Cuidar a las personas, escucharlas, acompañarlas, ese es el significado de la profesión Enfermera. Espíritu de servicio que hoy, más que nunca, reconocemos a nuestros sanitarios y a muchos estudiantes que han elegido seguir sus pasos. Como Teresa Navarro Alarcón, estudiante de 2º de Enfermería en la Universidad CEU Cardenal Herrera y voluntaria en el Hospital de Villarrobledo (Albacete) cuidando a una persona con Síndrome de Down, ingresada por Covid-19.
Desde que se decretara el estado de alarma y hasta el 1 de abril, Teresa pasaba este tiempo junto a sus padres y sus tres hermanos en Villarrobledo, de donde es natural. Y es allí, donde recibió una noticia que cambiaría su vida. Desde la asociación Futucam de Castilla La Mancha lanzaban un SOS, buscando un voluntario que quisiera ayudarles y acompañar a Concepción, hospitalizada por Covid-19 y neumonía grave.
“No me lo pensé dos veces, era el momento de actuar”, nos cuenta Teresa que, a la mañana siguiente de presentarse voluntaria, ya estaba junto a Conchi.
Han sido doce días en la habitación 229 del Hospital, codo con codo, luchando juntas contra el Covid-19, conviviendo, creciendo, aprendiendo y finalmente, ganando la batalla al virus.
“El destino ha querido que las dos superáramos algo juntas”
¿Cómo te llegó la petición del Hospital de Villarrobledo?
La verdad que fue todo inesperado, anteriormente estuve buscando anuncios para poder ayudar entre tanto caos pero no conseguí nada. El día 1 de abril hice mis tareas como todos los días, al final de la tarde estuvimos mis hermanos y yo jugando, sin que se me pasara por la cabeza que mi vida iba a dar un giro unos minutos más tarde. Me llama mi madre un poco seria diciéndome que estaban buscando una voluntaria con carácter de urgencia. Le llegó un mensaje de una amiga que también se lo habían reenviado y, por suerte, había llegado a mis manos.
Les llamaste y ¿cuándo llegaste al Hospital?
Pasó todo muy rápido, al día siguiente hice la maleta lo antes posible pues no podíamos perder tiempo y a las 11 de la mañana ya me encontraba dentro de la habitación. Fue bastante impactante al encontrar a Conchi atada a la cama (para evitar que se quitara el suero y la mascarilla) y temblando de miedo, no oía nada por no tener los audífonos y se encontraba desorientada, no sabía dónde se hallaba.
¿Cómo fue ese primer encuentro?
Yo no conocía a Conchi de antes, pero lo primero que hice fue sentarme al lado suyo en la cama, quitarle las ataduras y darle la mano hasta que se relajara, a veces se despertaba y me miraba para ver si seguía con ella y después se volvía a dormir.
Habéis pasado muchos días juntas, conviviendo en la habitación del hospital y luchando contra el Covid 19, ¿cómo era el día a día?
Bueno el día a día al principio era un poco más difícil. Los primeros días le daba la comida en la cama al no tener ella fuerzas para levantarse. No hablaba nada durante esos días y eso me bajaba la autoestima ya que todo el mundo me decía que hablaba un montón, pero me tranquilizaba a mi misma de que todo esto para ella era muy difícil. Me traje los libros de la Universidad para hacer tareas mientras ella dormía o en los momentos que ella estuviera relajada, pero no tenía tiempo para eso. Muchas noches tenía que cenar a las tantas ya que intentaba que se durmiera y no se quitara el oxígeno. Y el resto de días igual, tenía que estar encima para que no se quitara la máscara del oxigeno, en ese tema tenía que estar muy atenta ya que para ella el oxígeno era muy, muy importante. Durante la noche se movía mucho y una de las noches no me di cuenta y se quitó la máscara, me tuve que exigir a mi misma que no podía tener otro fallo tan importante.
“Concepción va a estar en mi corazón para siempre”
Supongo que con tantas horas juntas habrá habido momentos difíciles pero también momentos divertidos, ¿alguno que recuerdes con cariño?
Tengo un recuerdo que me dio mucha fuerza para seguir con todo esto. Una noche después de mucha presión durante el día, que tengo que decir que fue el peor de todos, me encontraba sentada al lado de Conchi mientras que ella por desgracia se encontraba atada, había momentos que era necesario para evitar que se quitara el suero y la mascarilla, pero eso me mataba por dentro. La tenía cogida de la mano para intentar relajarla, de ver tanto sufrimiento en ella y todo lo que había pasado ese día me eché a llorar, diciéndole que sentía todo esto que estaba pasando, estuve así media hora hasta que fue ella la que me dio otra vez la mano como diciendo que no llorara y que estaba conmigo, que estábamos las dos en todo esto y que no me preocupara que íbamos a salir de aquí. Me ayudó a dejar de llorar y volver a la realidad.
¿Cómo era la relación con los otros sanitarios?
Solo entraban para dejar la medicación, tomar las constantes y la glucemia. Ellos estaban viviendo momentos de gran tensión, por todo esto que está pasando y todo el estrés que hay tanto en este hospital como en el resto de hospitales del país.
¿Cómo fue el momento en que te anuncian que Conchi está curada, que os van a dar el alta?
