Una entrevista de Laura Fargueta y Marcos Nava / Imágenes: Cinema Jove
El director valenciano Jordi Núñez es uno de los directores más prometedores del panorama valenciano. A pesar de su corta carrera, ha dirigido tres cortometrajes y dos películas: Lo que sabemos (2021) y Valenciana (2024), estrenada en la 39ª edición del Cinema Jove. Valenciana, con la que Núñez compite en la sección oficial del festival, narra la historia de tres jóvenes periodistas en la Valencia de los años 90 a través de la Ruta del Bakalao, los cambios de la “España del Progreso” y el asesinato de las niñas de Alcàsser.
La película se basa en la obra homónima teatral de Jordi Casanovas, ¿qué fue lo que te atrajo?
Lo que me interesó es que aportaba una mirada muy nueva y fresca sobre una etapa de Valencia que no estábamos acostumbrados a mirar en ese momento. De pronto arrojaba luz sobre unos hechos que cobraban una nueva dimensión, una nueva lectura desde la actualidad. De algún modo, la Valenciana de Casanovas cuenta de dónde venimos y nos ayuda a entender nuestro presente.
Valenciana trata un tema que, aún hoy, sigue generando rechazo: el abuso de poder, la falta de ética de los medios… ¿Qué reacción crees que va a generar con su estreno?
Pues no lo sé, porque he hecho la película con la intención de que sea un espejo en el que nos podamos mirar, ver nuestras sombras, pero también la luz que nos impulsa a ser mejores. Me gustaría que cada persona salga con ganas de ser mejor y de aspirar a una sociedad mejor.
¿Han cambiado, tanto, las prácticas políticas y mediáticas desde la Valencia de entonces? ¿Y la sociedad?
Me encantaría creer que sí. Sería muy buen síntoma que todo el mundo fuese capaz de mirar la película desde todos los espectros y poder ser honesto consigo mismo y darse cuenta de aquellos aspectos que siguen ocurriendo y de aquellos otros que ya están superados. La sociedad ha adquirido conciencia. Valenciana tiene que ver con esta adquisición de conciencia y con la revisión del pasado para entender nuestro presente.
Rodasteis en localizaciones muy alejadas, Valencia y Mallorca. ¿Supuso esto una complicación?
Fue un rodaje muy intenso. El presupuesto es un poco mayor que con mi primera película, pero la propuesta es infinitamente más ambiciosa. Solo hemos tenido cuatro semanas. La película se ha hecho ajustándose a unos tiempos y puedo decir, con orgullo, que todos los días acabamos el rodaje a tiempo. Fueron cuatro semanas de rodaje muy intensas. Estoy contento, porque hemos conseguido este resultado con los recursos que teníamos.
¿Puedes compartir alguna anécdota memorable?
Valenciana, la obra de teatro, se estrenó en el Teatro Principal. Justo el estreno de la película va a ser en el mismo edificio en que la vi hace cinco años. Otra anécdota está relacionada con Ángela Cervantes, la actriz que interpreta a Valèria. Teníamos muchas ganas de conocerla. Todavía estábamos con la promoción de Lo que sabemos, nuestra primera película, y justo entonces fuimos a un festival en Mallorca. En el coloquio del público estaba Ángela Cervantes. Yo pensaba que había venido para comprobar qué tipo de cine hacíamos y decidir si quería o no trabajar conmigo, pero no, ella había ido a la proyección sin saber que yo era el director. Le gustó mucho, lloró con el final.
¿Ha sido fácil conseguir financiación?
Al principio había una propuesta de máximos para tener muchos más recursos, pero siempre, de alguna forma u otra, encuentras obstáculos. Lo importante es que la película ya está hecha y se defiende por sí sola. Ahora el reto es la financiación de la siguiente.
Como director novel, ¿cómo ves el futuro del cine español y qué lugar crees que tienen los jóvenes cineastas en este contexto?
Veo que es un muy buen momento para las nuevas voces, sobre todo voces femeninas. Este reloj generacional ha ocurrido siempre. Con veinte años yo estaba lleno de dudas, pero tenía claro que quería hacer cine. Al final, todo llega.
¿Qué consejo les darías?
Cualquiera que quiera hacer cine debe hacerse dueño de su propio relato, porque siempre vas a encontrarte con mucha gente que va a proyectar en ti sus miedos, sus limitaciones, sus inseguridades, y te va a decir que no puedes lograrlo. Pero no hay que ser reactivo ante las personas, tienes que tener claro cuál es tu objetivo y aprender a tolerar la frustración.