‘El cáncer de mama es considerado el tumor más frecuente de las mujeres occidentales. Pero durante los últimos años, gracias a las nuevas investigaciones y al diagnóstico precoz, la tasa de curación ha aumentado hasta casi un 95%’

Dolores Moreno. Profesora de Enfermería en la Universidad CEU Cardenal Herrera. Enfermera especialista en obstétrico-ginecología

El 19 de octubre se celebra el Día Mundial contra el cáncer de mama, y eso nos hace recordar a todos la importancia de una buena prevención, basada en la realización de la autoexploración y en acudir periódicamente a los controles de la mamografía.  

Las mujeres deben comenzar la autoexploración mamaria a los 25 años y realizarla uno o dos días después de la menstruación o el primer día de cada mes en el período de la menopausia. Es muy importante hacer esta autoexploración durante toda la vida, sin excepciones de periodos como el embarazo, la lactancia o la mencionada menopausia.

Cómo realizarla 

La autoexploración es una herramienta que todas las mujeres tendrían que conocer a la perfección. Su aprendizaje es sencillo y su práctica habitual ayuda a identificar con facilidad cualquier desviación de la normalidad.  

Consta de dos partes. En la primera se debe hacer un examen visual del pecho frente al espejo, en busca de deformaciones o cambios de color en la mama (también en el pezón buscando alguna desviación o hundimiento).  

En la segunda, se realiza el examen táctil de la mama. Esta palpación se recomienda realizarla con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, siempre teniendo como objetivo la búsqueda de bultos o deformaciones. Por último, tendríamos que apretar el pezón y observar si existe salida anormal de alguna secreción. Ante cualquier signo anómalo, es aconsejable consultar con un especialista. De esta manera se podrá actuar de una forma rápida y precoz. 

Pruebas diagnósticas 

Por otra parte, es muy importante que todas las mujeres a partir de los 45 años se realicen mamografías, consideradas las mejores pruebas diagnósticas de las que disponen los médicos para detectar el cáncer en sus etapas iniciales.  

La mamografía consiste en realizar radiografías de la mama en dos proyecciones diferentes, que posteriormente serán evaluadas por un radiólogo, quien realizará su valoración y el informe con los resultados. En la mayoría de los casos, se recomienda que está prueba se realice cada 2 años, aunque en algunas circunstancias puede que el tiempo sea inferior. 

En estos tiempos, donde la prevención es la pieza clave de la lucha contra el cáncer, los profesionales sanitarios debemos de aunar esfuerzos para que todas las mujeres conozcan y realicen la autoexploración mamaria correctamente, y acudan a su cita de la mamografía de forma puntual. Solo de esta forma se consiguen realizar diagnósticos de forma más precoz del cáncer de mama e incrementar la probabilidad de curación total. 

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