Para Cristina de la Fuente, profesora de Magisterio Infantil y antigua alumna del CEU de Elche, cada alumno es único e importante, al que ayudar a desarrollarse

Cuando Cristina de la Fuente finalizó sus estudios de Educación Infantil en la Universidad UCH CEU en Elche tenía más claro todavía que su pasión era la docencia. Al principio creía que sólo con los más pequeños, esa etapa tan importante en el desarrollo futuro de los niños y niñas. Pero su afán por desarrollarse en otros ámbitos y esferas de la Educación le ha devuelto a las aulas universitarias para cursar también Primaria. Entre tanto, tiene es consciente de que “ser docente no es una profesión cualquiera”.

¿Por qué te decidiste a estudiar Magisterio?

Desde siempre quise ser docente. Me encantaba cuidar de mis primos cuando eran pequeños. Después me fui a Irlanda de au pair y fue una experiencia inolvidable con mi familia de allí. Ser docente no es una profesión cualquiera. Soy consciente de que un maestro tiene una gran responsabilidad tanto a nivel cognitivo como a nivel emocional con cada niño.

Desde tu experiencia, ¿por qué es importante un maestro en Educación Infantil?

Cada vez son más los niños que desde una edad muy temprana, y por motivos de conciliación laboral de los padres, son escolarizados en la etapa de educación infantil de 0 a 6 años sin que sea legalmente obligatorio. Las escuelas se convierten en lugares en los que pasan la mayor parte del tiempo. Por tanto, es muy importante utilizar ese tiempo para ayudarles a desarrollarse intelectual, física y emocionalmente y crear el entorno más propicio para ello. Esa es precisamente la labor del maestro de educación infantil y donde radica la importancia de la profesión.

Una etapa clave en el aprendizaje

¿Cómo se trabaja con este tipo de alumnado?

En Educación Infantil se debe trabajar de forma lúdica y manipulativa. A través del juego es donde el niño disfruta e indaga en su propio aprendizaje. Además, a través de la experimentación y el trabajo manual el niño es capaz de cuestionarse conceptos e interiorizarlos de manera más eficaz.

¿Qué necesitan los niños y niñas para su desarrollo en esta etapa?

En la etapa de Infantil el niño necesita sentirse seguro y feliz tanto en casa como en la escuela. Por ello, es fundamental proporcionarle cariño, confianza y que el profesor y la familia vayan de la mano en la educación del pequeño. Además, es fundamental educar en la motivación positiva. Valorando no solo los logros obtenidos, sino también el esfuerzo aplicado durante todo el proceso, en un ambiente que les aporte tranquilidad y seguridad en ellos mismos.

¿Por qué crees que es importante potenciar la educación infantil?

Es una etapa fundamental en el desarrollo cognitivo y afectivo del niño. La etapa de 3-6 años es donde el niño debe establecer un autoconcepto positivo, unos hábitos y rutinas que le ayudarán a ser cada día más autónomo y a potenciar sus habilidades y destrezas.

Es por eso por lo que, aunque no es una etapa obligatoria en la educación de los niños, sí que es muy importante. Al tiempo que empiezan a establecer nuevas relaciones y aprenden a socializar, crear una base sólida sobre la que ir construyendo en las sucesivas etapas académicas.

El papel de los padres en la educación

¿Qué claves, desde tu experiencia, se les puede dar a los padres para que puedan desarrollarlas en casa?

Una de las cosas más importantes, como decía, es que haya una buena comunicación entre familia-escuela para que la formación integral del niño se produzca de la forma más continua posible. A partir de aquí, lo ideal para un niño es desarrollarse en un ambiente familiar lleno de amor y comprensión. Pero también con unos límites y normas bien definidos. Como dice el Neuropsicólogo Álvaro Bilbao: “La mejor herencia que puedes dejar a tus hijos es la de haber crecido con unos padres que les han dado amor y les han enseñado normas y respeto sin hacerles sentir miedo”.

¿Qué te aporta a ti la labor que estás haciendo con este tipo de alumnado?

Ser maestra implica una gran responsabilidad, sin duda. Pero te devuelve una gran cantidad de satisfacciones y emociones positivas. Ver cómo cada uno de los peques aprende y evoluciona, cómo se desarrollan en distintos aspectos y poder ser parte de ello no tiene precio. Los niños te convierten enseguida en una persona importante para ellos. No solo una autoridad a la que buscan para resolver conflictos, sino que te cuentan ilusionados las cosas que les emocionan, te muestran un cariño puro y sincero. También te exigen mucho, física y conductualmente. Te conviertes casi sin quererlo en un referente para ellos. Y eso te obliga a intentar mejorar diariamente en muchos aspectos de tu vida.

Trabajar con una sonrisa

¿Por qué elegiste el CEU para estudiar la carrera?

Elegí estudiar en el CEU porque tenía amigas que estudiaron aquí y estaban súper contentas con el trato recibido, tanto a nivel docente como humano. Y desde el primer día pude comprobar que el ambiente es muy cercano y familiar. Y cómo los profesores realizan un acompañamiento personal e individualizado con cada alumno.

¿Qué te ha aportado la formación recibida durante la carrera en el CEU a tu labor profesional actual?

Gracias a ese acompañamiento individual que recibí en el CEU y la ilusión con la que los profesores impartían cada asignatura, me hizo entender y darme cuenta de que cada alumno es único e importante. Y de lo fundamental que es ir a trabajar con una sonrisa, lo que recibes es lo que luego transmites.

Antes de trabajar en el colegio Aitana, ¿en qué otros centros, ya sea como contrada o en prácticas, has estado?

Antes de trabajar el en colegio Aitana, empecé de prácticas en la Escuela Infantil L’Escoleta y después en el Colegio La Devesa. Más tarde estuve trabajando de tutora de aula en la Escuela Infantil Kid´s Garden. Y, por último, estuve unos meses en el colegio Lluis Vives hasta que llegó la pandemia.

Artículo anteriorEl rector clausura el I congreso de jóvenes cristianos en Elche
Artículo siguienteLa Universidad CEU Cardenal Herrera, nuevo miembro del Global Legaltech Hub