El CEU de Castellón ha conmemorado la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz organizando talleres interactivos, exposiciones y otras actividades para promover una producción científica orientada al progreso humano
La investigación es crucial para alcanzar el bienestar de la sociedad y afrontar con mayores garantías los numerosos desafíos sociales, ambientales y económicos que se plantean a diario a los seres humanos.
Y la Universidad, cuna de la ciencia, ha de sembrar el interés en los estudiantes por una investigación de excelencia orientada al bien común y que trascienda el simple progreso tecnológico. Así lo entiende la Universidad CEU Cardenal Herrera, que integra este desafío educativo en todas sus titulaciones, fomentando la participación del alumnado en proyectos y eventos científicos de referencia e implementando formación de refuerzo en esta materia.
Un ejemplo reciente de este compromiso es la jornada “Ciencia al servicio del bien común”, abierta a todos los estudiantes, personal y profesorado, y organizada en el marco de la Semana internacional de la Ciencia y la Paz que promueve anualmente la ONU. Esta jornada, ha animado a la reflexión de los investigadores del futuro sobre el sentido que ha de guiar su quehacer científico: el servicio a la sociedad.
A través de debates y otras actividades, los asistentes analizaron el valor social de la ciencia, así como la importancia de investigar desde la Universidad, siempre con el foco puesto en el progreso humano.
Médicos y maestros
La conmemoración de la Semana internacional de la Ciencia y la Paz ha incluido iniciativas, también de acceso libre, como la exposición de “Médicos Ilustres”, que cumple ya tres años y recoge en formato póster la trayectoria y aportaciones al bien común de una treintena de facultativos que realizaron su labor investigadora y asistencial, entre el siglo XIV hasta la actualidad, bajo este prisma de servicio. Los paneles divulgativos han sido elaborados por estudiantes de segundo curso de Medicina bajo la coordinación del profesor y director del campus, José María Mira de Orduña, con el apoyo de la Biblioteca-CRAI del centro educativo y el Departamento de Medicina y Cirugía.
Gregorio Marañón, Ramón y Cajal, Francisco Javier Balmis, Dolores Aleu (la primera titulada en Medicina de España), Mildred Vera (artífice de un enfoque humanista y eficaz en el tratamiento del cáncer de mama) o Diego González Rivas (cirujano que creó una avanzada técnica de intervención quirúrgica y una fundación para pacientes sin recursos), son solo algunos de los protagonistas de esta muestra.
La exposición recoge las aportaciones al bien común de una treintena de facultativos que realizaron su labor investigadora y asistencial entre el siglo XIV hasta la actualidad
Así mismo, los estudiantes de Magisterio se han sumado a esta semana internacional con una demostración pública de experimentos diseñados para despertar vocaciones científicas en las aulas escolares. Coordinados por los profesores Francisco Pardo y Sofía Gutiérrez, los universitarios han acompañado esta acción divulgativa con pósteres y explicaciones detalladas para los asistentes. “El objetivo de esta iniciativa, señala el profesor Pardo, vocal también de la Asociación Española de Científicos, es reforzar la formación de nuestros futuros maestros para que sean capaces de promover la cultura científica desde las primeras etapas educativas, siempre con la vista puesta en el progreso social”.
Brújula ética
“Nadie duda de que el progreso científico y tecnológico ha permitido al ser humano convivir con el medio natural e incluso el ‘artificial’, creado por nuestra civilización. Pero, a partir de ahí, debemos preguntarnos si la investigación persigue como fin poner lo técnico al servicio del humano o a la inversa”, señala Paula Sánchez, responsable de Investigación del CEU de Castellón.
“A través de las actividades incluidas en esta semana internacional que hemos conmemorado en nuestro campus, pretendemos que nuestros alumnos se planteen preguntas de calado, y se den cuenta de que el progreso humano es quien define qué es el progreso científico y no al revés”, prosigue la profesora Sánchez. “Se trata, subraya, de una lección que ya aprendimos en el siglo XX, cuando usamos la ciencia para destruir, por ejemplo, con la bomba atómica, y entró en crisis el paradigma heredado del Iluminismo del siglo XVIII, denominado ‘paradigma de la ciencia neutra’ (es decir, la ciencia libre de juicio ético)”.
‘La Universidad debe fomentar una ciencia orientada al bien común, que aporte soluciones para promover el desarrollo de todas y de cada una de las personas’
En este sentido, continúa la responsable académica, “la Universidad debe promover una investigación que redunde tanto en una mejor docencia como en la transferencia a la sociedad, haciéndose preguntas innovadoras, creativas, pero también éticas. Una ciencia orientada al bien común, que aporte soluciones para promover el desarrollo de todas y de cada una de las personas”. “Eso es lo que pretendemos sembrar en nuestros estudiantes: que sepan gestionar su vocación científica bajo la brújula de la ética para servir a la sociedad”, concluye la investigadora y docente.