“Si no hay un equipo ilusionado, el proyecto no funcionará”
Vicente Navarro de Luján no necesita presentación. Su nombre está ligado a la Universidad CEU Cardenal Herrera desde sus orígenes. Profesor, político, intelectual… el director de Proyección Cultural y Social de esta Universidad fue el alma mater de un proyecto que nació en 1986, y que hoy se “reinventa” con un equipo de gestores, dispuestos a recuperar las raíces de una institución que es “el proyecto más vivo en el que he participado”. La profesora Mª José Lavilla comparte con Vicente Navarro de Luján muchos años de dedicación a esta institución, y en esta entrevista hace un recorrido por su biografía, y en paralelo por la historia de nuestra Universidad.
He podido reconstruir tu biografía a través del DOCU de la Universidad, ¿cómo empezó tu relación con el CEU?
Conocí a Abelardo Algora, que era presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y del CEU en el tren. Comenzamos a hablar, me contó que venía a Valencia a dar una conferencia. Asistí a la conferencia, me gustó lo que oí y me puso en contacto con las personas que en Valencia llevaban la ACdP. Estuve vinculado a ellos, pero fui primero profesor de Filosofía del Derecho en la Universitat de València, pasé al CEU cuando se creó aquí, en el 79, a dar clases de Derecho Natural.
Pero también estuviste en política…
Estuve unos años dedicándome a la política, primero como miembro del Comité Ejecutivo Provincial de UCD y después como Secretario de Información del partido. Con el Consell preautonómico ocupé el cargo de Director General de Cultura. Después de este paso por la política, me encargaron que montara “algo nuevo”. Así en el año 82, a través de un acuerdo entre el CEU y el Instituto Social Empresarial, pusimos en marcha el Master en Asesoría Jurídica de Empresas. Después llegaría el Centro de Estudios CEU San Pablo, primero Periodismo, Publicidad, Comunicación Audiovisual, Diseño Industrial, Veterinaria…cada año una titulación nueva.
Dicen que Navarro de Luján se reinventa cada cierto tiempo…¿te has reinventado con cada proyecto?
Las circunstancias de la vida me han hecho ser padre de muchas cosas. Como director general de Cultura en el Consell preautonómico puse en marcha la Conselleria. En UCD impulsé el departamento de relaciones con los medios de comunicación y fundé un boletín interno “Aci”. Pero el proyecto más vivo en el que he participado ha sido la puesta en marcha del CEU con los estudios de Periodismo. Un proyecto que ha sido una realidad por el equipo de personas que lo impulsó, porque si no hay un equipo ilusionado, el proyecto no funcionará.
Un equipo ilusionado, con un líder
Para mi el liderazgo es la capacidad de crear afecto. El equipo inicial de Periodismo eran un grupo de personas heterogéneo, pero tenían la ilusión compartida de crear algo. Si queremos que esta casa perviva, tenemos que recuperar la ilusión del principio. Lo peor que nos puede pasar es “funcionarizarnos”. Nuestros alumnos han hecho la opción personal de elegir nuestra Universidad, y nuestra respuesta como personal del CEU debe ser siempre considerar al alumno como una persona dotada de dignidad, pero además debe ser nuestra razón de ser. El personal de esta Universidad ha de recuperar la idea inicial de estar siempre al servicio de nuestros alumnos.
Te he escuchado decir que el CEU es un proyecto vital
Las personas tenemos en esta vida dos o tres objetivos vitales. Las circunstancias de la vida me llevaron a este proyecto cuando era solo un germen. Le he dedicado la mayor parte de mi vida activa, y por eso mi vinculación con él es muy fuerte.
¿Qué cualidades definen la nueva Junta de Gobierno de la Universidad?
Es un equipo que tiene la coherencia del afecto. Es un equipo de amigos, y esto es importante porque la discrepancia no es sinónimo de competitividad. Si hay una discrepancia es sincera, honesta, busca que las cosas vayan mejor. Creo en la afectividad de los equipos, sino es muy difícil llevar una institución como ésta.
La sociedad está pasando por un proceso de deshumanización. Internet, redes sociales. La relación por vía electrónica parece que sustituye las relaciones personales, ¿Estamos ante un proceso de deshumanización también en nuestra institución?
La relación electrónica no puede sustituir la relación personal. Para mantener la cohesión del equipo, hay que mantener contacto humano. Veo difícil mantener un noviazgo por internet, por ejemplo.
¿En qué se parecen Manresa del 1966 y Moncada 2012?.
Son muy parecidos. En el 66 se acababa la época del franquismo y la ACdP tenía que cambiar. Hoy vivimos una sociedad profundamente secularizada, con la misma sensación de miedo y de vacío de la España de los años 60, que no sabía qué iba a ocurrir. La falta de esperanza y el miedo caracteriza a ambas sociedades. Motivaciones diferentes, pero el resultado el mismo.
En el transfondo, la falta de fe…
La profunda secularización de nuestra sociedad tiene su origen en esta falta de fe. La gente crece en el ámbito científico, pero no hace el esfuerzo para crecer en la fe. La fe hay que cultivarla día a día, si no creces en la fe, te quedas en algo elemental.
Decía Santiago García Aracil que las condiciones básicas para ser profesor del CEU eran: las competencias profesionales, el talante educador y un sentido cristiano de la vida, ¿qué más añadirías hoy?
El profesor de hoy ha de suplir los fallos de Bolonia. Hay que dar valor a las humanidades. La Universidad debe dar formación humanística básica que forme a los alumnos como personas.
García Morente afirmó que la función de la Universidad era enseñar a pensar.
Esa es una misión insustituible de la Universidad. La Universidad forma personas, con criterios propios, eso es algo que no se puede encontrar en internet.
Casi una hora y media después de haber iniciado esta conversación, nos levantamos conociendo mucho más de la personalidad de esta Universidad, a través de la persona de su fundador. Para nosotros elige este fragmento de Whitman:
“¡Oh, capitán! ¡mi capitán! Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos, hemos ganado el premio codiciado,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el pueblo acude gozoso,…”
Una invitación a pensar lo que fuimos, lo que somos y lo que podemos ser.