Cada día surgen nuevas dudas sobre el coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19. La catedrática de Microbiología de la CEU UCH, Teresa Pérez Gracia, directora del equipo SWICEU, ha ampliado sus 20 respuestas veraces sobre este virus con diez cuestiones más en un nuevo hilo de Twitter, aportando 10 respuestas científicamente contrastadas para resolver nuevas dudas, relacionadas con la eficacia de la inmunidad de rebaño o del confinamiento reforzado para frenar el crecimiento de la curva de contagios, entre otros aspectos.

Estamos ante un virus con una capacidad de contagio elevada. El valor R₀ (número reproductivo básico) estima a cuántas personas puede transmitir un individuo infectado el agente infeccioso. En el caso de SARS-CoV-2, el R₀ se ha estimado entre 2-3 (2,68), es decir, cada infectado puede contagiar a su vez a 2 o 3 personas, aunque esto puede variar dependiendo de múltiples factores.

Esto es algo que aún no sabemos. Con los datos que tenemos ahora mismo el porcentaje de población española afectada está por encima del 0,16%. Pero esta es una cifra ficticia, porque no a todos los españoles se les ha realizado la prueba diagnóstica, con lo cual debemos pensar que este tanto por ciento es bastante más alto.

Estamos ante semanas críticas y hay que ir observando todos los datos. Es muy importante detectar todos los casos para acercarnos lo antes posible al famoso ‘pico’ en la curva de infectados. Aunque este virus tiene aproximadamente entre 14 y 20 días de incubación, por lo que todavía seguirán aumentando los casos en las próximas semanas. Por eso ha sido necesario ampliar el periodo de confinamiento.

Sí, porque no tenemos inmunidad frente a él, de ahí la necesidad de buscar vacunas y tratamientos efectivos lo antes posible. Nos encontramos en una situación semejante a la que se vivió en 1918 y 1919 con la primera pandemia del virus de la gripe, en la que murieron más de 25 millones de personas. Ahora la población ya tiene anticuerpos frente a la gripe, por eso ya no es tan letal. Pero frente a esta enfermedad, COVID-19, todavía no los tenemos.

Porque si aumentamos las pruebas diagnósticas para detectar a todas las personas infectadas y aislarlas, podremos reducir el número de las que pueden estar diseminando el virus al resto de la población. Si no, no podremos contener el virus.

Muchos casos no se contabilizan porque hay infectados que son asintomáticos, otros son casos leves y no acuden al médico y por lo tanto no son diagnosticados. Solo alrededor del 20% de los infectados va a producir un cuadro que necesita hospitalización y en un 5% va a ser grave.

La enfermedad afecta en una proporción similar. Según los datos que tenemos ahora mismo en España, entre los infectados hay un 51% de hombres y un 49% de mujeres. Ahora bien, la gravedad y mortalidad sí son mayores en hombres. Esto parece que está asociado a que hay más hombres que mujeres en los grupos de riesgo, que son aquellos que presentan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como diabetes. En estos casos la respuesta inflamatoria es mucho mayor, por lo tanto, es más grave la enfermedad. De hecho, se observa que hay más casos de cuadros de neumonía grave con síndrome de distrés respiratorio en hombres que en mujeres.

La inmunidad de rebaño, también conocida como inmunidad colectiva, de grupo, o de manada se da cuando un número suficiente de individuos están protegidos frente a una determinada infección y actúan como ‘cortafuegos’, impidiendo que el agente infeccioso alcance a los que no están protegidos, es decir, a los que son susceptibles a esa infección.

Normalmente, este tipo de protección para la población se busca a través de la vacunación. Pero en el caso de la infección por SARS-CoV-2, al no disponer de vacunas, esta inmunidad se podría llegar a conseguir con el tiempo, es decir, cuando haya muchos individuos que hayan superado la infección (de forma clínica o subclínica) y así el virus no encuentre fácilmente personas susceptibles a las que infectar, por lo que se cortaría la transmisión. En el caso de SARS-CoV-2 se ha calculado que esta inmunidad de rebaño surge cuando más del 70% de las personas están protegidas.

Es necesario que haya:

  • Un único hospedador para el virus (en este caso, las personas),
  • Que la infección se transmita de persona a persona (sin intermediación de vectores, como los mosquitos, por ejemplo), y
  • Que la transmisión o vacunación induzca una buena inmunidad

En el caso de COVID-19 no tenemos suficientes datos como para entender aún la epidemiología de la infección y el grado de inmunidad adquirido tras la infección está por determinar.

Estamos haciendo las cosas bien, pero hay que apelar a la responsabilidad individual. Hemos de tomarnos el confinamiento muy en serio. Podría ser más estricto, pero si seguimos respetando las normas correctamente no sería necesario. Salgamos solo en caso de necesidad urgente, el mínimo tiempo posible, y extrememos las condiciones de seguridad higiénica: no tocarnos cara, nariz, boca y ojos, mantener la distancia de seguridad de dos metros con otras personas y lavarnos correctamente las manos al regresar a casa.

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