A Conchi cada vez la veía más recuperada. El viernes 10 de abril los profesionales se encontraban fascinados por su recuperación, y el médico me dijo que había probabilidad de que nos dieran el alta el sábado 11, pero le hicieron una analítica antes y había algunos parámetros alterados. Tuvimos que pasar otro fin de semana en la habitación hasta que llegara el lunes y le hicieran otra analítica. Tengo que decir que ese finde nos divertimos mucho Conchi y yo, no nos importó pasarlo, aunque a ella ya se le notaba cansada y me decía que la siguiente vez no volvía al hospital!!!!. Llegó el lunes y fue el día en el que más nerviosa estuve, sabía que había mejorado ese fin de semana pero cualquier parámetro afectado podría tener consecuencias. A los minutos llegó la médica dándonos la enhorabuena, nos íbamos a casa!. Como supondréis seguí llorando de la felicidad que tenía, al pensar que, como dije anteriormente, nos iba a sacar a las dos sanas y salvas, costase lo que costase y así fue, ya éramos libres!!!!!!!!
Teresa, ¿cómo estás ahora?
Justamente saliendo de mi aislamiento de la habitación y celebrando que me han dado el resultado del test del Covid 19, que ha dado negativo. Bastante sorprendente al estar 12 días con Conchi, y reconozco que algunos de los días había echado por la borda todo el protocolo de protección.
¿Tienes que tener alguna precaución especial?
Sí, he estado unos días confinada en mi habitación hasta el resultado del test. Si salía de la habitación tenía que estar con mascarilla y guantes.
¿Mantienes relación con Conchi?
¡Claro!, estoy en contacto con su cuidadora, que ha estado siempre en contacto con nosotras en el hospital. Me cuenta cómo va progresando Conchi en la vivienda y que se acuerda de mi mucho. Tengo muchas ganas de que acabe todo esto para poder verla de nuevo.
“Las cosas buenas que me he llevado de esta habitación, no las cambio por nada”
¿Qué has aprendido de esta experiencia?
He aprendido muchas cosas y una de ellas es el autodesarrollo personal. Cómo manejar la paciencia ya que a veces es muy difícil. Cómo manejar la impotencia al querer hacer muchas cosas allí dentro y no poder, el manejo del estrés … También he aprendido que al dar mucho amor te puede venir de vuelta por la misma persona, y que las relaciones no se basan en cosas materiales sino en el amor que pueden dar las personas y parece poco, pero te puede alegrar todo un confinamiento con aquellas personas con las que nos encontramos.
Teresa ¿por qué decidiste estudiar Enfermería?
Decidí que quería formarme en Enfermería cuando en 2008 fuimos a por mi hermana, adoptada en Etiopía. Fuimos toda la familia, y vi que el mundo necesitaba un cambio drástico tanto en pobreza como en trato a la gente, y lo único que podía hacer para acercarme a ellos era a través de la Sanidad, para su bienestar. En 2014 volví sola, de voluntaria, a cuidar a los niños en una casa de adopción en Etiopía.
Estudias 2º de Enfermería en la CEU UCH, ¿Cómo estás viviendo la experiencia universitaria?
Muy bien, he encontrado personas fantásticas y muy similares a mí, tanto en la forma de pensar, como de actuar y si no fuera por la Universidad, no las hubiera conocido nunca y me alegro por eso. La Universidad es rutina diaria y eso te ayuda a tener la vida ordenada, aunque haya días que no quieres ver la luz del día. Es una experiencia que por suerte estoy viviendo y doy gracias a mi familia por haberme permitido tener esta oportunidad en la vida.
Todavía es pronto pero ¿a qué te gustaría dedicarte en un futuro dentro de tu profesión?
Lo llevo pensando mucho tiempo y me encantaría especializarme en Urgencias. Y cuando acabe mi periodo de estudiante me gustaría irme a países del Tercer Mundo y poder dejar mi granito de arena, aunque sea poca.
«Deciros que entre todo este caos y esta situación que nos ha tocado vivir a todos, que no es nada fácil, es muy difícil sobrellevar todo esto en nuestras casas pero el destino ha querido que viviéramos todo esto por algo, ya sea para desarrollarnos cada uno, para darnos cuenta de las cosas pequeñas que tenemos, de las personas que tenemos en nuestras vidas y de lo mucho que nos hacen falta. Si tenéis algún bajón, pensad en aquellas personas enfermas que se encuentran en el hospital o en sus casas confinadas solas, sin que nadie pueda apoyarlas físicamente y lo peor de todo que lo intentan sobrellevar ellos mismos, pero hay momentos que son muy difíciles, deciros que si tenéis alguna oportunidad para poder ayudar no os lo penséis dos veces, un minúsculo acto de solidaridad puede cambiar el sufrimiento de una persona. No tengáis miedo de lo que hay ahí fuera, es más, tomarlo como un reto que hay que afrontar. A la gente que está realmente sana, decirle que tenemos la oportunidad de hacer millones de cosas y está en la palma de nuestra mano, solo se necesita un cambio y ese cambio está dentro de nosotros»
Muchas gracias Teresa por tu labor. Enhorabuena a Conchi y a ti por haber superado juntas esta batalla!