Ayuda al Refugiado critica las trabas
J. López, B. Sáez y M. Valdés / 1º Periodismo
Jaume Durà, abogado y represantante de la Comisión de Ayuda al Refugiado en Valencia (CEAR-PV), puso de manifiesto las trabas que sufren las personas que se ven obligadas a dejar su país en su busca de una nueva vida: “Europa ha dejado de ser una tierra de acogida para los refugiados”. Para explicar su punto de vista, el representante del CEAR argumentó que el cierre de las fronteras que están ejerciendo los países europeos “dificulta la llegada de los refugiados impidiéndoles pedir asilo”.
Durante su ponencia en la mesa redonda con título, “El asilo y el refugio vistos por las ONG´s: Experiencia práctica”, Durá se refirió a la relación entre países europeos con países emisores de inmigrantes. El abogado denunció que éstos “solo existen para repatriar a los inmigrantes y no para legalizar su situación en los países europeos”. Sin embargo, Durá encontró respuesta a sus declaraciones en las palabras de Maricela Daniel, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, quien afirmó que Europa “siempre ha sido tierra de acogida para los refugiados”.
Daniel explicó que la antigua institución había sufrido progresivas modificaciones con el fin de adaptarse a los sucesivos enfrentamientos bélicos que se han continuado produciendo a lo largo y ancho del planeta. ACNUR se encarga de proporcionar asilo y la protección internacional a los refugiados, ya que, en palabras de la representante, la situación de estas personas es “una violación a los derechos humanos”. En la actualidad, la organización ayuda a más de 33 millones de refugiados, y presta especial atención a los flujos mixtos de refugiados e inmigrantes, así como al incremento de menores no acompañados, y refugiados de larga duración. De cara al futuro, la institución intenta preparar un marco jurídico que dé cobijo a aquellos que pidan asilo “a raíz de las consecuencias del cambio climático”.
Competencias de la UE
La acción de la Unión Europea en cuestiones de inmigración y asilo siempre se ha centrado en aspectos de seguridad. Sin embargo, Paolo Cossu, administrador principal de la Secretaría del Consejo de la Unión Europea en temas de Dirección General de Justicia y Asuntos del Interior, afirmó que ahora se intenta dar un “nuevo enfoque” para fortalecer la globalización y la solidaridad entre países. Cossu alegó que la política común tiene “poco de común”, y aseguró la necesidad de reducir las diferencias entre las legislaciones internas de cada país. “Tienen miedo del efecto llamada”, explicó el miembro del Consejo. En este punto coincidió Ana Peyró, asesora jurídica del Ministerio de Justicia y profesora titular de Derecho Internacional Público de la Universidad Cergy-Pontoise de París. “A menudo se anteponen otros intereses ajenos a los derechos del refugiado”, aseveró Peyró. Y es que la prioridad de éstos, una vez concedido el derecho de asilo, es reencontrarse con su familia. La experta explicó que ante la imposiblidad de vuelta al país de origen, el refugiado intenta traer consigo a su cónyugue e hijos, miembros que constituyen “la familia nuclear”. Por ello, las leyes europeas amparan la reagrupación familiar, tema en el que se centró la asesora en materia judicial. Ambos ponentes se remitieron a los flujos migratorios mixtos procedentes de Egipto, Libia y Túnez, originados a raíz de las últimas revueltas, así como a su reintegración.
Legislación española
Según Julián Prieto, ex director de la Oficina de Asilo y Refugio en el Ministerio del Interior, España no es el “campeón” en materia de asilo, pero se encuentra en una posición intermedia en comparación con otros países y “responde a las peticiones que llegan”. Francia, Alemania y Reino Unido son los destinos más solicitados por los refugiados, mientras que el mayor número de peticiones de asilo provienen de Argelia, Cuba y Nigeria, según las estadísticas del 2010.
El sistema español de asilo se remonta al año 1978. Su evolución ha diferenciado entre la ayuda a apátridas, el refugio o asilo, la protección temporal y la protección subsidiaria. “Las diferencias entre las mismas radican en las competencias que cubren”, explicó Prieto.
