La catedrática de Derecho Internacional de la CEU UCH avanzará en su estudio sobre la crisis del Estado de Derecho en The City University of New York (CUNY), gracias a estas prestigiosas becas Schuman del programa Fulbright, a las que solo acceden una veintena de investigadores europeos cada año

El Programa Fulbright Schuman otorga ayudas a académicos europeos para realizar investigaciones en Estados Unidos centradas en asuntos y políticas de la Unión Europea o relacionadas con la agenda transatlántica Estados Unidos-UE. Solo una veintena de investigadores de los 27 países de la UE son seleccionados anualmente en esta prestigiosa convocatoria de investigación. Y este año, la catedrática de Derecho Internacional de la CEU UCH, Susana Sanz Caballero, está entre ellos. El próximo curso avanzará en su proyecto de investigación sobre la crisis del Estado de Derecho en la UE y su comparativa con la situación en Estados Unidos, desde The City University of New York (CUNY), donde realizará su estancia.

¿Qué son las becas Fulbright Schuman y en qué se diferencian de otras becas Fulbright como las que concede esta Comisión en España?

A diferencia de los Programas Fulbright nacionales, el Programa Fulbright Schuman es de ámbito europeo. Lo gestiona la Comisión Fulbright en Bélgica y está financiado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y por la Dirección General de Educación, Juventud, Deporte y Cultura (DG.EAC) de la Comisión Europea. Estas becas se conceden a candidatos de cualquiera de los 27 Estados miembros de la UE por un periodo de hasta un año académico.

Las Fulbright Schuman se conceden solo a una veintena de investigadores europeos cada año, siempre que se dediquen a temas relativos a las relaciones entre Estados Unidos y la UE, los asuntos y políticas comunitarias o las instituciones de la Unión.

¿Qué supone para ti la obtención de un reconocimiento como la beca Fulbright Schuman? ¿Lo consideras un hito en tu trayectoria investigadora?

Creo que sí puedo considerarlo el hito de investigación más importante de mi carrera. Siempre he admirado a los beneficiarios de las becas Fulbright, en cualquiera de sus modalidades, porque han reconocido la labor de investigadores con un currículum extenso, con dirección de proyectos importantes, estancias internacionales… Por eso para mí esta beca es como la “guinda del pastel” en mi trayectoria investigadora. Es un reconocimiento que agradezco, tanto al Departamento de Estado de los Estados Unidos, como a la Comisión Europea. Es algo que siempre he admirado, que me parecía inalcanzable y que he podido lograr. Por eso quiero trabajar al máximo para demostrar que no se han equivocado con esta concesión.

¿Cómo surge la idea de presentar tu proyecto a este Programa Fulbright Schuman, específico para investigadores europeos?

La idea surgió gracias al networking que surge siempre de los intercambios docentes y científicos. En este caso, tengo que dar las gracias a la CEU UCH por su apuesta por los COIL, los Collaborative Online International Learning, en los que nos animaron a participar a los profesores. Desde el Vicerrectorado de Internacionalización me pusieron en contacto con la profesora Jane Marcus-Delgado, de The City University of New York (CUNY), porque buscaba partner para un COIL sobre derecho internacional y derechos humanos. Pusimos a colaborar a nuestros estudiantes durante tres meses, pero también comprobamos que trabajábamos muy bien juntas, desde nuestro interés común por la democratización en América y en Europa.

Tras esta experiencia, Jane Marcus-Delgado hizo dos visitas a la CEU UCH y de ahí surgió la posibilidad de ampliar nuestra colaboración en materia de investigación. Ella me animó a presentarme a las becas Fulbright y descubrí esta convocatoria Fulbright-Schuman, concedida desde Bruselas y con participación de la Comisión Europea en la adjudicación. Contar ya con dos proyectos sobre la crisis del Estado de Derecho en la UE, con financiación nacional (PID2021-126765NB-I00 del MICINN) y autonómica (AICO/2021/099 de la GVA), jugaba a mi favor y por eso presenté la propuesta. El objetivo es estudiar si existe esta misma crisis o “fatiga democrática” también en un país como Estados Unidos y cómo se manifiesta allí, mediante un proyecto comparativo sobre Rule of Law, con los especialistas de The CUNY en este tema. De haber sabido que solo se concedían 20 becas anuales en toda Europa, quizá ni lo habría intentado. Menos mal que lo supe después de presentarme…

¿Pensaste en otras universidades estadounidenses para realizar tu investigación o solo valoraste The CUNY como opción desde el principio?

Obviamente, The CUNY siempre fue mi opción, por la posibilidad de trabajar con Jane Marcus-Delgado y los expertos de su Universidad, especialistas en democratización regional, desde su centro de investigación de referencia en Derecho y en Ciencia Política. The CUNY es además la Universidad urbana más grande de Estados Unidos: tienen 21 campus en cinco distritos de la ciudad de Nueva York y está muy bien posicionada en todos los rankings. Prefiero estar en una Universidad donde pueda trabajar con más atención e interés por el equipo de especialistas que me recibe. La acogida que tuvo mi proyecto por parte de la decana de la Facultad me hizo ver que sí tenían verdadera ilusión en que me concedieran la beca y que me querían allí. Y así ha sido: una gran alegría para ellos, igual que para mí.

¿Cuánto durará tu estancia en The CUNY y cuáles son los principales resultados que esperas obtener?

Aunque estas becas tienen una duración máxima de 9 meses, he optado por 6 meses para ausentarme solo un semestre de la CEU UCH. En este tiempo, el objetivo es realizar un estudio comparativo sobre el declive del Estado de Derecho tanto en la UE, como en Estados Unidos, tratando de aportar también posibles soluciones. No se trata solo de detectar incumplimientos o violaciones similares en la separación de poderes, la independencia judicial, la rendición de cuentas, la libertad de prensa, la lucha contra la corrupción, etc. Se trata también de que las soluciones aportadas tengan en cuenta las especificidades de los distintos sistemas constitucionales. Así lo trabajamos ya en mi equipo en la CEU UCH, dedicado al estudio de seis países de la UE, planteando soluciones políticas, judiciales, sociales y las reformas que implicarían en los tratados de la UE. En el caso de Estados Unidos, el trabajo será equivalente.

Además de desarrollar el estudio, quiero también realizar presentaciones y participar en encuentros académicos, tanto en The CUNY como en otras universidades de Nueva York o en organismos internacionales, como la sede de Naciones Unidas. La diplomacia científica que permiten estos encuentros y la divulgación del conocimiento han sido siempre una constante en nuestro trabajo de investigación en la CEU UCH que me gustaría trasladar allí también, durante mi estancia en Nueva York.

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