Miguel Leiva, cardiólogo hemodinamista del Hospital General Universitario de Elche, imparte un taller especializado al alumnado de la CEU UCH

La rehabilitación cardíaca es un componente esencial en el proceso de recuperación de pacientes que han sufrido problemas cardiovasculares, como la cardiopatía isquemia y la insuficiencia coronaria. Se trata de las patologías cardiacas más frecuentes. Por ello, el objetivo de la rehabilitación cardíaca se centra en “devolver a los enfermos el máximo de posibilidades físicas y mentales después de haber sufrido un evento cardíaco para que tengan una buena calidad de vida”. Así lo asegura Miguel Leiva, cardiólogo hemodinamista del Hospital General Universitario de Elche, que ha impartido un taller a alumnado de grado de Fisioterapia de la Universidad CEU UCH.

Coordinado por las profesoras Belén Antón y Maribel Rocha, la formación busca que el alumnado del 3º curso entienda la importancia del fisioterapeuta en la Unidad de rehabilitación cardíaca. “Cómo se llevan a cabo los grupos de rehabilitación cardiaca, en qué consisten y cuáles son los requisitos que deben presentar los pacientes a los que se les propone este servicio. Esto implica diseñar y llevar a cabo programas de ejercicios específicos, evaluar la función cardiovascular de los pacientes y proporcionar apoyo emocional y educación sobre la salud del corazón”, asegura este experto.

Y es que el papel del fisioterapeuta en la unidad de rehabilitación cardíaca no solo es fundamental para la recuperación de los pacientes, sino que también desempeña un papel esencial en la formación de los futuros profesionales de la salud. “Esta asociación entre la educación y la práctica clínica contribuye significativamente a la mejora de la atención de pacientes cardíacos y al desarrollo de profesionales de la salud altamente competentes y comprometidos”, advierten Antón y Rocha.

Una formación especializada de futuro

El objetivo principal de esta actividad es proporcionar a los estudiantes de fisioterapia una experiencia práctica en un entorno de rehabilitación cardíaca, señalan las docentes. “Los estudiantes aprenden a aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en la universidad en un contexto clínico real y adquieren habilidades esenciales para la atención de esta población.” Por ejemplo, la evaluación de la respuesta al ejercicio, la prescripción de programas de ejercicios seguros y efectivos, y la comprensión de las necesidades emocionales de los pacientes durante su proceso de recuperación.

 Para Antón y Rocha, se trata de una formación especializada para el futuro profesional que salga de las aulas con “más y mejores conocimientos en todos los ámbitos”. La formación en la unidad de rehabilitación cardíaca, según estas expertas, brinda innumerables beneficios a los futuros profesionales de la fisioterapia y la salud en general. Entre ellos, los estudiantes “adquieren experiencia práctica que les ayuda a desarrollar habilidades clínicas esenciales y a comprender la complejidad de la rehabilitación cardíaca”. Además, trabajan la interdisciplinariedad en un equipo formado por médicos, enfermeras, nutricionistas y otros profesionales de la salud. “Esto les permite comprender la importancia de la colaboración en la atención al paciente”.

Asimismo, destacan que el alumnado desarrolla también habilidades de empatía y comunicación. “Aprender a lidiar con las necesidades emocionales de los pacientes cardíacos fortalece sus habilidades de comunicación y empatía, lo que es vital en la atención médica”. Y por último, entre los beneficios de este tipo de formación, Rocha y Antón ponen en valor la conciencia de la prevención. “Los estudiantes adquieren conocimientos sobre la prevención de enfermedades cardíacas, lo que les permite educar a los pacientes sobre hábitos de vida saludables y reducir los factores de riesgo”.

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